Sobre “descolonización
“educativa
Por Álvaro Jordán
Ha
llegado a mi facebook un documento sobre “descolonización” educativa firmado
por Luís Crepo, al que me considero obligado a hacer algunas reflexiones de
bases, principio que sustenta el Humanismo Superior.
Es
un artículo atinado, que pretende “lograr un educación de calidad como factor
esencial de la superación del atraso en Bolivia”, pero evidentemente es insuficiente
al estar enmarcado en una visión centralista, la que como todo su accionar
teórico y práctico está limitado por el sectarismo
del Estado.
1.
En el título se destaca como: “descolonización” educativa. El término
descolonización; en la teoría del Estado boliviano se refiere al reemplazo de
una cultura españolizante de sometimiento imperial norteamericana por otra
cultura aimara de contenido racista y de sometimiento imperial aimara. La
primera parte es de aceptación de la población, pero la segunda es motivo de
total rechazo y es otro argumento más para las luchas de autodeterminación de
los pueblos que mueve a reivindicaciones autonomistas y federalista, que si no
se atienden pueden desencadenar incontenibles planteamientos separatistas, que
ahora, nadie quisiera.
2.
Escribe de incorporar a la mayoría indígena para superar el analfabetismo,
declaración lírica porque solo se considera el guaraní, aimara y quecha y en 10
años de gobierno no avanzó nada, pero la Constitución reconoce 36 naciones que
en la imposición estatal ni se las menciona, aparte que algunos sectores no
están interesados en la propuesta porque el mundo se mueve en base al
conocimiento cuyo inmenso crecimiento en el planeta, indispensable para estar a
la altura del desarrollo de los pueblos libres, no existe en estos idiomas y
los esfuerzos a los que se somete a nuestros niños limitan el aprendizaje de
temas más importantes para su desarrollo cultural e intelectual. Por lo tanto,
si bien estos idiomas los reclaman los nativo, su adhesión debe ser libre,
resultado de una consulta de bases. De otra forma es una imposición del colonialismo
interno ejecutado por un Estado
dictatorial.
3.
Se refiere a la propuesta de Félix Patzi quién indicó que “la intercularidad no
rescató a la población indígena para un proceso educativo mediante un
adecuado contenido curricular”, propuesta “cuestionada y resistida
principalmente desde los sindicatos de maestros”, aclara Crespo.
Sobre
el comentario de la ineficiencia del contenido curricular, esto es evidente, y
son muchos los sectores nativos, regionales y sociales que han manifestado su
rechazo. De nuevo es una imposición estatal y de contenido racista de
colonialismo cultural interno. Un currículo que dé satisfacción de todos debe
ser consultado y administrado por las bases para que tenga un contenido de
bases, esto es nacional y culturalmente integrado por todos sus componentes.
En
cuanto a la oposición de maestros sindicalizados, Hay que reconocer que los
maestros como todos los sectores deben ser consultados, pero su oposición más
obedece a su sectarismo ideológico integrado con el centralismo estatal en el
cual tienen una influencia determinante y que con la propuesta se vería limitada.
La educación de los niños y la juventud toda es un problema que atañe a todo el
pueblo por lo tanto todos debemos ser consultados para que nadie se sienta
marginado.
El
artículo menciona otros importantes aspectos, no considerados en esta reflexión, como el
tema de la mujer, de la producción, la falta de contenidos técnicos, críticas
al humanismo tradicional y otros a los que sería largo referirse, pero que
serían solucionados si la educación fuera encarada por los mismos interesados,
localmente, los que como parte integrante de la bolivianidad, incorporaría a
todos.
Evidentemente
la cultura y en ella la educación es parte sustancial del colonialismo interno,
externo y del centralismo del Estado por lo que su realización sólo será
posible mediante un extraordinario esfuerzo de todos los componentes de estas regiones, departamentos,
etnias y naciones, hasta ahora sometidas por políticas coloniales de adentro y
de afuera y por la imposición del Estado, cuya reivindicación está en la base
principista del Humanismo Superior.
