LIBRO POLITICAS DE HIDROCARBUROS DE LOS VECINOS PARA BOLIVIA
Hago llegar a ustedes este libro preparado por encargo de una organización oficialista, por lo tanto, seguramente es parte de la política hidrocarburífera para aplicar por el gobierno.
Hay que destacar que se trata de cuatro entendidos en la materia y contiene aspectos importantes con relación a la participación de representaciones de los departamentos productores y de la transparencia administrativa.
Sin embargo basta mirar los mapas para darse cuenta que en los planteamientos de desarrollo siguen la concepción colonizante del altiplano, cuyo centro ahora es Cochabamba, lugar privilegiado actualmente por el personalismo del presidente Morales.
Se vincula todo el altiplano con gaseoductos para su desarrollo industrial y no se considera para nada los departamentos de Pando, Beni e interior de Santa Cruz.
A Santa Cruz se la considera sólo a través de un “polo de desarrollo” perdido en la frontera, olvidando que este departamento fue el abastecedor de energía en los primeros ochenta años de existencia del petróleo en todo el territorio de la llamada Bolivia, sea la republicana o la ahora plurinacional.
A Tarija, con ella a nosotros y a todo los departamentos se les niega la posibilidad de constituir sociedades públicas y/o mixtas para llevar adelante emprendimientos empresariales.
Como resumen, los vecinos del país del altiplano se han apoderado de nuestros recursos energéticos para beneficio de ellos, incluso el libro plantea eliminar alguna vicepresidencia que reclaman los camireños cuando toda la empresa debió instalarse en Santa Cruz desde su creación y no ser base de la burocracia paceña e instrumento del sometimiento de nuestros pueblos al coloniaje altiplánico.
Lamentablemente nuestras dirigencias citadinas del pasado, cómplices del centralismo colonial, en esa época no tuvieron la dignidad que tienen ahora los camireños de reclamar lo que nos pertenece, deuda que todavía queda pendiente.
Es por esta y muchas razones más que la autonomía oficialista no sirve y necesitamos consolidar, un día, una confederación que garantice una sociedad boliviana de respeto mutuo.
Por una Bolivia federalista y humanizada
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