El TIPNIS EN LUCHA
Por Álvaro Jordán
Cuando se inició la marcha en defensa de los derechos por el territorio de mojeños, yuracarés y chimanes, el Gobierno del MAS, con Evo Morales a la cabeza, mostrando su desprecio por estos humildes hermanos nuestros y con gran exultación y arrogancia sostenía que la carretera se iba a construir por encima de la oposición de los nativos (indios los llama él) y que el proyecto es irrevisable. Se abstuvo de informar que era un compromiso asumido con los colonizadores cocaleros y pluriculturales del Chapare, los dueños de la producción de cocaína en Bolivia.
Símbolo de Unidad Nacional
El primer minuto de silencio, que hoy quiero guardar y que estoy seguro usted lo compartirá conmigo, es en memoria del joven Pedro Moye, primera víctima fatal, a una semana del inicio de la marcha, a causa de las brutales condiciones a las que la sometió el gobierno racista de Evo Morales.
El segundo minuto de silencio, que hoy quiero guardar y que estoy seguro usted compartirá conmigo, es en memoria de la segunda vida truncada en la marcha por el TIPNIS, la inocente vida del bebé Juán Uche Noé, una vez más a causa del criminal cerco impuesto por el gobierno al impedir la asistencia necesaria para los marchistas.
El tercer minuto de silencio que hoy quiero guardar y que estoy seguro usted compartirá conmigo, es en memoria del Representante Chiquitano Edy Martinez Ribera, muerto cuando se desplazaba para incorporarse a la marcha de sus hermanos nativos.
Estas víctimas son más que suficientes para mostrar un cuadro de las difíciles condiciones por las que tuvieron que sobrepasar con gran dignidad los hermanos y hermanas marchistas, en este mes y medio, en su reclamo por el reconocimiento de sus derechos a su territorio y su modo de vida, a pesar de estar todos respaldados por la Constitución Política del Estado.
Se ha dado un paso importantísimo al lograr imponer la suspensión momentánea de la construcción de la carretera que destruía el territorio del TIPNIS, sentando las bases para el reconocimiento y el respeto del gobierno al modo de ser de nuestros hermanos mojeños, yuracarés y chimanes y a sus territorios.
Pero la victoria va mucho más allá porque con ello se consolida el respeto a los derechos de los nativos de todo el País y a sus territorios que empezaban a ser pisoteados por el estatismo colonial de Evo Morales y el MAS.
Con la victoria del TIPNIS se consolida, por lo menos momentáneamente, todavía queda una larga lucha para su consolidación definitiva, el reconocimiento de los derechos de los pueblos a la defensa de sus intereses ante la pretendida imposición de políticas extractivistas que sólo benefician a minorías extrañas.
El respaldo de unión nacional recibido por el TIPNIS, de las otras naciones nativas de valles y llanos de la cuenca amazónica y platense y del altiplano, autoridades departamentales, de instituciones cívicas, de organizaciones juveniles, universitarias, docentes, maestros, de la Central Obrera Boliviana y departamentales, de juntas vecinales departamentales en Santa Cruz, La Paz, Cochabamba y de los demás departamentos, las marchas solidarias de los Qhara Qhara, Conamaq, y los bloqueos de los guarayos, chiquitanos Guaranís Yapacaní y de benianos, pandinos, tarijeños, orureños, chuquisaqueños y potosinos, los hermanos de Rurenabaque, en fin una movilización a nivel nacional, que no es otra cosa que una manifestación directa de las bases que enfrenta la brutalidad del poder vertical representado por Evo Morales, sus ministros y mercenarios del MAS. Todo ello es el nacimiento de una nueva forma de hacer política desde las bases. De ahora en adelante ningún representante podrá actuar al margen de su voluntad por que las bases ahora saben que tienen todo el derecho y pueden revocar su mandato si no responde a ellas.
Esta es la primera gran enseñanza que hay que extraer de esta victoria parcial. Digo parcial por que sólo es el comienzo, todavía Evo Morales insiste en llamar a un referéndum inconstitucional, contra el que hay que luchar para que por fin este ensoberbecido Presidente aprenda que debe obedecer a las bases o sino debe irse del cargo ya que no responde a los mandatos.
Esto no será fácil, es necesario consolidar la organización de las bases del pueblo. Solo con ellas se logrará lo que todos queremos. En primer lugar consolidar la unidad nacional. En segundo lugar garantizar la defensa de los intereses de todos los habitantes de Bolivia. En tercer lugar lograr una organización que nos garantice el respeto mutuo para impedir cualquier intento de imposición y de disgregación. Para todo ello hay que desarrollar el diálogo como único método para superar las diferencias. Se debe comprometer la población a rechazar el uso de la violencia para dilucidar cualquier problema. Solo con estas premisas podremos avanzar sin el peligro de balcanizar el país, método acariciado por el Vicepresidente Álvaro García con sus aventuras terroristas conocidas como puntos de bifurcación. No podemos dar lugar al nacimiento de hegemonías militares como la de Israel con los palestinos, no podemos tolerar la hegemonía de una nación sobre las otras, todos debemos tratarnos como hermanos que se cooperan solidariamente, que no se aceptan imposiciones abusivas como las que ha pretendido Evo Morales con la población del TIPNIS y que por supuesto es contra todas las naciones sometidas al coloniaje interno. De permitirse estas arbitrariedades el único futuro de Bolivia será la horrorosa dispersión que se ha impuesto en Somalia. Razón por la que todos debemos estar consciente de los peligros a los que nos quiere arrastrar la arbitrariedad del sectarismo que pretende imponer el partido de gobierno
28 de setiembre de 2011
En las tierras del Libertador Grigotá
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