Por Álvaro Jordán M.
La discusión sobre el federalismo en Santa Cruz y Bolivia toda se ha intensificado una vez más[1], lo que me place muchísimo ya que el federalismo humanista es parte esencial de la gestación del Humanismo Superior[2] y puesto que no ha sido planteado por ninguno de los expositores, lanzados a la palestra pública, pasamos a resumirlo para permitir a la ciudadanía disponer de un cuadro de análisis más amplio.
Empecemos recordando que el Humanismo Superior es una propuesta política
económica y social, que plantea el reconocimiento del poder de las bases
ciudadanas ejercido en la forma de una democracia directa, lo que implica la
conformación de una estructura legislativa, administrativa, económica y
productiva obedeciendo las directrices políticas básicas emanadas de ellas. En
otras palabras, se trata de un poder que nace en la
ciudadanía mediante el diálogo horizontal y se ejerce de abajo hacia arriba a
través de los representantes, delegados, coordinadores, administradores,
verdaderos servidores con poder delegado para el cumplimiento de sus
responsabilidades; los que las bases seleccionan, evalúan y juzgan.
Emanando el poder desde las bases, evidentemente estará en primer lugar la
defensa de sus intereses, de sus derechos, de su identidad y de su dignidad,
los que, en un espacio local y regional, preservando los principios de unidad
del individuo y su equilibrio con el conjunto, implica el establecimiento de un
sistema federal y humanista, y que, por la irrupción de nuevos enfoques
humanos, se trata de un cambio verdaderamente revolucionario.
Sudamérica, en los inicios de la invasión europea, se encontraba ocupada
por dos grandes espacios culturales: La cuenca
amazónica-platense-orinoquence estaba
saturada de pueblos con un nivel social y de desarrollo económico
correspondiente a la última etapa del humanismo primitivo[3], con un poder disperso en
comunidades en transición, del matriarcado
al patriarcado, razón por la que los primeros invasores bárbaros describen
la existencia de extensas regiones en las que las amazonas[4] defendían el matriarcado,
de los hombres, que imponían el patriarcado. Mientras tanto en las montañas se
habían consolidado pueblos patriarcales con un nivel civilizatorio con fuerte
poder absolutista y teocrático, ya de carácter imperial, condición de poder
que, apoyado en conceptos de superioridad de castas, primero, y/o de clase,
después, llevó a consolidar un centralismo republicano de carácter colonial.
El piedemonte, al éste del complejo andino hasta el
Atlántico, al sur del Ecuador, comprendía un espacio territorial disputado
violentamente entre los distintos pueblos que lo ocupaban. Estaban las Amazonas
a lo largo del rio del mismo nombre, muchos pueblos nómadas, entre los que se
destacaban las distintas ramas guaraníes que ocupan la franja atlántica y
migraban al oeste en busca de su Kandire[5] o Tierra sin Mal y pueblos
arawaks, sedentarios que ya habían logrado el desarrollo agrícola como los
pueblos chanés de los llanos del Grigotá y de Manso, en la Bolivia actual.
El oeste del continente, sobre la cordillera andina,
hasta la costa del Pacífico estaba ocupado por la expansión imperial incaica,
los que también invadían a los de la selva del Este.
Los llanos fueron escenario de siglos de mestizaje, chiriguanización le
llamaron, resultado de la invasión guaraní a los espacios chanés y otros como
los sirionó, yuracarés, moxos, etc., integrando la condición guerrera de los
primeros con la laboriosidad agrícola de los segundos, Del mestizaje y las
alianzas se conformó un poderos frente contra la invasión de los ejércitos
imperiales del Inca, cuya confrontación culminante se produjo entre el tercer y
quinto lustro del siglo XVI a la cabeza del Libertador Grigotá, quien venció
los ejércitos del Inca comandados por los
Generales Guacané, Condorillo y Turumayo. Un cuarto ejército fue enviado
a las órdenes del General Yasca, el que se disolvió en el camino, amedrentado
por las derrotas de los ejércitos que lo precedieron; este espíritu de derrota
fue el que encontró Francisco Pizarro en su invasión por el Norte y pudo
imponerse con 150 soldados al ejército de 30.000 hombres del Inca. Fortalecido
Grigotá[6] también venció y expulsó a
los guaraníes, que los sometían, por lo que amerita la condición de “Libertador” para El Grigotá,
y se transforma así en el único Libertador que ha existido en estas tierras.
