lunes, 27 de abril de 2009

Evo Morales: marxista, leninista, socialista y comunista

Marxista, leninista, socialista y comunista
Por Álvaro Jordán
El presidente de Bolivia, aprovechando la reunión de presidentes americanos realizada en Trinidad-Tobago, se ha declarado marxista, leninista, socialista y comunista, (MLSC).
Con esta autodefinición se clarifica a los ingenuos, que las alianzas estratégicas con sectores que no comparten esta ideología se han acabado.
Este sinceramiento del Presidente de Estado es extraordinariamente importante para el auto reconocimiento político de la población de este país. En primer lugar Evo Morales está notificando que es un gobierno de clase y que la única clase que le interesa es la trabajadora. Todos los demás: indígenas, campesinos, clase media, pequeños y grandes propietarios, agricultores y empresarios no tienen nada que esperar del Gobierno MLSC. Estas son clases, que en la concepción MLSC, deben desaparecer para dar lugar al socialismo, en su primera etapa, y, posteriormente, al comunismo.
El desaparecer quiere decir que todos deben transformarse en proletarios, proceso conocido como proletarización de las clases no proletarias, y el que se resiste a la transformación en asalariado debe desaparecer físicamente en el proceso de proletarización. Es el régimen conocido como dictadura del proletariado o “democracia” para los trabajadores.
El Premio Nobel de la Paz, Alexandr Soljenitsin , en su obra cumbre “Archipiélago Gulag” describe con mucho detalle las increíbles atrocidades que debió padecer el pueblo de la Unión Soviética en el proceso de imposición de la dictadura del proletariado de esta sociedad. Los bolcheviques mataron a 110 millones de personas: 44 millones en la II Guerra Mundial y otros 66 millones desde la colectivización hasta la muerte de Stalin en 1953.
Otro tanto se puede recordar, con mucha tristeza, de los sacrificios del pueblo chino, vietnamita y así de todos los que recorrieron el camino de la revolución MLSC. De 22 países que lograron el triunfo por la violencia, solo dos conservan el régimen MLSC, estos son Corea y Cuba, ambos con un crónico e inocultable estado de pobreza. Algunos de los otros, como China, para preservar la hegemonía de la clase burocrática partidaria, han tenido que transformarse en administradores de un Estado al servicio de las transnacionales, asociación que permite índices de crecimiento todavía interesantes. El resto, y estos son la mayoría, han tenido que entregar el Estado a la democracia burguesa.
Este cuadro histórico de la experiencia de las revoluciones MLSC muestra que el Estado boliviano está repitiendo una experiencia amarga, ya conocida, y cuyo único desenlace, aparte de las atrocidades que ya se vislumbran en una confrontación provocada permanentemente por el oficialismo, será su reemplazo por un nuevo régimen, ojalá con mayor democracia y de contenido humano.
Al hacer esta reflexión estamos muy lejos de simpatizar con el neoliberalismo, sólo que hasta ahora es el que mejor se adecúa a las condiciones objetivas de producción, razón por la que las pretensiones socializantes sólo han sido otro modo más de explotación de las mayorías a cargo de una nueva clase, dueña del Estado y propietario monopólico del patrimonio de los pueblos.
El agotamiento del sistema asentado en la propiedad, ya sea privada o estatal, ya ha comenzado. Los graves problemas que enfrenta la humanidad se encuentran sin propuestas de solución.
Las metas del milenio están muy lejos de ser cumplidas. La brecha entre ricos y pobres crece, a nivel interno de los países, y también crece entre los países ricos y pobres. Las existencias de recursos, según los especialistas, no permiten vislumbrar de ninguna manera la posibilidad de que los pobres puedan acceder a un nivel de vida humanamente aceptable.
El agotamiento de los recursos naturales se ha transformado en el desencadenante de crisis cada vez más frecuentes en un proceso de ajuste de las relaciones de producción a las nuevas condiciones planteadas por este lento agotamiento.
El crecimiento de la población agudiza la crisis al exigir más recursos naturales y nuevos servicios, exacerbando de esta manera la pobreza en el mundo.
Los niveles de contaminación, los que amenazan la existencia de la vida misma en todo el planeta, no están siendo controlados. Los países con niveles de desarrollo más elevado como Estados Unidos de Norteamérica, China, Australia, Japón, la Unión Europea, entre otros, no están haciendo los esfuerzos suficientes para garantizar su control. Particularmente EEUU y China se resisten a firmar el Acuerdo de Kioto.
Es evidente que las contradicciones entre el modo productivo y las relaciones de producción son insolubles dentro de los esquemas tradicionales y plantea la necesidad de encontrar las soluciones fuera no solo del sistema productivo hegemónico, sino que la búsqueda nos lleva fuera de las bases de la civilización misma.
Un análisis más profundo del problema muestra que estos están llevando a la sociedad a plantear la necesidad de enfrentar con valentía y esperanzas las soluciones fuera del marco utilitario de la economía. Particularmente las existencias limitadas de los recursos están afectando a las bases misma de la civilización, con el excedente cada vez más escaso y cada vez más costoso, agudizando los problemas entre ricos y pobres, los primeros imponiendo políticas cada vez más brutales y los segundos exigiendo la humanización del sistema y su equilibrio con la naturaleza.
El excedente, que nace en la primera etapa de la civilización, es la base económica del poder, que ha acompañado a la civilización en todos sus modos productivos y ha sido el sostén de cada uno de ellos, por lo tanto es el origen de la brutalidad que la ha acompañado.
Se ha iniciado un largo proceso de transformación de la civilización en una nueva era, que se va perfilando con un poder vertical cada vez más empequeñecido y reemplazado por un nuevo estado de contenido básicamente administrador y obediente a la democracia de bases.
Para la situación particular de Bolivia, las demandas sociales plantearon una democracia directa y en base a ella se exigía la autonomía departamental y nativa, banderas que adoptó en su campaña el actual régimen en el poder, sin embargo una vez alcanzado éste, una vez más se engañó a las bases y se fortaleció el poder del Estado, el que ahora se declara marxista, leninista socialista y comunista.
Como contraparte en un sector importante de la población del País se ha consolidado la demanda de una disgregación del poder en nueve autonomías departamentales, dentro de un proceso de acercamiento a las bases y ampliación de la democracia, con la perspectiva de incorporar las autonomías nativas en forma similar a las ya existentes autonomías municipales.
Este proceso a corto plazo se enmarca en el proceso a largo plazo de humanizar la sociedad, buscando el respeto a la vida y en equilibrio con el entorno, que conforma el bienestar individual y social y que en un plazo mediato se transformará en una Federación Humanista.
Santa Cruz, 25 de abril de 2009

Soljenitsin, Alexandr Archipiélago Gulag, Imp. España, 1975
http://www.antorcha.org/cast/gulag.htm
Jordán, Álvaro, Federación Humanista. http://humanismochane.blogspot.com
Jordán, Álvaro. Kandire, origen y evolución del llano boliviano. Edit. UAGRM. Santa Cruz. 2005
Para mayor información acceder a: http://humanismochane.blogspot.com
http://kandire.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

El artículo es muy esclarecedor, pues la clase que no es proletaria debe darse cuenta que no tiene espacio para estar en Bolivia de acuerdo a las declaraciones del Sr. Morales.
atte,
Jipurí