Fascismo
o Humanismo Superior
Por Álvaro Jordán
La humanidad toda y, en ella,
cada individuo en particular, nos encontramos todos cada día más inmersos en
una horrenda borrachera de poder que
socaba nuestra dignidad, nuestra ansias de libertad, nuestras esperanzas de
felicidad y amenaza nuestra existencia.
A partir de la crisis del poder, resultado del
agotamiento del sistema productivo capitalista[1],
ya sea éste privado o estatal, como expropiador del excedente del trabajo
ajeno, se viene consolidando una desembozada fascistización de los Gobiernos
del Planeta en un esfuerzo por lograr la
protección de sus riquezas y privilegios.
En la medida que estos gobiernos ajustan sus políticas
para preservar su sistema de explotación, lanzan a la calle nuevos ejércitos de
desocupados, como sucede con España, Italia y Grecia, consolidando nuevos
Estados ultraconservadores. En la medida que quieren ajustar sus abastecimientos
energéticos, aprovechando los reclamos populares contra las satrapías árabes,
se consolidan nuevos gobiernos militares al servicio del sistema de expropiación
de los excedentes, como en Egipto, Libia y todos los de la llamada Primavera
Árabe.
Los Estados
“democráticos” de Norteamérica y Europa invaden pueblos miserables como
Afganistán con el pretexto de combatir al terrorismo de Osama Bin Laden,
pueblos de culturas milenarias, como el de Irak, con el falso pretexto de
controlar la expansión de las armas nucleares, desenmascarando así su
militarismo colonial.
En América, las luchas de los pueblos por mejores
condiciones de vida se ven atrapadas por las falsas ofertas democráticas de
caudillos militares a nombre de renovadas propuestas de socialismo, como los
gobiernos militares del Comandante Hugo Chávez y del Comandante guerrillero
Daniel Ortega. La fracasada izquierda tradicional logra camuflarse con un nuevo
ropaje de humanismo indigenista y ambientalista para imponer nuevas dictaduras
del capitalismo estatal, como en Bolivia.
Renacen los viejos problemas coloniales, irresueltos,
como es la ocupación de las Malvinas por Gran Bretaña, la ocupación del Litoral
Boliviano por Chile, la disputa por el mar territorial entre Perú y de
nuevo Chile, nuevos puntos de fricción
fronteriza a causa de la eliminación por Colombia de refugios de terroristas en
los territorios de los gobiernos izquierdistas de Ecuador y Venezuela. Se
reabre el conflicto del archipiélago de San Andrés entre Colombia y Nicaragua.
Se crean nuevos roces fronterizos entre Nicaragua y Costa Rica. Y tampoco se debe
olvidar la formación de milicias populares y paramilitares en Venezuela y
Bolivia.
En el periodo de Lula, en el Brasil, el presupuesto
militar creció en un 50%[2]. Bolivia, País declarado constitucionalmente como pacifista, ha programado
para el año 2012 un presupuesto del Ministerio de Defensa del 25,1 % y del
Ministerio de Gobierno del 23,6%, haciendo un total del 48,7% mientras que sólo
asigna para el Ministerio de Educación un 4,1% y para el ministerio de Salud y
Deportes un 8,4%, con lo que el Estado plurinacional de Bolivia está mostrando
su carácter represivo y violento, recordemos la matanza en Pando, la invasión
de hordas paramilitares a Santa Cruz, los muertos de la Calancha, entre otros; es
el menosprecio por la educación de un pueblo analfabeto, que es mayoritario en
el campo y los anillos de pobreza urbana, y por la atención de la salud, cuya
miseria de cuerpos moribundos y
desparramados en los pasillos de los hospitales agreden toda conciencia
humana, además de su despreocupación por
el sector productivo y alimentario al asignar sólo el 1,2 % al primero y 6,6% al segundo, en un pueblo con una
informalidad que alcanza el 80% de la fuerza laboral.