Las gestas del Libertador Grigotá fueron resumidas por el ayudante de Ñuflo
de Chaves, cofundador de Santa Cruz de la Sierra, el Capitán Martín Sánchez de
Alcayaga en una Relación, que tomó como referencia, su hijo, el cura de Mataca
D. Diego Felipe de Alcaya para enviar al virrey marqués de Montes Claros, la
que tituló como “La Relación Cierta…”
Se han registrado dos crónicas, versiones sobre el mismo tema: La primera
escrita por el Capitán Martín Sánchez de Alcayaga, mencionada y utilizada por
distintos exploradores que ingresaron hacia Moxos en busca de El Dorado como el
gobernador Solis de Holguín y otros, pero que curiosamente todas las copias
desaparecieron y no ha quedado ningún ejemplar para la historia. La segunda, escrita
por el cura de Mataca, hijo del Capitán de Chaves, es la que la Universidad
Gabriel René Moreno ha publicado en un libro titulado Cronistas Cruceños del
Alto Perú Virreinal, conmemorativo del IV Centenario de la fundación de Santa
Cruz de la Sierra[7].
Evidentemente hubo una razón muy poderosa para que las autoridades
españolas hicieran desaparecer la copia escrita por el capitán de Chávez. Es
seguro que no estaba de acuerdo con la política colonial del imperio invasor de
España, el que reemplazaba al imperio colonial incaico y hubo que eliminar para
empezar a construir la nueva historia de la política colonizadora de España
siguiendo el principio aceptado por todas las sociedades de la humanidad de que
los vencedores hacen su historia y ocultan las que no les conviene; se encargó
de ello al cura de Mataca, nada mejor que este joven y obediente curita para
cumplir con el mandado. Ya, la adjetivación del Título muestra la suplantación
del fondo de la historia. El curita califica de “Cierta” su versión, que sacó
de la de su padre, autor del original desaparecido y testimonio más cercano a
los hechos, que declara haber tomado como referencia, pero que con la
adjetivación de “Cierta”, pone en duda la certeza del original y no ofrece
ninguna aclaración que justifique la certeza de su versión
El Dr. Hernando Sanabria Fernández, respetado historiador e intelectual
cruceño, se encargó de hacer una introducción analítica de la mencionada
“Relación Cierta…” El prólogo tiene una introducción de considerada sobriedad,
sin embargo, pronto entra a una redacción fluida y descarnada cuando comienza
identificándola como una “narración de hechos aderezada ad libitum” cuyos
propósitos estaban “encaminados a consolidar la posesión y goce de aquel
fastuoso país”.
Estas dos frases explican la necesidad del poder colonial invasor español
de eliminar la ejemplar heroicidad de Grigotá y de su pueblo chané al vencer a
los ejércitos del imperialismo colonial andino en defensa de su libertad, nada
conveniente para el nuevo imperio que se imponía al incaico y esclavizaba a los
amazónicos, para lo cual hubo de tergiversar la historia, tarea encomendada al
curita de Mataca. Muestra el pobre nivel cultural del cronista al hacer
interpretaciones superficiales de expresiones guaraníticas, así como otras
quechuas, dice Sanabria, Finalmente desenmascara diversas falsificaciones
históricas que hace fuera de la realidad. Razones más que suficientes por las
que otro reconocido historiador, prologante de la crónica de Lorenzo Caballero,
también incorporada al libro de la Universidad Gabriel René Moreno,
conmemorativo del IV Centenario de Santa Cruz de la Sierra, Germán Coimbra
Zanz, aclara que:” se basa principalmente
en Martín Sánchez de Alcayaga. Toma lo que le interesa, cierto o falso, pero
sin las tergiversaciones como escandalosamente hizo Diego Felipe de Alcaya.”