En las
tierras del Libertador Grigotá
Abril
2015
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Luis Crespo
BBC Mundo, Bolivia |
Los intentos de más de medio siglo para lograr una
educación de calidad como un factor esencial de la superación del atraso de
Bolivia continúan ahora en medio de una anunciada propuesta de
"descolonización del proceso educativo".
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El gobierno quiere acabar con el analfabetismo.
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Las nuevas autoridades bolivianas, que gobiernan desde
el pasado 22 de enero, han comenzado al mismo tiempo una campaña para acabar
con el analfabetismo con la ayuda de asesores de nacionalidad cubana. Mientras
tanto, se mantiene el objetivo de incluir a la mayoría indígena de Bolivia en la
vida moderna mediante la enseñanza en idiomas originarios durante la última
década.
El ministro de Educación, Félix Patzi, declaró
respecto al tema a la BBC que "la interculturalidad sólo fue interpretada
desde el aspecto del idioma, pero no rescató a la población indígena para un
proceso educativo mediante un adecuado contenido curricular".
El proceso al que se refiere Patzi comenzó en 1994
como parte de una reforma educativa cuestionada y resistida principalmente
desde los sindicatos de maestros.
Contenidos también
La "descolonización" educativa que piensa
impulsar el ministro a partir del año 2007 se basa, además de la enseñanza en
idiomas nativos, en que "los contenidos curriculares sean diseñados a
partir de los contenidos indígenas, económicos, políticos y culturales sin
descuidar el conocimiento universal".
La mayoría indígena de Bolivia habla principalmente
las lenguas aimara, quechua y guaraní y habita en gran parte en áreas rurales
donde se encuentra casi todo el 10% de analfabetos que oficialmente existen en
el país.
Pero no sólo se trata de adaptar la educación a los
idiomas nativos, sino que quienes hablan español tienen que aprender sobre los
indígenas y comenzar a hablar su idioma y eso debe comenzar en los textos de
enseñanza, explica Patzi.
Este planteamiento es compartido en parte por Enrique
Ipiña, otro experto en educación, que fue ministro del área dos veces y que
aplicó en 1994 la reforma a la que se refiere Patzi como incompleta.
Ipiña, quien fue ministro durante los comienzos de la
aplicación del neoliberalismo en Bolivia, opina que "los únicos que hablan
de fracaso de esa reforma son los sindicalistas docentes que perdieron sus
privilegios".
Patzi e Ipiña, aunque políticamente están muy
alejados, comparten también su visión de una educación vinculada a la
producción. La educación básica en Bolivia es casi en su totalidad humanista y
general, mientras los expertos plantean una formación técnica con base en las
necesidades productivas de cada región.
Formación de técnicos
Actualmente la educación primaria está prácticamente
garantizada en Bolivia, según los datos estadísticos, pero la enseñanza
secundaria no permite la adecuación a las exigencias del mercado de trabajo.
"La educación debe estar ligada a la producción. La educación humanística
es demasiado general. Debería haber un proceso de formación técnica especial.
No depende tanto de las condiciones materiales", argumenta Patzi.
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(Se
necesita) una escuela secundaria que esté orientada a la formación de
técnicos medios y sólo en un 20 o 25 a la formación posterior de
profesionales universitarios
Félix Patzi, ministro de Educación
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Según Ipiña, es necesaria "una escuela secundaria
que esté orientada a la formación de técnicos medios y sólo en un 20 o 25 a la
formación posterior de profesionales universitarios". En las escuelas,
donde las concepciones de los expertos son llevadas a la práctica por los
profesores, éstos opinan que hubo cambios positivos, pero no los suficientes.
"La educación bilingüe puede funcionar, pero lamentablemente
no hay cooperación y ayuda en las instituciones públicas. Por ejemplo, en las
prefecturas o los municipios, los letreros, los avisos sólo están en español,
no están en los idiomas originarios", dijo a la BBC el profesor Martín
Vila, que enseña hace 23 años.
La mayoría de los docentes tiene un pensamiento
tradicional, aquí todavía impera la enseñanza machista, no se la involucra a la
mujer como partícipe del quehacer educativo. Los docentes nos resistimos, la
mayoría, al cambio", dice Vila.
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