Kandire renace en
Setiembre[i]
Por
Álvaro Jordán
Cuando Ñuflo de
Chaves fundó Santa Cruz de la Sierra, de la sierra del Riquió, lo hizo con 40
soldados que le quedaron de la hueste que organizó en Asunción, 60 soldados de
la nueva hueste que formó entre Lima y Charcas y algunos restos de la hueste de
Andrés Manso, además, es muy importante dejar constancia de la participación
activa de una inmensa población nativa
local. Este último detalle hace la diferencia entre los historiadores
constructores de la dependencia colonial y los interpretes de la realidad, los
primeros falsean la historia al ignorar la participación nativa para justificar
la imposición del colonialismo español, su herencia, el colonialismo
republicano y ahora su reemplazo por el colonialismo aimara, y los segundos
resaltan la invalorable participación de la población nativa como antecedente
histórico de la lucha de nuestros pueblos por la búsqueda de la libertad, la
defensa de la cultura, de sus intereses y del territorio.
En la posterior
fundación de San Lorenzo el Real de la Frontera con población traída del
Kollasuyo y en su fusión con los restos
de la población traída desde Santa Cruz, de la sierra del Riquió a la Punta de
San Bartolomé, es indiscutible, que la proporción de población blancoide venida
de la corriente invasora del norte era muy superior a la venida del sur.
Si el tema cultural
estuviera determinado simplemente por la mayoría, reconociéndole validez a la
democracia tradicional con la que se impone la voluntad de éstas y se desconoce
la de las minorías, tendríamos que afirmar, que esta población, desde su nacimiento,
estuvo determinada por la cultura kolla, por otra parte la migración de
kollas hacia la cuenca amazónica y platense, espacio geográfico del territorio
del antiguo Kandire, ha sido más o menos permanente en una proporción
aproximada de un 20 % de la población y a pesar de ello la cultura cruceña se
encuentra más fuerte que nunca.
La cultura de un
pueblo es la acumulación histórica de conocimientos, valores, creencias,
arte, comportamientos, costumbres, relaciones,
modos lingüísticos, capacidades adquiridas y hábitos que constituyen un
conjunto de contenidos determinados por la relación del ser con su entorno
natural y social. De modo que cualquier extraño que se asienta en el lugar, en
el término de una o dos generaciones está completamente integrado a la cultura
del pueblo receptor. Esta es la razón por la que nuestra cultura se fortalece
con la permanente incorporación de inmigrantes y a pesar de la política
colonialista del poder. En todo caso, cada inmigrante llegado es una unidad de
trabajo que se incorpora a la fuerza de trabajo de la región, con lo que se la
enriquece y en Santa Cruz siempre fueron bienvenidos.
Los modismos en el
hablar, las modas en el baile, el vestir, las comidas, los cambios en las
costumbres, en su conjunto es la cultura que tiene vida, que como toda creación
humana está en permanente transformación. Estos cambios pueden ser positivos o
negativos para la sociedad, por lo que se hace responsabilidad de las
autoridades locales el normarlas para rescatar y fortalecer los aportes
positivos y debilitar, y en lo posible, eliminar los negativos.
Como ejemplo de una
mala influencia adquirida en el lenguaje, que las normas deben controlar, está
la pronunciación de la “ll” de nuestro español castizo en forma de una “y”
rechinante del estilo vulgar argentino, hacemos la necesaria aclaración de que
en los mejores colegios argentinos se enseña a sus alumnos a pronunciar la “ll”
del español castizo, realizada por algunos profesores y profesionales de la
comunicación, ¡nada menos!, cuya influencia deformante del lenguaje ya es
notoria en el hablar de escolares y hasta de universitarios mal instruidos.
Como ejemplo de una
mala influencia en el lenguaje, de algún sector conservador con una herencia cultural
de patrón, está el hablar soez de algunos profesores y profesionales de la
comunicación, ¡calamidad!, cuyo carácter público lleva a que se generalice en
la juventud cruceña. Defecto que debiera
ser corregido con una adecuada norma.
Pero lo grave para
nuestra cultura, para nuestra identidad, para nuestros intereses e incluso para
nuestra existencia es la imposición institucional del poder del Estado de la
cultura aimara en el afán de uniformar a la pluriculturalidad boliviana. Es
particularmente grave para el pueblo cruceño la odiosa discriminación,
continuamente expresada, personalmente por el Presidente del Estado.