Ambos historiadores coinciden en que la “Relación Cierta…” es una burda
falsificación de la realidad. Sin embargo, estos cuentos hasta en la actualidad
siguen repitiendo los historiadores centralistas “cruceños” sin intentar
enfrentar la suplantación histórica, debido a su identificación personal
colonialista o a una deshonesta aceptación de la censura impuesta por el poder
hegemónico “cruceño”, que somete a la muerte civil o a la condición de
traidores al “cruceñismo” a quien se atreva a desenmascararla. Es por ello que
los dueños del poder local, intentando ocultar un poco sus vergüenzas, suelen
utilizar a especialistas extranjeros para fortalecer el pensamiento colonial
español y el centralista republicano.
La versión, al mismo tiempo, resume la interpretación de la historia de
Santa Cruz en su imbricación colonial y centralista. Es permanente la presencia
directora en su interior de agentes del colonialismo, que se reproduce en forma
continua con todos los gobernantes y autoridades nombrados por la corona
española, apoyados por los mancebos de la tierra[8] y sus descendientes, los
que permanentemente se esforzaron por debilitar a los pueblos, defensores de lo
nuestro, especialmente con el genocidio étnico realizado contra el pueblo
chané, dueños de los territorios donde está fundada la actual ciudad de Santa
Cruz de la Sierra y todos sus alrededores; a quienes también hicieron
desaparecer de la historia, Hay que rescatar, sin embargo, que el mestizaje en
esta región lleva los genes de esta valerosa estirpe. hasta hoy ocultada por
las políticas racistas implantadas por los mancebos de la tierra, colonialistas
vergonzantes de la actualidad cruceña. En la época de la independencia se expresaron
particularmente en la figura del feroz Aguilera sostenido por el ejército
español y los mancebos de la tierra; principal defensor del colonialismo
español durante las luchas independentistas En la fundación de la República,
las pretensiones imperiales de Bolívar llegaron a Santa cruz de la mano del
centralista Antonio José de Sucre quién desplazando la débil y flamante
independencia cruceña lograda el 14 de febrero de 1825, en acción artera envía,
supuestamente reconociendo el espíritu libertario cruceño, con el rango de
Presidente de Santa Cruz a su delegado el coronel José Videla, acompañado de un
fuerte respaldo militar del ejército invasor al mando del coronel Francisco
María del Valle, con el encargo secreto de fusilar a los rebeldes de Santa Cruz.
Había programado la elección de los representantes provinciales (Cercado, Valle
Grande, Moxos Chiquitos y Cordillera) para el 4 de abril de 1825, desconociendo
la independencia de Santa Cruz e imponiendo la convocatoria a la convención
fundacional de la República centralista en Chuquisaca; para lo cual se eligió a
Vicente Seoane y Vicente Caballero en representación de Santa Cruz por las
provincias de Cercado y Valle Grande. No se reconocieron representantes de las
provincias de Moxos, Cordillera y Chiquitos por ser regiones plenamente
identificadas con la independencia de Santa Cruz Previendo la manipulación se
produjo el día anterior la rebelión encabezada por los batallones “Libres de
Santa Cruz” y” Libres de Valle Grande”, quienes fueron controlados por el
ejército colombiano de ocupación y se dio la orden de fusilamiento, impuesta
por el invasor Antonio José de Sucre. Los héroes asesinados por defender la
libertad cruceña fueron los oficiales cruceños: Sebastián Justiniano, José
María Campos Sánches, Domingo Vargas, José Manuel Torrico Bejarano y Rafael Pórcel;
fueron los primeros mártires por la libertad de la Patria Chica, la Santa Cruz libre. Con esta
horrenda afrenta al pueblo cruceño se dio inicio a la repetición del tormento
vivido por el pueblo como colonia española durante tres siglos, reviviéndolo
durante dos siglos más como colonia del centralismo republicano. Es una larga y
heroica lucha por la defensa de lo nuestro, cuyos puntos culminantes en el
siglo IXX fueron las rebeliones federalistas del Dr. Andrés Ibáñez en el 1877 y
la de los Domingos el 1892, además de la guerra permanente de los pueblos
guaraníes, cuyo punto álgido fue la batalla de Kuruyuky en la que fue asesinado
el jefe guaraní, Apiaguaiqui Tumpa y 6.000 guerreros, el 1892, en manos del
ejército de ocupación del chilenófilo Aniceto Arce.
