martes, 10 de diciembre de 2019

Opinión de la Escuela del Humanismo Superior


Opinión de la Escuela del Humanismo Superior
Los extraordinarios y exitosos paros cívicos que se realizaron a lo largo del 2019 en Bolivia son resultado de la lucha pacífica contra la dictadura del autoproclamado partido como socialismo del siglo XXI. Se efectivizaron por la acción de una organización emergente en la lucha horizontal adoptada en reemplazo al verticalismo fracasado del sistema de partidos políticos de la oposición y oficial.  Una organización horizontal de bases ciudadanas, generada espontáneamente por la voluntad de los vecinos alrededor de cada punto de bloqueo, que conformaron las organizaciones cívicas de bases vecinales, promotoras de un liderazgo a partidario, portador de las reivindicaciones democráticas ante los niveles políticos superiores.
Es una organización nacida en la lucha por la democracia que viene sustituyendo a los partidos como expresión natural y directas de la voluntad del pueblo boliviano, desplazándolos de la hegemonía política nacional. Es el resultado de una larga acumulación de indignación ante las continuas arbitrariedades dolosas del gobierno que habrían estimulado la sospecha del fraude en los generosos resultados eleccionarios de anteriores elecciones.
Desde la aparición de las plataformas ciudadanas el pueblo ha venido logrando resonantes éxitos en la lucha contra la dictadura. En primer lugar, la victoria del referendo del 21 de febrero del 2016, y luego en lucha a brazo partido que han dado los exitosos resultados alcanzadas en las calles, hasta conseguir la renuncia de la dictadura, en el 2019.
Ha sido una lucha centrada en la defensa de la democracia directa del pueblo, contra el partido oficial del Mas y contra el dictador Evo Morales, pero también ha sido una lucha contra la sectarización de los partidos de oposición.
Después de estos éxitos históricos, cuando el camino está despejado, nuevamente aparece el oportunismo de partidos políticos que solo quieren beneficiarse del trabajo que no hicieron, sino beneficiarse de la lucha del pueblo contra la dictadura de Evo Morales, de la lucha contra el verticalismo del partido, de la lucha contra el centralismo autoritario, de la lucha contra el colonialismo interno y el nacionalismo fascista. Se ha desplegado una intensa campaña por reflotar figuras reiteradamente desechadas por su ineficiencia y ahora se quiere esconder el éxito de la lucha integradora por la paz.
El pueblo victorioso ahora debe tener la capacidad de preservar su unidad como condición de su éxito y reclamar el premio de sus victorias para que no sea escamoteado por los oportunistas de siempre, Es la única forma de preservar la dignidad alcanzada y preservar la libertad que tanto ha costado. Ningún partido político tiene el derecho de reclamar un liderazgo que no le pertenece.
Diciembre 2019

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