¿Servidores públicos o líderes políticos?
Por Álvaro Jordán
En la oposición cruceña, al autoritarismo de Evo Morales, existe
una permanente queja por la ausencia de liderazgo, fenómeno que se intenta
explicar como una ausencia de carisma en los representantes, por la ausencia de capacidad para generar
propuestas, como consecuencia del colonialismo cultural interno o como
resultado de la actividad sectaria de los grupos de poder, cerrados y abiertos,
que han impedido el desarrollo del
pensamiento en la región.
Estos razonamientos, todos, en parte tienen razón, pero el
problema es de una profundidad mucho mayor. Este fenómeno tiene un alcance mundial
y tiene que hacer con la pérdida de correspondencia de las relaciones de
producción del sistema capitalista en su fase imperial, que se agota, con las
nuevas condiciones de existencia de las fuerzas productivas del emergente
sistema humanista.
El colapso del sistema del
capital estatal, más conocido como “sistema socialista en su fase imperial”,
dejó el liderazgo mundial en manos del sistema del capital privado en la forma
de economía de mercado globalizado.
Sin embargo, en muy pocos años
este sistema ha entrado en una crisis[1], que tiene todas las
características de ser terminal, la que en el campo político se identifica como
la crisis de las macro políticas del sistema. En otras palabras se está
hablando de las insuficiencias del liderazgo político, esto es la inocultable
incapacidad de los partidos tradicionales, de derechas e izquierda, incluyendo
sus alas radicales, para plantear soluciones y como consecuencia de ello está
la ausencia de líderes políticos.
En Bolivia se produce el
rompimiento del sistema capitalista con el desplazamiento de los partidos
tradicionales, en su momento identificados como sistémicos, para dar lugar a un
movimiento político cuya bandera era el cambio, apoyado en el reconocimiento
de los pueblos nativos tradicionalmente
marginados del escenario político y de los beneficios de la civilización, con una
oferta inicial de ampliación de la democracia representativa hacia una
democracia participativa, el reconocimiento del derecho a la autodeterminación
de los pueblos nativos, el equilibrio del ser humano con la naturaleza, la
generación del poder desde abajo, en fin una serie de planteamientos que
despertaron gran simpatía en los sectores mayoritarios de la República.
La toma de conciencia para
la realización de los cambios sociales
requiere condiciones de vida que posibiliten la agitación política. Las
primeras, condicionaron el fracaso de los partidos tradicionales y las segundas,
posibilitaron la toma del poder por parte del Movimiento al Socialismo.
Si bien es cierto, muy poco es
lo que se ha avanzado en la realización de los cambios, lo importante es que se
los ha introducido en la reflexión pública y, ante el agotamiento político del
Gobierno, su realización queda como tarea inexcusable para la renovación
gubernamental. Dicho de otra forma las dirigencias políticas del Gobierno
actual han fracasado en la realización de los cambios.
La incomprensión de la
profundidad del cambio ha llevado al proceso por un camino sin salida. Por un
lado se ha reconocido el carácter plurinacional del conjunto boliviano, pero
las veleidades hegemónicas, los complejos raciales y los resentimientos
sociales han colocado barreras insalvables.
La autodeterminación de los
pueblos, reconocida constitucionalmente, ha sido totalmente deformada. El
contenido colonial españolista de la República ha sido reemplazado por un
Estado paternalista, que rescata un contenido colonial de cultura aimara y
economía burocrática y delincuencial-masista. Para ello ha desconocido la
amplia mayoría mestiza, de 2/3 de la población, confirmada en repetidas
encuestas realizadas entre el 1996 y el 2006. También, en el censo poblacional
del 2001, se los desconoció y vuelve a repetirse en el proyecto del censo del
próximo noviembre. Este sector tiene peculiaridades propias en cada
departamento, por su mestizaje con etnias diferentes, por lo que es probable
que en cada uno se llegue a exigir su reconocimiento en forma separada.
El afán por justificar la
imposición de la hegemonía colonial aimara
también llevó al gobierno a desconocer las distintas nacionalidades
quechuas y aimaras presentes bajo estas lenguas genéricas. Así se ha negado la
existencia de importantes naciones como la Yampara, Q`ara Q`ara, Chichas,
Kullaguayas, Carangas, Pacajes, Uru Chipayas, entre otras, quienes también
reclaman su inclusión en la Constitución y el Censo.