En el año 1899 la oligarquía paceña liberal, al mando del General Pando, promovió una guerra civil
por la capitalía contra Sucre, para ello gestó un movimiento, conjuncionando
las simpatías nacionales con el federalismo, logró movilizar las fuerzas aimaras
defensoras de los intereses étnicos locales, ofreciéndole al Jefe nativo,
Zarate Villca, la Segunda Presidencia de Bolivia, el reconocimiento del grado
de General del Ejército de Bolivia, además del reconocimiento de derechos para
el pueblo aimara. Por otra parte, consiguió convencer al gobierno peruano con
ofertas territoriales y ventajas comerciales a cambio de la provisión
suficiente de material militar para organizar un ejército de guerra.
La guerra civil fue sostenida principalmente por el heroico arrojo del
ejército aimara, sin embargo, luego del triunfo de las fuerzas federalistas,
Zárate Villca fue encarcelado y mandado asesinar en un camino desolado de las
montañas paceñas. Luego el partido Liberal comenzó el periodo más nefasto de la
historia de Bolivia. En primer lugar, a pesar del triunfo del federalismo con
miles de héroes sacrificados, éste no fue reconocido, evidentemente la oferta
federal estaba fuera de los principios centralistas del liberalismo. Prueba más
que suficiente de que los pueblos no deben confiar jamás la defensa de sus
intereses en partidos centralistas. Esta lección se ha repetido varias veces en
los movimientos cívicos de Santa Cruz, Aprovechado el fuerte compromiso de los
cruceños con la defensa del federalismo, varias veces han apoyado a las
dirigencias de partidos centralistas que declararon su adhesión al federalismo y que luego han traicionado a los
movimientos cruceños beneficiándose del poder que consiguieron con el respaldo
cívico.
No hay que olvidar que esta anti patria colonial centralista, es la
responsable del achicamiento del territorio, que cuando nació Santa Cruz por
disposición del virrey Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, llegaba
hasta la Línea de Tordesillas por el Este y hasta el Rio Amazonas por el Norte[9]; la política colonial
redujo las fronteras hasta las que existían al momento de la independencia. Con
la república y el poder en manos del partido Liberal, estos traidores
centralistas negociaron arteramente los territorios con acuerdos venales a
favor de Chile, Perú y Brasil. Ellos son
las responsables del continuo achicamiento del País, cuya superficie,
incluyendo las que se entregaron al Paraguay, pasó de 2,373.256 Km2 al momento
de su independencia, en el 1825, a 1.098.581 Km2 que tiene en la actualidad, es decir que la República, asentada en el
centralismo colonial, es responsable de la pérdida de más de la mitad
del territorio. La miseria generalizada de la población a causa de un Estado
corrupto y la continuidad de la República centralista llevará a los bolivianos
a su irremediable desaparición, que únicamente podrá ser superada con políticas
de control directo de las bases ciudadanas, esto es el federalismo humanista.
