GEOPOLÍTICA REGIONAL
Por: Álvaro Jordán
Son
muchos los temas importantes que se han abierto a la discusión de los
pensadores políticos con motivo de la cercanía de las elecciones nacionales y a
raíz de la huida del dictador Morales. Hallo de especial importancia el tema de
la Geopolítica Regional, tema de permanente reflexión desde antes del
nacimiento de la República, durante su formación y su recorrido histórico, de
actualidad y de proyección básica.
Para
la discusión del tema es imprescindible esclarecer el centro de interés del
análisis, saber si nos referimos al ámbito continental, nacional, departamental
o municipal. Es alrededor de estos ámbitos en que se entretienen los pensadores
de la discusión política electoral nacional, sin atrever a pronunciarse sobre
el tema de fondo, ya sea por ignorancia o por sus intereses mezquinos, el que
trata sobre la permanente relación colonial[1] de los niveles superiores
sobre los niveles inferiores.
El
cálculo político, dice la jerga politiquera, hace que tampoco digan nada sobre
el ámbito mundial de dependencia en el que se inscriben. Al callar estos
importantes asuntos, que hacen a la independencia y al crecimiento regional en
cualquiera de sus espacios, muestra con mucha pena, que los niveles de
conocimiento y de responsabilidad política de las expresiones partidarias que
representan la región, son de un pobre contenido moral. político e intelectual.
La
humanidad está inmersa en un sistema mundial de poder piramidal, establecido
por un acuerdo de las principales potencias vencedoras de la guerra mundial del
40-45, conocido como Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, (EUA, URSS,
Gran Bretaña, Francia y China), donde las resoluciones solo se aprueban con la
unanimidad de estos cinco centro de poder,
si alguno de ellos se opone, estas se rechazan, es decir que la humanidad de
193 Estados, en muchos casos obedece a la voluntad de uno de estos cinco
componentes. A las directivas de este esquema responde el centralismo del
Estado boliviano.
Bolivia,
ya nació como un Estado centralista bajo la autoridad del ejército de Sucre,
acordado con la dirigencia mestiza alto peruana y con la garantía del poder
militar del ejército boliviano. Las deplorables condiciones en que se encuentra
el pueblo boliviano en la actualidad muestra que tanto el Estado como las
dirigencias mestizas, actualmente transformadas en partidos políticos, y el
poder del ejército han sido un total fracaso y son un fracaso, porque en el
momento actual la miseria del pueblo boliviano hace que Bolivia ocupe, por
ejemplo, el último lugar del PIB per cápita en el conjunto de países de Sudamérica.
La pobreza se explica porque en lo externo los partidos en ejercicio del poder
del Estado siempre han establecido políticas de comercialización de nuestros
recursos naturales en condiciones de sometimiento económico a las condiciones
de explotación impuestas por los centros imperiales En lo interno, la condición
colonial que facilitaba el robo de nuestras riquezas por España fue heredada
por la república posibilitando el robo de las riquezas provinciales hacia los
centros del poder republicano, de esta manera ha habido un flujo permanente de
riquezas hacia al extranjero de los dictadores militares y civiles que usando
el poder acumularon inmensas riquezas y al perder el poder se fueron con ellas
al exterior, incluyendo muchos conocidos contemporáneos. Los extensos
territorios provinciales y municipales eran manejados por una política oficial
colonial incorporada a la Constitución Política del Estado vigente hasta el año
2009, y todavía vigente de hecho, la que promueve la exportación legal e ilegal
de las riquezas.
Con
esta base, tan débil, es evidente que otros aspectos importantes para la
geopolítica boliviana no han tenido resultados favorables en Bolivia, así por
ejemplo el territorio con el que teóricamente nació toda la región era de 2.363.769
Km2, en la actualidad apenas
alcanza a 1.098.581Km2[U1] . La diferencia se perdió por la pobreza del
Estado, que mantuvo un ambiente de deficiencia intelectual, política y militar
incapaz de argumentar, justificar y defender la integridad territorial. Eran
territorios que, de acuerdo con el Uti possidetis iuri pertenecían a Bolivia en
el momento de su nacimiento, pero a causa de la incapacidad del Estado
boliviano para sentar soberanía física dio lugar a reclamos de parte de los
vecinos, al permitirse la colonización extranjera, así como la vigencia del
principio de Uti possidetis de facto dando lugar a conflictos bélicos que al final
fueron resueltos mediante tratados respaldados por posiciones de fuerza
desfavorables para Bolivia.
Al
momento de su nacimiento, Bolivia emergió como un Estado con políticas indefinidas
en cuanto a la defensa de sus intereses y soberanía, mencionemos algunos hechos
sobresalientes de su primera etapa de vida.
Aparentaba
conformar un Estado poderoso, mientas éste estaba a cargo del ejército de Sucre.
Así los territorios de Chiquitos que habían sido ocupados por el ejército
imperial del Brasil, aprovechando que el Alto Perú todavía se encontraba
dedicando sus esfuerzos a la lucha por su independencia del Imperio español, al
anunciar Sucre su decisión de recuperarlos, fueron inmediatamente devueltos a
Bolivia.
La
Confederación Perú-boliviana, ante sus aspiraciones de incluir Tarija, Salta y
Jujuy provoco un conflicto bélico con Argentina al que se agregó Chile para
evitar la barrera que se conformaba en el norte a sus aspiraciones
expansionistas, además del agregado rebelde de los oponentes peruanos a la
conformación de la Unión del Perú con Bolivia. Fue derrotada el 1839 en la batalla
de Yungay y desnudó su debilidad.
Simón
Bolívar, Protector de la recientemente creada República de Bolívar, al día
siguiente de la declaración de independencia, el 7 de agosto de 1825, dispuso
la cesión de las provincias de Chucuto y Huancané al Perú. El silencio de las
autoridades bolivianas mostró la ausencia de compromiso con el interés de su
pueblo, condición que se ha mantenido hasta nuestros días.
Este
resumen, muy parcial, muestra que El Estado, El Ejército y los partidos
políticos bolivianos en estos doscientos años de existencia han probado fehacientemente
que no tienen condiciones para conducir exitosamente los intereses del pueblo
que habita este País, así como preservar la identidad, la cultura y el
patrimonio de los pueblos de Bolivia, por lo tanto, deben ser eliminados en su
totalidad antes que ellos lleven a Bolivia a su desaparición.
El
estado de crisis múltiple que atraviesa la humanidad y con ella el pueblo
boliviano en particular, exige la introducción de ajustes drásticos en la
estructura política, económica y social de la sociedad para encontrar un estado
de sobre vivencia sostenible, humana y en equilibrio con el medio.
El
poder que sustentan las instituciones centralistas debe ser reemplazado por una
democracia de bases encargada de definir las políticas educativas,
universitarias, productivas, administrativas y de seguridad del conjunto
regional, que sirvan al beneficio del
conjunto de bases ciudadanas,
Sin
embargo, con terrible pena se puede constatar que ninguno de los partidos
políticos en la actual coyuntura electoral ofrece una solución a estos
acuciantes problemas que aquejan a la existencia de Bolivia, rogamos por que el
caos que envuelve a la humanidad toda dé a nuestro pueblo el espacio para
encontrar la ansiada salida humanista del pueblo boliviano.
En las Tierras del
Libertador Grigotá
Septiembre del 2020
[1] Jordán A. 2018, , De la Civilización al Humanismo superior, Amazon, 2018.