El poder hegemónico se ve cada día más desesperado
a causa de la creciente escasez de los recursos naturales, y con la crisis del
2008 mantiene su agresividad, la economía de los Estados Unidos de Norteamérica
apenas se sostiene a costa del incremento de los desocupados y de los recortes
del gasto público. La Unión Europea hace malabarismos para intentar, desesperadamente sostener la unidad que se desmorona. Francia y Alemania están
planteando el establecimiento nuevamente de las fronteras nacionales para
impedir la masiva migración interna que se produce a causa de la crisis de
España, Grecia e Italia. Se plantea la posibilidad de reintroducir las monedas
nacionales. Los índices de crecimiento promedio están estancados y el
crecimiento de China ha empezado a disminuir.
América Latina es la región que todavía tiene índices de
desarrollo aún envidiables, aprovechando que el achicamiento de las reservas de
las materias primas, las han encarecido, beneficiando a los países productores
de éstas, los que son precisamente los de América Latina. Pero también la
crisis los amenaza, ya que el achicamiento de la producción mundial disminuirá
su demanda y se avizora una disminución de los precios de éstas y con ello, su
crisis.
Ante el empequeñecimiento de los recursos, ante los
irrefrenables y amenazantes reclamos populares por trabajo y contra la
delincuencia y ante la falta de propuestas de políticas que den solución a la
crisis del sistema cada vez más militarizado, la única alternativa posible, de
contenido humano, es la sustitución del poder decadente, sostén de las riquezas
ilegitimas, por una nueva cultura que reivindique la defensa de la paz, que
preserve la libertad, respete la riqueza de las diferencias humanas y su
equilibrio con la naturaleza.
Una nueva política humanista, del Humanismo Superior,
requiere una economía que reconozca el derecho de cada ser viviente al disfrute
personal de las riquezas del mundo, para ello es indispensable una distribución
equitativa del producto de su trabajo, que nadie se apropie del resultado del
esfuerzo personal. Es una necesidad existencial para preservar la vida, con
bienestar y en equilibrio con el medio.
El bienestar humano está estrechamente vinculado al
equilibrio con la naturaleza. El
humanismo superior desprecia toda política servil que no respete la dignidad
humana, por lo tanto rechaza el adulo hipócrita a la “Madre Tierra”. Con la
naturaleza, la que es mucho más integradora que “La Madre Tierra”, debe existir
una relación de equilibrio horizontal, la naturaleza debe ser querida como
nuestra Hermana, de cuya existencia depende la nuestra, es una herencia sagrada
de nuestros ancestros kandirenses[3].
Las diferencias irreconciliables entre los intereses de
distintos sectores económicos, sociales y culturales exigen una reestructuración
administrativa al servicio de las bases, sustentadas en el diálogo y respetuosa
de las diferencias, con lo que se hace indispensable la desaparición de la verticalidad del poder y su reemplazo con una
autoridad surgida y controlada desde abajo.
Estos cambios no violentos se van haciendo cada día más
factibles, gracias el acelerado incremento del conocimiento, facilitado por su
intercambio mundial en tiempo cero y por el vacío que va surgiendo como
resultado del creciente debilitamiento del poder que nos agrede. Solo está
faltando la organización, la que la humanidad no se atreve todavía a encarar
con decisión para consolidar, por fin, la era del Humanismo Superior.
En
las tierras del Libertador Grigotá, 1º de Mayo del 2012
[1]
Jordán, A., 2011, Humanismo primitivo, civilización y humanismo superior http://humanismochane.blogspot.com/search?updated-min=2011-01-01T00:00:00-04:00&updated-max=2012-01-01T00:00:00-04:00&max-results=11
[2]
Leger S., R. 1992, El planeta en la encrucijada: Gastos militares, sociales y
crisis ecológica, Icaria Editorial, España.
[3]
Jordán, A., 2012, Aporte cultural de la cosmovisión kandirense. http://humanismochane.blogspot.com/2012_04_01_archive.html.
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