En resumen, el carácter
plurinacional de la Constitución desaparece bajo la autoridad de un Estado
centralista, cuya esencia política y económica se encuentra en la expansión de
los intereses de las federaciones productoras de coca del Chapare. Siendo
considerada la coca como estupefaciente por la Convención Única de 1961 sobre
Estupefacientes, de la ONU[2] y al no cumplir el
Gobierno con dicha Convención, esta expansión incorpora al Estado boliviano al
círculo de la economía globalizada en la forma de un Estado delincuencial,
cualidad intrínseca de los Estados fallidos de la crisis terminal del sistema.
Luego del reconocimiento y aceptación
de pertenecer a una sociedad conformada por una pluralidad de naciones con
culturas, historias, lenguajes y religiones diferentes, así como con derechos territoriales y con intereses
diversos, es evidente que este complejo conjunto de diferencias ha sido la
causa por la que Bolivia después de casi 200 años de independencia no ha podido
ponerse de acuerdo para avanzar coordinadamente, originada en las pretensiones
hegemónicas dominantes de todo Estado centralista. Después de esta larga
historia de permanente abuso y discriminación sobre las minorías nacionales y
regionales, es claro que la única posibilidad de convivencia armónica es a
través de un nuevo replanteamiento orgánico-estructural que coloque en la base
el derecho a la autodeterminación de los pueblos y que brote desde las mismas
bases.
El cambio de fondo,
indispensable para sostener una política de auto reconocimiento de la
diversidad nacional, así como de respeto mutuo, garantía de una unidad al
margen de cualquier pretensión de imposición de una cultura sobre las otras, es
mediante la eliminación del paternalismo del Estado[3], lo que implica la
generación de la autoridad desde las bases con un control permanente de ellas,
es lo que la Asamblea del Pueblo Guaraní[4] plantea como “el poder
desde las bases”, estableciendo el respeto al diálogo como principio
fundamental de relación interna y garantía existencial de una sociedad pacífica
y humanista.
Los partidos políticos y sus
líderes son parte estructural del sistema del poder vertical del Estado, razón
por la que la crisis del sistema de economía globalizada, sostenido por el
poder centralizado, coloca a sus estructuras políticas en cuestión y los
partidos, así como sus líderes, pierden su razón de ser.
Con la conformación de la
sociedad humanista la administración pública estará gestionada por
representantes de las bases, permanentemente vigilados por las mismas en el
cumplimiento de sus responsabilidades, esto es que serán verdaderos servidores
públicos, atentos a la voluntad de sus mandantes y no manipuladores políticos
al servicio del centralismo del partido y del Estado, origen de la corrupción
generalizada del sistema. El nacimiento de los servidores públicos significa el
nacimiento de una sociedad horizontal y solidaria, donde los individuos desde
la base exigen el reconocimiento y respeto de las diferencias nacionales,
regionales y culturales, requisito indispensable para la construcción de una
sociedad humanista.
[1]
Jordán A., 2011, Humanismo Primitivo, Civilización y Humanismo Superior. http://humanismochane.blogspot.com/2011/12/humanismo-primitivo-civilizacion-y_29.html.
2012.
[2]
Organización de la Naciones Unidas, 1961, Convención
Única de 1961 sobre Estupefacientes. http://www.judicatura.com/Legislacion/1663.pdf.
2012.
[3]
Jordán A. 2012, Comentando “Los 10 hitos más importantes de la historia de
Bolivia” http://humanismochane.blogspot.com/2012/08/comentando-los-10-hitos-mas-importantes.html.
2012.
[4]
Asamblea del Pueblo Guaraní, 2006, Ore Ñemongeta, Propuesta hacia la Asamblea
Constituyente. Pg. 3 y 4, http://saludpublica.bvsp.org.bo/textocompleto/bvsp/boxp68/asamblea-constituyente-guaranis.pdf 2012.
En Las Tierras del Libertador Grigotá
Agosto del 2012
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