El abuso colonial del poder central fue denunciado una vez más, por la intelectualidad
cruceña con el Memorando[10] del 1904. Se demostró que
el centralismo apoyado en la mayoría parlamentaria altiplánica asumió
posiciones contra los intereses nacionales a fin de favorecer sus intereses
mezquinos. Como ejemplo: en el Memorando se presentó un estudio económico de
los costos del transporte de las exportaciones e importaciones por los
distintos posibles puertos de contacto internacional, demostrando la
conveniencia económica de los puertos sobre el río Paraguay, situación nunca considerada
por el gobierno colonialista porque no conviene a los intereses mezquinos de
las hegemonías altiplánicas y prefieren el sacrificio económico de la población
nacional a fin de no favorecer el interés regional oriental. También explicaba
que todas las iniciativas elevadas al parlamento siempre fueron ahogadas por
las mayorías parlamentarias al servicio de los ambiciosos intereses
centralistas del altiplano, de forma similar, importantes iniciativas son
rechazadas por no favorecer las políticas del partido de gobierno como es el
caso actual con el problema del Censo Nacional, que el gobierno nacional
manipula en función de los intereses de la política del partido de gobierno y
rechaza la racionalidad y la legalidad de los planteamientos angustiosamente
defendidos por la delegación camba.
Esta anti patria colonialista, todavía en la actualidad, se encuentra muy
activa en los grupos de poder manejados por el Estado en Santa Cruz, fieles
siervos del poder del Estado Nacional, por los partidos políticos, todos
centralistas y funcionales al partido oficial, las organizaciones secretas
dependientes de los niveles superiores secretos afincados en el los intereses
altiplánicos, las dirigencias clericales obedientes al poder vertical
eclesiástico, asociado al poder del Estado, organizaciones sociales centralistas y la permanente
presencia de los herederos de los mancebos de la tierra, dueños del poder de
todas las instituciones públicas y privadas cooptadas por el Comité Pro Santa Cruz.
Todos ellos mantienen las mentiras históricas contra nuestros héroes
máximos, por ejemplo, repiten machaconamente la Relación Cierta…para ocultar a
nuestro héroe Chané, el Libertador Grigotá y a las gestas heroicas de nuestros
pueblos para mantener impoluta la grandeza del imperio altiplánico, recurriendo
incluso a extranjeros para no ser acusados de traición. Una muestra actual de
la permanente persistencia de la pensamiento colonial en los grupos de poder
local son los afanes por eliminar de la plaza principal de Santa Cruz el monumento
del patriota Manuel Ignacio Warnes y su reemplazo por la del invasor
colonialista Ñuflo de Chaves; gracias a la resistencia de la opinión pública el
cambio no se ha realizado, pero abusando del poder llegaron a modificar el
pedestal eliminando los compromisos patrióticos que habían dejado allí,
escritos en piedra, los seguidores del patriota, promotores del monumento, como recuerdo de los objetivos postergados
por la imposición del poder.
Este es un resumen muy breve de algunos antecedentes históricos,
culturales, étnicos económicos y sociales que sustentan las políticas
coloniales del Estado republicano puestas en beneficio exclusivo de las
oligarquías citadinas, al servicio de intereses imperiales y en desmedro de los
intereses locales de la mayoría de los distintos departamentos del País. Esta
relación colonial es permanente en la existencia de la República, desde sus
inicios, es decir que nunca ha existido el reconocimiento del principio de
buena fe en que se asientan las relaciones de la ciudadanía con el Estado.
Razón más que suficiente para exigir un cambio estructural de fondo de la
democracia, la economía, la política, y fundamentalmente las relaciones de
poder en que se sustenta el Estado, que garanticen el respeto mutuo entre los
componentes cultural-territoriales y eviten el desmembramiento del País.
La alternativa a la república más aceptada en los tiempos que corren es la
que propone una estructura federal, construida en base del reconocimiento de
una relación cultural territorial acorde a los derechos de los pueblos. Hay
muchas alternativas y podemos decir que cada País construye la suya en busca de
una distribución equitativa de las riquezas. Sin embargo, hay que reconocer que
casi todas están fundamentalmente asentadas en el ejercicio tradicional del
poder vertical, que sustenta el sistema mundial de Estados. (Estados Unidos de
Norteamérica, Federación Rusa, Unión Europea, Argentina, México, Brasil,
Venezuela, etc.) y en este marco se encuadran las ofertas presentadas en el
Comité Pro Santa Cruz. Por la relación de poder vertical en que se sustentan,
tanto en el modo federal como en el republicano, todos son países de creciente
corrupción, criminalidad y un estado de crisis irrefrenable, cuyo único destino
es un agotamiento insalvable del sistema de poder vertical. Con este
federalismo, asentado en el poder vertical, lo único que se logra es retrasar
el momento del agotamiento del sistema de poder vertical y cuya salida
ineluctable es un cambio estructural, económico, social y de poder que logre
resolver los problemas que agudizan la crisis.
De esta situación de crisis, ya hicimos el análisis correspondiente en el
libro “De la civilización al Humanismo Superior”, donde se concluye que la
alternativa existente para la humanidad es la adopción del Humanismo Superior,
que implica la construcción del federalismo humanista.
El federalismo humanista se asienta, en primer lugar, en la democracia
directa, es decir que las bases conjuncionadas en el diálogo constructivo
asumen el poder total y construyen una sociedad con el poder ejercido por las
bases ciudadanas, determinan las políticas que darán sustento a la sociedad y
que se encargarán de hacer cumplir los representantes, administradores o
servidores que ella misma seleccione, evalúe y juzgue.
El Humanismo Superior y el Federalismo humanista son dos aspectos que se
complementan mutuamente y serán construidos por las bases ciudadanas, toda
resolución pasará por su filtro, de modo que sería arbitrario pretender
establecer en detalle las directivas para la formación de esta sociedad y aquí
solo esbozamos los principios fundamentales que sostienen al Humanismo
Superior, como ser el ejercicio del poder desde las bases, la organización
comunitaria fuente del poder de bases ciudadanas, la democracia directa, el
diálogo constructivo, el nombramiento de los representantes, administradores,
directivos y origen de la estructura administrativa cuyo ejercicio se realizará
con el poder delegado por la bases, a quienes deben someter sus actividades para
su evaluación, aprobación o rechazo. Las bases ciudadanas como dueñas del poder
se encargarán de establecer las políticas para el desarrollo de los principios
que sustentan la federación humanista.
A modo de referencia sobre experiencias ya desarrolladas se puede mencionar,
como modelo para el diálogo constructivo de una federación humanista el ejemplo
de Suiza, asentado en la democracia directa y cuyos resultados han sido muy
exitosos a tal punto que colocan ese País entre los más avanzados del mundo a
pesar de tratarse de un País muy pequeño con una superficie de apenas algo más
del 11% de la de Santa Cruz, con distintas etnias nativas y ser un País
mediterráneo.
Otra experiencia muy interesante es la que evoluciona aquí en Santa Cruz,
en la provincia de Cordillera, ha tomado el nombre de Territorio Autónomo
Guaraní Charagua Iyambae[11].
Es un
largo proceso de las luchas del pueblo guaraní, después de siglos de
sacrificios se concreta en las marchas reivindicativas de la última década del
siglo XX, se impone al Gobierno el reconocimiento del derecho de los pueblos a
la autodeterminación y al territorio, reconocido en la Constitución establecida
el 2009 y en el 2017 eligieron su Gobierno Autónomo Indígena Originario
Campesino (GAIOC
El estatuto
establece tres instancias: órgano de decisión colectiva, el órgano legislativo,
y el órgano ejecutivo obedientes a las bases ciudadanas El municipio tiene 71.745 km² y se organizó
territorialmente en seis zonas, dos parques nacionales y un área de
conservación e importancia ecológica.
Se hizo
la reestructuración de la entidad municipal y la consolidación del nuevo
estatuto que brinde lineamientos a la nueva forma de gobierno que implica la
participación plena de todos los habitantes de esta región para la toma de
decisiones y gestión de proyectos.
La nueva forma de administración pública que se implementa a
través de la autonomía reemplaza al antes llamado municipio. Es una complicada
situación ya que se está frente a una organización asentada en el poder de las
bases ciudadanas que se ejerce a nivel de un organo de decisión colectiva, con
un organo lejislativo y uno ejecutivo responsble de su cumplimiento. Todo dentro
de la organización de un Estado centralista con un poder ejercido desde arriba.
En un sitema en crisis la causa principal de la corrupción es
el ejercicio del poder vertical, es evidente que la democracia directa, esto es
el poder
ejercido desde abajo es la solución adecuda para la eliminación [U1] de este poder que lo corrompe todo, esto es la Federación
humanista.
En las Tierras del Libertador Grigotá.
24
de Setiembre del 2024
[1] La adhesión del pueblo al federalismo sigue en el tiempo una curva
repetitiva sinusoidal. El descontento contra el centralismo asciende hasta
desembocar en una protesta rebelde que es dirigida por un partido centralista
que asume la bandera federal, pero luego desenmascara su rostro centralista traicionando al federalismo y este desciende. Así se repite una y otra vez la
historia hasta que logre su maduración y explote con la federación humanista.
[2] De la Civilización al Humanismo Superior,
Álvaro Jordán, Amazon, 2018
[3] Definido como
comunismo primitivo por K. Marx. Pero el comunismo nunca existió por su
incongruencia con la evolución. Fue una sociedad solidaria asentada en el Don,
que hemos definido como humanismo primitivo.
[4] Amazonas, mujeres guerreras de la última etapa del matriarcado
(humanismo primitivo), en el que las mujeres defendian la sociedad contra el
patriarcado del inicio de la civilización.
[5] Kandire o Tierra sin mal, Tierra de gente buena, Tierra de la
abundancia, Tierra del amor y la felicidad, resumen de la Tierra buscada por
los guaraníes en sus migraciones hacia los contrafuertes andinos, unos la
identifican con los Llanos de Grigotá, otros con algún lugar chané del norte
argentino y otros la ubican en los contrafuertes andinos en el norte de Perú.
[6] Grigotá era el rango reconocido al jefe de los pueblos chanés de los
llanos del Grigotá y los chanés del sur,
sometidos por los guaraníes. La liberación de los pueblos quechuas, aimaras
del altiplkno y de los chanés da pié para recoocerle el rango de Libertaddor
Grigotá.
[7] Cronistas Cruceños del Alto Peru Virreinal, Edición conmemorativa del IV Centenario de la
Fundación de Santa Cruz de la Sierra. (Diego Felipe de Alcaya, Lorenzo
Caballero, Alonso Soleto Pernia, Pedro de Arteaga), Autor: Universidad
Gabriel René Moreno Publicado en 1961.
[8] Mancebos de la tierra, así llamaron en
Paraguay y luego en Santa Cruz a los primeros mestizos nacidos de los españoles
invasores, que no trajeron mujeres españolas, y las mujeres nativas con las que
se emparejaron Sus hijos fueron excelentes capataces de las tierras que sus
padres recibieron en compensación por el aporte a la apropiación de las tierras
nativas. Fueron los herederos del sistema feudal implantado en América, de
quienes desciende la oligarquía iberoamericana.
[9] Erick Red Taremacua, Los
grandes errores del Conquistador, Imprenta La Estrella de Jacob, 2008.
[10] Memorandum. P. 24..., Apuntes para la historia de los movimientos
cívicos cruceños. Carlos Valverde Barbery. Impresora San Antonio. Santa Cruz de
la Sierra, 2002