Declaración
del Humanismo Superior
Convencidos, que el
crecimiento descontrolado de la riqueza
ha llevado a una fase de estancamiento y agotamiento de la era de la
civilización.
Seguros, que la
característica principal de la era de la civilización es la consolidación del
poder del estado como sustento de la clase hegemónica, sea esta esclavista,
feudal, capitalista[1]
o imperialista.
Conscientes, que
estos sectores minoritarios de la población, se constituyen en beneficiarios
abusivos del producto del trabajo, la ciencia, la tecnología y las riquezas
naturales del conjunto de la sociedad.
Alarmados por el
creciente uso de la coerción a fin de lograr el sometimiento de las mujeres, nativ@s,
campesin@s, trabajador@s, profesionales, universitari@s, estudiantes, cuentapropistas,
comunidades, juntas vecinales, cooperativistas, gremios, sindicatos,
instituciones, organizaciones de bases, indignados del mundo, de los sectores
mayoritarios a los intereses de los sectores minoritarios de la población.
Impresionados por el
crecimiento, moralmente inaceptable, de la brecha entre ricos y pobres.
Azorados ante los
degradantes efectos generados por el poder sobre la sociedad, que se expresan
en la pérdida de libertad, la pérdida de dignidad, el desprecio a los derechos
humanos, la conculcación de los principios y valores que la sustentan, el
genocidio y la destrucción masiva de las guerras, el crecimiento descontrolado
de la corrupción con su secuela de criminalidad, inseguridad ciudadana,
violencia física y sicológica y el desprecio por la hermana naturaleza.
Preocupados en
impedir que el poder, sostén de la agonizante civilización, ponga en riesgo la
existencia del género humano y su equilibrio con la naturaleza por su vocación
violenta y sus políticas de despilfarro y consumistas.
Impulsados por el
fracaso del capitalismo y del socialismo en la distribución privada y social,
respectivamente, de las riquezas.
Compelidos por la
simultaneidad del carácter individual y social del ser[2] humano.
Persuadidos de la
necesidad de una distribución equitativa y justa de las riquezas, la que exige
su apropiación directa a los sectores de bases, esto es la entrega de los
beneficios del trabajo, la ciencia, la tecnología y las riquezas naturales al
individuo, intermediado por la región[3].
Comprometidos con la
defensa de los derechos individuales, al margen de las diferencias de razas,
color, género idioma, ideológicas,
intereses económicos, culturales, religiosos y reconociendo la
complementariedad de l@s diferentes, el respeto al otro, la equidad, la
reciprocidad, la solidaridad y el diálogo como instrumentos de consenso.
Fortalecidos por la
experiencia histórica y la claridad del pensamiento de nuestr@s herman@s
nativ@s[4], cuya
propuesta fundamental para garantizar el respeto humano y de la naturaleza es
la generación de la autoridad desde las bases.
Viviendo la humanidad
un intenso proceso, determinado por el agotamiento de la era de la civilización, el ingreso a una etapa de
transición y el inicio de la nueva era del Humanismo Superior.
Reconociendo a la
experiencia de casi 200 años del centralismo presidencialista como responsable
del continuo achicamiento de Bolivia y de su incapacidad para alcanzar una
convivencia equilibrada de la diversidad cultural.
Aceptando que ni el
centralismo republicano ni del estado plurinacional ha podido armonizar la diversidad étnica y la
complejidad mestiza del país.
Identificando al
colonialismo interno como los portadores de recurrentes factores de fricción y
origen de permanente discriminación y exclusión.
Protestando por la
sostenida debilidad económica del país y la permanente amenaza a la unidad por
causa del colonialismo interno.
Respaldando el
reconocimiento que hace la Constitución Política de los tratados
internacionales sobre los derechos y deberes en relación con la defensa de los
derechos humanos.
Persuadidos del
ineluctable fin de la era de la civilización y de la responsabilidad de los
humanistas para ofrecer una solución objetiva, racional y equilibrada, en
interés de todos.
Seguros de que la
filosofía del Humanismo Superior contiene los elementos suficientes para la
sustitución del poder por un instrumento pacífico en la búsqueda de soluciones.
Proponemos las bases,
que el Humanismo Superior considera indispensables para facilitar el proceso de
cambio en beneficio de cada un@ y del conjunto de l@s miembros del país, del
equilibrio con la hermana naturaleza y sean garantía del fortalecimiento de la
unidad.
Bases
del Humanismo Superior para
un Acuerdo de
Unidad
1-
Reconocimiento
de los derechos individuales, consensuados mediante el diálogo constructivo de
hombres y mujeres, trabajador@s, campesin@s, nativ@s, profesionales,
cuentapropistas, universitari@s, estudiantes, juntas vecinales, cooperativas,
gremios, sindicatos, instituciones, organizaciones de bases, en la comunidad,
en el municipio, en el departamento y/o en la región como cimientos para un
Acuerdo de Unidad.
2- Reconocer el carácter
individual y social de los beneficios del producto del trabajo, la ciencia, la
tecnología y de las riquezas naturales consensuados en cada nivel regional en
base a la democracia directa y/o participativa, complementada con la democracia
representativa en estricto cumplimiento del diálogo constructivo y haciendo uso
de los principios de equidad, de complementariedad de los diferentes, el
respeto al otro, la reciprocidad, y la solidaridad.
3-
Reordenamiento
de la estructura de coordinación y administración de servicios en función a los intereses de
las bases, consensuados regionalmente.
4-
Nombramiento,
control y revocatoria desde las bases de todos los representantes y
coordinadores en los distintos niveles administrativos, legislativos y
coordinación en atención a sus cualidades de servicio y capacidad.
5- Actualización de la
Autonomía regional en reconocimiento al derecho de la autodeterminación de los
pueblos y en el marco de la unidad del país.
6-
Respeto
de las competencias regionales, libremente autodeterminadas.
7-
Conformación
del Concejo de Coordinación, en cada nivel regional, responsable ante las
bases.
8-
Reconocimiento
del Primer Servidor (de carácter honorífico). Nombrado en forma rotatoria,
entre los miembros del Concejo de Coordinación Regional.
9-
Actualización
de la Constitución Política del Estado.
10- La realización
pacífica de estos cambios fundamentales sólo será posible con la participación consciente
del conjunto de la población. Es indispensable generar la movilización de cada
ciudadano, por lo que todo promotor del humanismo superior se debe transformar
en un activo difusor de la conciencia humanista y organizador de las bases de
vecin@s, trabajador@s, estudiant@s, culturales, profesionales y otras.
Álvaro Jordán
En
las Tierras del Libertador Grigotá
Marzo, 2013
[1]
Capitalista: comprende al privado y al estatal, ya que ambos se apropian del
excedente del trabajo en beneficio de sectores
hegemónicos.
[2]
Jordán A., 2011, “Humanismo Primitivo, Civilización y Humanismo Superior”.
[3]
Región: comprende a la comunidad, el municipio, la provincia y el departamento
en
forma separada o voluntariamente mancomunadas.
[4]
Propuesta guaraní a la Constituyente: Ore Ñemongeta. P 3 y 4. 2006.
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