Se ha reconocido
constitucionalmente el carácter pluricultural de Bolivia, sin embargo desde el
poder del Estado contradictoriamente se impone la centralización de la
educación como instrumento de homogenización de la cultura aimara mientras se
minimizan las otras, de esta manera tenemos la monstruosidad de estarse
enseñado a los niños de algunas escuelas de Santa Cruz la lengua
aimara; Más grave aún es la imposición de los intereses de la clase hegemónica,
actualmente constituida por los banqueros, la burocracia masista y los
cocaleros del Chapare. Lentamente se amplía la
incorporación del sector empresarial, por lo que los partidos sistémicos
de alguna forma aceptaron los argumentos con los que se viene consolidando el
Estado autoritario y de profundización del sometimiento de las naciones y
regiones constituyentes de la pluralidad boliviana. También hay que mencionar
que por sus mezquindades sectarias y personalistas son responsables del fracaso
del CONALDE (Consejo Nacional Democrático), germen de lo que pudo ser un
gobierno federal de amplio contenido democrático y respetuoso de los intereses
y cultura de cada departamento. Por estas razones es que no debe extrañarnos el
menguado compromiso de las autoridades
departamentales en la defensa de la autonomía, la que fue refrendada con el 87%
del apoyo poblacional, y tampoco nos debe extrañar que el alcalde oportunista,
elegido por su supuesto compromiso con autonomía ahora entregue el poder
local al Estado colonial.
No les importa que
se apropien los colonizadores, hasta el epíteto es ofensivo, de las tierras de
nuestros hermanos chiquitanos, chiriguanos, guarayos, chané, en fin, las
tierras kandirenses. Para el centralismo local poco importa si las tierras las
ocupan los nativos cruceños o los altiplánicos, es el resultado de la
negociación de su participación en la
apropiación de las riquezas del pueblo, que les ofrece el colonialismo estatal.
Por su parte, para el Estado colonial, la ocupación de las “tierras bajas” le
asegura el apoyo del sector mayoritario del altiplano, poco importa el carácter
delincuencial con el que es asumido por los nativos locales, ya que son minorías que
pueden excluir.
Podríamos hacer
extensos escritos denunciando los abusos del poder colonial, sólo como resumen
hay que decir que el Estado está fortaleciendo, peligrosamente, las condiciones subjetivas para
justificar un movimiento separatista a nivel de las naciones y regiones
sometidas por el Estado colonial.
Existen muchos
ejemplos en la experiencia internacional, donde, aquellos países con
totalitarismos, dictaduras, o autoritarismos secantes se han despedazado en
naciones independientes. Como muestras podemos mencionar la disgregación de la
Unión Soviética en 15 nuevas naciones soberanas a consecuencia de una larga dictadura comunista. Otro ejemplo importante de los
efectos de la dictadura comunista es la división de la República Federal
Socialista de Yugoslava en seis Estados independientes. Como resultado de un
gobierno totalitario también se dividió Sudán. Actualmente, con el estallido de
la crisis del mercado globalizado, sus costos han sido cargados a los sectores
sociales, colocando en el primer plano de las reivindicaciones españolas las
exigencias separatistas de vascos, catalanes y otros. Se renuevan otras
aspiraciones separatistas en Rusia. Ante la anunciada desintegración de la
Unión Europea, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso plantea
salvarla con una propuesta de transformación de la UE en una federación de los
Estados nación europeos.
La histórica lucha
de confrontaciones a la que penosamente sobrevive Bolivia y que por momentos
alcanza ribetes de guerra civil, como ha sido la tricentenaria resistencia de
la Chiriguanía Libre, los levantamientos federalistas de los cruceños Andrés
Ibáñez y Los Domingos, el levantamiento quechua-aimara de Amaru y Katari, la
guerra civil federalista del aimara Zárate Willca, y ante el efecto centrífugo
del irresponsable centralismo colonial de la arrogancia del poder del Estado de
Bolivia, deja dos alternativas. La primera es la que viene padeciendo Bolivia,
desgastándose en una lucha permanente por el equilibrio inestable impuesto por
la hegemonía del poder y cuyo desenlace final tendrá un carácter catastrófico:
la inevitable desintegración del País. La otra salida es el lograr un acuerdo
de trabajo conjunto de las naciones y regiones de Bolivia, asentado en la libre
autodeterminación de los pueblos y el diálogo, el que necesariamente por el
carácter diverso de sus componentes y el carácter irreconciliable de sus
intereses, demostrado por una historia de siglos, y a fin de preservar la buscada
cohesión de sus componentes, debe responder a una estructura federal. No se trata del sucedáneo
federalista que existe en muchas partes y por ahí un nuevo partido lo plantea.
Se trata de un federalismo que nazca del auto reconocimiento de la igualdad de
sus miembros mediante un ejecutivo colectivo, obediente al control de las
bases.
En las Tierras del Libertador Grigotá
Setiembre del 2012
Cadogan
León, 2003, Tradiciones Guaraníes en el
Folklore Parguayo, Fundación León Cadogan (Volumen V), Asunción, Paraguay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario