sábado, 23 de noviembre de 2013

El doble aguinaldo

El doble aguinaldo
                                   Por Álvaro Jordán(*)
El doble aguinaldo es apenas un mecanismo de la confrontación entre el capitalismo estatal y el capitalismo privado en la lucha por el  poder en Bolivia.
Los dueños del estado y sus asociados, los beneficiarios del capitalismo de estado, buscan consolidar el poder, que ya ejercen, mediante el triunfo en las elecciones presidenciales que se deben realizar el próximo año y para ello, haciendo uso del poder que tienen, sorprenden a la oposición instruyendo un doble aguinaldo para el sector asalariado de todo el país con el argumento de haberse sobrepasado el crecimiento económico proyectado y las ganancias deben ser repartidas en el conjunto poblacional, interpretación demagógica y de manipulación política por que no beneficia al conjunto poblacional, sino al asalariado. Aparte de que no todos los sectores han sido parte de la bonanza que sostiene el gobierno. De lo que en el fondo se trata es ganar los votos de este importante sector ciudadano y de muchos inocentes, arrastrados por la propaganda.
El capital privado se desgañita protestando porque no hubo ninguna consulta previa, por lo arbirario y nada democrática imposición, y tienen razón, es un golpe que seguramente los que han hecho buenos negocios, como el estado, con los altos precios de los hidrocarburos y los narcotraficantes de la coca chapareña, que no paga ningún impuesto ni regalía, podrán absorver, pero los que no, las pequeñas actividades privadas, seguro que verán afectada su economía.
Los asalariados, dice el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), en el mejor de los casos es del 18% de las personas ocupadas, lo que deja lejos a las  declaración del Presidente de “beneficiar a toda la población boliviana”. Por su lado los comerciantes y pequeños productores ya han anunciado, que al no haber sido beneficiados con la medida, van elevar el precio de los productos para sacar su aguinaldo, evidentemente perjudicando a toda la población boliviana y esto sí que no es una manipulación política, es la más cruda realidad.
Quedan otros sectores como los rentistas, jubilados, desocupados y minusválidos, quienes a pesar de pertenecer a los sectores más pobres de la población sólo les queda el cuero para soportar esta nueva arremetida contra su miseria.
Es evidente que la medida es totalmente injusta, felicidades para los asalariados, que se beneficien, por lo menos ellos, con estas migajas que larga el estado de los suculentos beneficios económicos que ha generado la crisis para los pobres y del enriquecimiento de los dueños del capital, pero los demas se la tienen que apañar y aguantar.
Las consecuencias para el conjunto de la población es que habrá un incremento de precios y un incremento de la inflación, cuyo efecto es un aumento del costo de la vida como obsequio de Navidad para el pueblo todo. Es el resultado de la toma de decisiones de carácter vertical, en que el capital del estado intenta beneficiar a sus directos dependientes, los trabajadores de la burocracia estatal. Es una muestra de la incapacidad del estado para resolver los problemas del conjunto de la población y al final solo gobierna para el sector que lo sostiene, esto es el sindicalismo asalariado, el cocalero y el narcotráfico que no paga impuestos.
Todos sabemos que el excedente económico con el que el estado ha justificado el doble aguinaldo es resultado de los precios extraordinrios que rigen la exportación de los hidrocarburos. También deberíamos saber que estos hidrocarburos, básicamente pertenecen a los departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca, Tarija y Cochabamba, los que son expropiados para el beneficio del estado, en desmedro de las poblaciones locales, las que en la mayoría de los casos no tienen acceso a esta energía ni para sus cocinas, que son a leña, menos para su alumbrado y otros usos básicos, generando una relación económica de carácter colonial.
En resumen, Bolivia está experimentando las consecuencis de la injusticia de la estructura económica capitalista, de expoliación de sus riquezas para el beneficio de uno pocos y en desmedro de la mayoría. A nombre del estado se manipula políticamente a la población para conseguir la legitimación de esta arbitrariedad.
(*) aaojordan@gmail.com
En las Tierras del Libertador Grigotá
Noviembre de 2013

jueves, 7 de noviembre de 2013

Estados fallidos: transición al Humanismo superior


Estados fallidos: transición al Humanismo Superior
                   Por: Álvaro Jordán*
Generalidades. El concepto de estado fallido es una abstracción, cuyo contenido expresa la corriente ideológica que lo interpreta. Según López Martín, A, los creadores del término “Estado Fallido” son los politólogos norteamericanos Steven R. Ratner y Gerald B. Helman, con su libro “Saving Failed States”, quienes lo utilizaron para referirse a la condición de estados fracasados como Somalia, Liberia y Camboya.
En esta  línea, se ha generalizado su uso para referirse a un estado caracterizado por el debilitamiento de las funciones estatales, especialmente las policiales y judiciales, pero también las de servicio, con la consiguiente parálisis del gobierno. Un estado fallido no garantiza el control físico sobre su territorio, carece del monopolio de la fuerza, tiende hacia el fracaso social, político, económico y está ausente del debate democrático.
Los norteamericanos lo han usado para referirse a estados que cobijan a terroristas y constituyen un peligro para países “estables”, argumentos con los que han justificado invasiones como las de Irak y Afganistán.

Los tres problemas mayores de seguridad internacional del mundo occidental de las primeras décadas del siglo 21 son el terrorismo internacional, la delincuencia y la proliferación de las armas de destrucción masiva, todos estrechamente relacionados con el estado fallido.

Todos los países son socialmente inestables por estar las mayorías sometidas coercitivamente a las minorías. La llamada estabilidad no es otra cosa que un equilibrio inestable, logrado por los efectos del poder, con un desequilibrio relativamente rápido ante los embates de la crisis.

Se hace imprescindible aclarar, que en esta reflexión, en general, se hace uso del concepto de poder como una relación social característica de orden-obediencia, esta es, como una relación de coerción, incluyendo el contenido de Max Weber, del uso legítimo de la violencia en forma de estado, exepto las referencias concretas al poder no coercitivo.

Siguiendo a Clastres P., el poder político lo constituyen el poder coercitivo y el poder no coercitivo. El estadio de la civilización se caracteriza por la presencia sobresaliente del poder coercitivo, es el que distingue a la sociedad occidental, el prerrequisito indispensable para imponer la explotación en la sociedad de clases.

En la sociedad humanista, el estado se transforma en una organización de administración, coordinación, producción y servicio determinada por las bases. El estado weberiano no existe, por lo tanto, el poder coercitivo desaparece, pero el poder no coercitivo adquiere su máxima vitalidad, totalmente separado de la violencia, actuando mediante el control social directo, mejor dicho, ejercido mediante la participación directa de las bases.

Índice de estados fallidos. El estado fallido está considerado como un seri0 desafío a la seguridad interna y externa, motivo por el que se ha creado un índice de estado fallido para medir anualmente la evolución de este pr0blema en el conjunto de los países.

Su análisis adquiere mucha importancia porque la inestabilidad y las consiguientes transformaciones políticas, económicas y sociales pueden expresar proyecciones de conflictos nacionales, que tienden a reproducirse en  conglomerados significativos de países, como fue la implosión del sistema socialista, el resurgimiento del socialismo, actualizado como del siglo 21, y, en los tres últimos años, la primavera árabe.

El Fondo para La Paz elabora una lista anual del índice de estados fallidos. Empezó el 2005 con 76 países, el 2009 ya abarcó 177 países y el 2013 son 178 países, en base a 12 criterios resumidos como sigue: 1. La presión demográfica creciente, 2. Movimientos masivos de refugiados y desplazados internos; 3. Descontento grupal y búsqueda de venganza, 4. Huida crónica y constante de población; 5. Desarrollo desigual entre grupos; 6. Crisis económica aguda o grave; 7. Criminalización y deslegitimación del estado; 8. Deterioro progresivo de los servicios públicos; 9. Violación extendida de los derechos humanos; 10. Aparato de seguridad que supone un estado dentro del estado; 11. Ascenso de elites fraccionalizadas 12. Intervención de otros estados o factores externos.

Otro punto de vista, arbitrario, es el que presenta Noam Chomsky en su libro “Estados fallidos: El abuso de poder y el ataque a la democracia”. Hace un detallado análisis de lo que significa el poder para la humanidad, interpretando que el abuso de poder lo genera el imperialismo de Estados Unidos de Norteamérica, (EUNA). Adolece de un grave defecto de contenido sectario, porque el análisis no comprende a los otros centros de poder que existen en la humanidad. Es una opinión demasiado simplificada el inducir en el pensamiento, que la única fuente de abuso de poder es la del imperialismo norteamericano. Es un abuso de poder intelectual y un insulto a la inteligencia.

Si el imperialismo norteamericano desaparece, no habrá cambiado casi nada porque los otros centros de poder, por su propia esencia,  continuarán haciendo lo mismo que Chomsky critica a los norteamericanos, por lo tanto, un mínimo de honestidad científica exige hacer las valoraciones para el conjunto del sistema de poder. Con lo que se llegará a conclusiones muy distintas y más próximas a la realidad.

Evidentemente, al plantear una crítica incompleta del poder, Chomsky deja abierta una puerta para justificar la presencia de otras formas de poder, que tiene mucho cuidado en no tocar, como es la del capitalismo de estado.

Chomsky ha llegado a asegurar que el término Failed States, estados fallidos, es una teoría inventada por la administración estadounidense tras el fracaso de sus políticas acerca del eje del mal, los estados terroristas o estados forajidos y otras creaciones. Lo utilizaría para nuclear a la opinión pública y centrar los esfuerzos contra gobiernos y países cuyas políticas no concuerdan con la visión del gobierno norteamericano.

Es cierto que la preocupación se ha desencadenado allí, pero en realidad, es un fenómeno propio de la etapa actual del desarrollo del capitalismo globalizado, de interés del conjunto de la humanidad, independiente de toda voluntad y preocupa cada vez más por su continuo crecimiento y, más que todo, porque les afecta a todos.

El mal uso político del concepto de estado fallido es el motivo por el que los especialistas de la confusión le dan un contenido indefinido y tendencioso. Así nos encontramos con denominaciones tales como de estados frágiles, estados fracasados, estados desestructurados, estados en crisis, estados forajidos, estados terroristas, estados en descomposición o estados colapsados y otras expresiones muy diversas con significados muy variados, semejantes e incluso  intercambiables. Toda esta profusión semántica genera incertidumbre y es resultado, precisamente, de la inexistencia jurídica de estas categorías de estados.

Estados fallidos y poder. Por parte del humanismo superior se ha optado por la expresión de “estados fallidos” por interpretar todas sus facetas en función del concepto de poder, que se concentra en el estado, y deducir que esta relación esencial es la que falla cada vez más, aparte de ser el primero acuñado para hacer referencia a la realidad que se analiza, es  además el que goza de mayor asentimiento y difusión.

El humanismo superior interpreta la existencia de la condición de estado fallido cuando éste no cubre sus obligaciones de servicio a la población en un nivel de seguridad y bienestar aceptable, reconocidos por un marco democrático.

Es una condición presente en todos los estados del planeta debido a que el sistema mundial capitalista está asentado en una estructura de poder al servicio de los “dueños” de la riqueza, o sea los dueños del capital, cualquiera que este sea, privado, mixto o estatal y no al servicio del pueblo.

En todos los países del mundo, el pueblo se encuentra excluido, en distintas proporciones, de la toma de decisiones sobre la distribución de la riqueza, razón por la que la condición fallida es parte inseparable de todos.

La condición fallida expresa la carencia de gobernanza producida por el vacío de poder  generado por la supeditación de los intereses del pueblo a los intereses de los dueños de la riqueza, los que, con los dueños del poder, constituyen dos caras de la misma moneda.

El estado se arroga la autoridad de decidir por todos, pero en realidad en el mejor de los casos, con la democracia representativa, decide en función de la mayoría, la que generalmente apenas es mayoría simple, discrimina a los otros, cuyo conjunto hace la mayoría, absoluta y marginada.

Este es el origen del colonialismo interno, que padecen los pueblos y hace cada día más despreciables a los gobiernos que pretenden homogeneizarlos en base a la supremacía que impone la nación estado, arbitrariedad que convulsiona aceleradamente a los pueblos.

A su vez es una de las causas del fracaso del nacionalismo, ya sea en la forma de capital privado, cuya expresión radical fue el nazismo, comúnmente llamado fascismo, sustentado por el partido nazi (Nationalsozialistische Deutche Arbeiterpartai), o ya sea en la forma de capital estatal, cuya expresión radical fue el estalinismo, sustentado por el partido comunista.

De la presente reflexión encontramos que los estados fallidos, en la transicion al humanismo superior, se fortalecen con el agotamiento del sistema de producción capitalista en su fase de globalización, expresa el constante debilitamiento del poder que sostiene al sistema y cuyo final será su inevitable desaparición.

Estados fallidos y civilización. Si se trata, concretamente, de la eliminación del poder coercitivo, se está frente a un proceso mucho más profundo que un simple cambio del modo productivo.

El poder coercitivo es la característica principal del estadio de la civilización, por lo tanto su eliminación significa el fin de este estadio y el advenimiento de uno nuevo, que, ante la desaparición del poder coercitivo y a causa de la insurgencia del poder no coercitivo, debe ser necesariamente humanista: el estadio del humanismo superior.

Como resultado de la crisis del sistema y por ausencia de orientacion política coherente, la sociedad entra a un periodo de caos caracterizado por la aparición de los estados fallidos. La insatisfacción crece, al margen de la autoridad y a causa de ella, y se convierten los estados fallidos en la principal característica de la etapa de transición del estadio de la civilización a la del humanismo superior.

Como resumen concluimos, que el agotamiento del sistema de poder, sustento del estadio de la civilización, fortalece el desarrollo de los estados fallidos como embrión informe del estadio del humanismo superior.

Crecimiento de los estados fallidos. En forma general se puede comprender el proceso de formación del estado fallido en el sistema de poder coercitivo a partir del ejército de desocupados, que mantiene permanentemente y en forma artificial el sistema capitalista para asegurar un monto mínimo de los salarios de la masa trabajadora, es decir que el estado fallido es condición necesaria del capitalismo para asegurar sus ganancias con costos mínimos, a su vez, como etapa de transición, es el germen de su desaparición final.

Con la crisis, este ejército crece, desequilibrando la institucionalidad establecida, generando la explosión de la delincuencia, de la corrupción, del crimen organizado, llegando a conformarse verdaderos ejércitos paramilitares a su servicio, cuyas muestras extremas son;

En Méjico, de donde, el secretario de defensa de EUNA, León Panetta, afirmó que 150.000 personas han fallecido por la violencia entre los cárteles del narcotráfico y a causa de la existencia de espacios territoriales en los que el estado es muy débil.

Otra forma de ocupación de estos territorios son las guerrillas, como en Colombia, donde el conflicto armado ha dejado más de cinco millones de víctimas, que padece este país desde hace más de medio siglo. Con características propias podemos también incluir a Irak, Afganistán, países de África y del resto del mundo, donde fuerzas irregulares cuestionana la autoridad del estado.

Un caso sui géneris es el de Bolivia, donde las federaciones de cocaleros de Cochabamba, proveedores informales de coca a los narcoproductores y cuyo producto genera el tráfico internacional de la cocaína, han logrado poner a su presidente de presidente del país, con lo que resulta que los proveedores de coca al narcotráfico han conseguido su propio estado, que les da seguridad interna y  gestiona oficialmente la ampliación del mercado a nivel internacional, como por ejemplo: el pedido de autorización del presidente de Bolivia, Evo Morales, a las Naciones Unidas, para la legalización del comercio internacional de la coca.

Con la drogadicción se logra la degradación espiritual y física de la sociedad, su dependencia política y económica, razones más que suficientes por las que el gobierno está muy interesado en ampliar su control mediante el consumo de coca y sus derivados.

El caso extremo del estado fallido, de ausencia de  estado desde hace ya 23 años, es el caso de Somalia, donde no existe responsable gubernamental, por ejemplo, para el cumplimiento de los compromisos internacionales. Internamente se ha consolidado una guerra civil entre los jefes tribales y clanes. Hay una especie de federación fáctica con fronteras en permanente movimiento a causa de la guerra, sin gobierno de coordinación nacional. Incluso las intervenciones internacionales de la Misión de la Unión Africana en Somalia (Amisom) son rechazadas por la misma población.

Otra muestra, llena de horror, de la proyección del sistema  de poder coercitivo como estado fallido es Siria a causa de la guerra civil, la que ha transformado uno de los países más avanzados del cercano oriente en un estado totalmente destruido, con más de cien mil muertos y dos millones de refugiados, con la población carente de alimentos, con el sistema de salud destruido, la producción en bancarrota con la generación actual de la juventud perdida y, lo que es más grave, en la búsqueda de la hegemonía mundial se recurre a los crímenes de lesa humanidad como estrategia de guerra. Es el lugar de enfrentamiento de los intereses geopolíticos de los bloques de control  internacional, dentro de los cuales la defensa de los intereses locales están totalmente ahogados.

En la medida que los estados fallidos encuentren solución estable acorde a los intereses de su población se estará ante estados consolidados y ante el nacimiento de la nueva sociedad. Sin embargo, la inestabilidad en la que se mueven, hasta ahora, muestran sólo la insuficiencia de las soluciones ensayadas.

En la mayoría de países existen grandes sectores poblacionales acosados por el hambre, que no tienen acceso a la salud, que mueren por falta de alimentos y medicina, que no tienen acceso a la vivienda, a  la educación, no disponen de un salario digno y, en definitiva, no se respetan sus derechos básicos.

La condición fallida se encuentra en todos los países del planeta. En países del capital privado, ricos y poderosos como EUNA, donde existen crónicamente alrededor de 50 millones de pobres, esto es el 16% de la población; en países de capital mixto de hegemonía estatal como China, que ha alcanzado una situación privilegiada en la competitividad de la producción a causa del ejército de reserva laboral de 130 millones de pobres, esto es el 10% de la población que la sostiene; en países que todavía quedan con una economía estatal, fosilizada, como Cuba, con un ingreso que varía entre 10 y 20 dólares/mes; con los parámetros de las Naciones Unidas, de considerar pobre al que recibe menos de un dólar/día y ajustando los ingresos no contabilizados de los subsidios por la carta de racionalización alimentaria, la educación, salud, vivienda y  electricidad, la población cubana cae en la categoría de población pobre en aproximadamente un 80%. Esta conclusión es rechazada por el gobierno cubano ya que ellos usan otras valoraciones, todo muy discutible por la ausencia de información estadística transparente.

Todas estas apreciaciones sólo son de tipo económico e insuficiente para una valoración completa. No se consideran aspectos más abstractos como el ambiente de libertad, el derecho a la democracia efectiva, el respeto a los derechos humanos, espacios en los que la mayor parte de la humanidad, por el sometimiento al poder, están muy disminuídos y se los puede calificar de espiritualmente pobres. Al resto, de los dueños del poder, como responsables del sometimiento y la pobreza, se los puede calificar de espiritualmente miserables.

A medida que la crisis del sistema se agudiza, las dificultades del  estado para cubrir sus obligaciones, en general crecen, aunque  algunos sectores, minoritarios, logran momentáneamente, no ser arrastrados por la vorágine  incontenible de la crisis.

Ante la falta de una explicación coherente, las esplendorosas apariciones de levantamientos populares dejan perpleja a la elite del pensamiento crítico, tanto del sector neoliberal como del neoestatal. Razón que ha llevado a vigilar más estrechamente el comportamiento del índice de estado fallido a fin de poder apreciar mejor la tendencia del sistema económico, social y político, nacional e internacional.

Estados fallidos y capitalismo estatal. Si bien la condición de estado fallido siempre está presente en el sistema, es evidente, que a partir del colapso del llamado imperio socialista, se manifiesta en forma más aguda.

Fueron 74 años de brutal opresión, los que tuvo que soportar la población soviética de la dictadura del partido comunista y de las dificultades económicas crecientes los orígenes de la incontenible rebelión del pueblo, que desenmascaró para siempre la ignominiosa brutalidad e incompetencia socialista y comunista.

No fueron causas externas, sino internas, particularmente las originadas en la ausencia de libertad, democracia y el acoso permanente a los derechos humanos, las que llevaron a este sufrido pueblo a enfrentar el poder de la segunda potencia económica y militar del mundo y provocar su desmembramiento en 15 estados soberanos.

Al mismo tiempo se sublevaron los pueblos de la mayoría de estados satélites del imperialismo soviético, cada uno con sus particularidades, pero todos enmarcados en una lucha por la liberación de la dependencia soviética y de las dictaduras de sus respectivos partidos comunistas.

No se puede dejar de destacar que la mayoría de estos movimientos masivos se caracterizaron por su esencia pacifica y su profundo contenido humano, a tal punto que, por ejemplo, a la transición incruenta en Checoslovaquia se le dio el nombre de “revolución de terciopelo”, a pesar de haber incluido la división territorial.

Los países dependientes del sistema estatal soviético  reasumieron su soberanía en el marco de la economía mixta, conocida como socialdemocracia, por la hegemonía del capital privado sobre el estatal,  o como socialestatal por la hegemonía del capital estatal sobre el privado, alternativas atractivas y asequibles a fines de la guerra fría, dentro del sistema universal del capital.

En un sistema agobiado por el abuso estatal, podemos asegurar que marca el inicio de una nueva etapa, caracterizada por el acelerado crecimiento de la condición de los estados fallidos y por la búsqueda de nuevos paradigmas para una sociedad más humana.

Hubo países en los que la dictadura comunista impidió  su reemplazo adoptando oportunamente reformas, que de alguna manera dieron una satisfacción parcial a las masas, como lo hicieron China y Viet Nam.

Mantuvieron la verticalidad del partido comunista, asumiendo una nueva política económica de carácter mixto con  hegemonía del capital estatal. De esta manera complementaron las ventajas de la explotación del capitalismo privado con las del estatal, se transformaron, temporalmente, en los países con mayor desarrollo económico y dejaron a un lado las aspiraciones a la dignidad y al respeto  a los derechos humanos.

Cuba y Corea del Norte, últimos sobrevivientes del llamado socialismo histórico, son los únicos países de economía estatal, que a causa del férreo control político con que el partido comunista todavía oprime al pueblo, han logrado hasta ahora controlarlos mediante la represión, la  pobreza económica y espiritual, con que los somete.

La radicalidad del control del poder ha degenerado en la estructuración del estado sometido a dictaduras y al culto de la personalidad, similar a las antiguas monarquías absolutistas, incluyendo la aberrante resurrección de las dinastías en el poder. En Cuba, Raúl Castro es la segunda generación de la dinastía Castro, con 54 años de duración en el poder y en Corea del Norte, Kim Jong-un es la tercera generación de la dinastía Kim, con 65 años de duración.

La transformación de la economía estatal del ex imperio socialista en economía mixta, incluyendo la de sus satélites del resto del mundo, por su carácter pacífico, por la magnitud de su población y por su extensión  territorial ha sido la revolución más extraordinaria que se ha dado en la humanidad en todos los tiempos.

El último esfuerzo del imperialismo estatal por salvar el sistema de su estruendoso fracaso fue la invasión de Afganistán y su posterior retirada a consecuencias de su fracaso.

Se debe concluir, dentro de un pensamiento constructivo y responsable, que el sistema estatista de explotación ha fracasado para siempre y cualquier obcecación en este sentido es un defecto de estupidez e inhumanidad, que por supuesto, para un mundo de poder y oportunismo, mientras éste exista y mientras exista la insoportable miseria, será una alternativa circunstancial del oportunismo político al servicio de intereses mezquinos.

El primer impulso revolucionario presente en el sistema socialista se puede resumir como:

1. Colapso del imperio del capital estatal, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, (URSS), cuyo desmembramiento originó el nacimiento de 15 estados soberanos con  una economía de capital mixto,

2. Liberación de los países dependientes del imperialismo socialista, (ej. República Democrática Alemana) adquiriendo una economía mixta, en la forma socialdemocrática.

3. Transformación de países de economía estatal (ej. China) en países de economía mixta, en la forma socialestatal,

4. La sobrevivencia de algunos países del capital estatal (ej. Cuba y Corea del Norte), que conservan, excepcionalmente, a través de una dictadura hereditaria, su condición de capitalismo estatal,

5. Las transformaciones 1., 2., y 3., representan un importante avance de contenido humano al eliminar dictaduras personales, respaldadas por el partido comunista, y abrazar democracias burguesas en estos países.

Estados fallidos y capitalismo privado. La derrota del sistema mundial del capitalismo estatal, llevó a los ideólogos del sistema mundial del capitalismo privado a proclamar que había llegado el fin de la historia, interpretando que la sociedad había alcanzado por fin un estado de equilibrio estable. Argucia con la que pretendían anular cualquier vestigio de nuevas propuestas políticas y económicas.

No lograban entender que un nuevo proceso estaba en marcha. La base del sistema capitalista en su totalidad, había comenzado a despedazarse, además que en estos procesos la voluntad no es determinante.

El poder del segundo imperio mundial se había hecho añicos y no hay razón para creer que el proceso haya terminado. En lo político la motivación central fue la lucha contra el imperio soviético, traducido al campo económico fue una lucha contra el imperio del capital estatal.

La primera potencia del mundo (neoliberal) mantiene su condición imperial, pero los problemas causados por la crisis y reconocidos como insolubles, están  provocando levantamientos masivos de la población en el planeta, con nuevos reacomodos políticos e ideologicos como los de los países del denominado socialismo del siglo 21 (ss21) en América, esta vez bajo la consigna central de lucha contra el imperialismo norteamericano, más precisamente contra el imperialismo del capital privado.

Las protestas masivas se intensificaron en forma tal, que desbordaron la capacidad de control de las instituciones establecidas y muestran la desesperada búsqueda de alternativas abiertas, de parte de las mayorías sometidas.

Es la búsqueda de la sociedad poscapitalista: el alzamiento zapatista en México, del 1 de enero de 1994, referencia simbólica del nacimiento del movimiento “antiglobalización”; la campaña contra el Acuerdo de Libre Comercio entre EUNA, Canadá y México, que entró en vigor en 1994; las múltiples rebeliones y movimientos populares, que pasan por el Movimiento de los Sin Tierra (MST) en Brasil, el levantamiento indígena-popular-militar en Ecuador, el “argentinazo” del 20 de diciembre del 2001, las reivindicaciones indígenas y humanistas de Bolivia que provocaron la expulsión del Presidente Sánchez de Lozada, los movimientos revolucionarios que abrazan el ss21, los levantamientos populares que generan la primavera árabe, los indignados de Europa, EUNA, Rusia y China, van alcanzando carácter mundial y auguran la revolución más profunda de todas las realizadas hasta la fecha: la del humanismo superior.

La civilización, que tardó miles de años en concentrar el poder, hasta alcanzar su globalización, pierde solidez rápidamente, originando por el momento, una fase generalizada de transición, de estados fallidos, y buscando su salida multifacética y al margen del poder, por lo tanto, necesariamente humanista.

No hay que olvidar, que el poder coercitivo animaliza al ser humano, por lo tanto degrada los valores y principios que rigen su comportamiento y violenta el derecho natural del ser, por lo que se puede calificar de anti humanista. El poder no coercitivo, por el contrario, humaniza al ser, es el origen de la permanente rebeldía de las bases por una sociedad mejor, es la expresión auténtica de la recuperación del derecho natural y de las bases, expresa su diversidad, por lo que se debe reconocer su esencia humanista.

La derrota de EUNA en Viet-Nam empezó a mostrar las debilidades del imperialismo norteamericano, la potencia mundial número uno, que fueron contrarrestadas con un nuevo orden económico, introducido como el neoliberalismo de la década de los 80.

Fue una nueva política para apoderarse de las riquezas de las empresas públicas y estatales mediante su privatización, la desregularización y la liberación comercial.

La momentánea desaparición del sistema socialista y la necesidad de preservar el control del poder en un mundo unipolar dio pie al neoliberalismo para reforzar el nivel de la guerra, de baja intensidad al de guerra directa. Aparte de los ajustes territoriales pendientes de la guerra del 45.

De esta manera se buscaba consolidar el nuevo orden mundial en el que se presenta en forma desembozada la autoridad del poder imperial como sustento de la civilización.

La invasión a Panamá, el 20 de diciembre de 1989, con el secuestro y encarcelamiento de su presidente, marca el reinicio de esta nueva forma de usar el poder en la guerra, Las demostraciones de poder, que llevaron a las invasiones de Granada, Iraq, Kosovo, Afganistán y Libia es el nuevo estilo para dirigir las relaciones internacionales, después de terminada la guerra fría.

Quedaron para la formalidad de los  ingenuos el respeto a los acuerdos internacionales y a los derechos humanos, así es que a los sospechosos de terrorismo se los apresa, veja, tortura y asesina sin ninguna figura de juicio.

El ejemplo más vergonzoso para la humanidad de estos hechos son las decenas de prisioneros que todavía quedan  en Guantánamo, a quienes ante su protesta de huelga de hambre se los alimenta en forma artificial y forzada.

La ignominiosa demostración pública del sometimiento de Europa a los intereses de EUNA con el reciente bloqueo de cuatro países de Europa: Francia, España, Italia y Portugal, al vuelo internacional del Presidente de Bolivia, en el que se sospechaba la presencia de un ex agente de la CIA, autor de la publicación de documentos secretos de la injerencia norteamericana en todos los países del planeta, son apenas  muestras, la punta del iceberg, de lo que representa el poder neoliberal en el mundo.

América había sido poblada por distintas migraciones que llegaron en diferentes momentos de su prehistoria y había desarrollado un mosaico de culturas con lenguajes propios totalmente independientes de las del resto del orbe. La mayor parte de su superficie estaba poblada con culturas que se encontraban en el umbral de la civilización, otras habían logrado traspasarlo sin alcanzar el desarrollo tecnológico que poseían los europeos. Esta situación fue aprovechada  para transformar el continente en territorios de colonias europeas.

Después de cruentas guerras, las colonias inglesas de Norteamérica lograron su emancipación. Posteriormente, en las colonias españolas, después de 15 años de guerras, una alianza de ingleses, criollos a la cabeza de Bolívar, San Martín y O`Higgins y monarquistas españoles, aislaron a los patriotas, mestizos y nativos y se transformaron en repúblicas económicamente dependientes de los ingleses, dependencia que finalmente pasó a manos de EUNA.

Las pretensiones imperiales del Libertador de América, Bolívar, registra la historia, como una hazaña de liberación contra el tutelaje español y un fracaso imperial al no realizarse sus ambiciones por conformar otro imperio americano, en todo caso se prestó para consolidar una nueva dependencia económica neocolonial.

Éste es el largo periodo de opresión, de 500 años, del que buscan liberarse los distintos estados del continente. Esta situación es oportunamente aprovechada por los abanderados del ss21. Otra propuesta de poder para seguir explotando al pueblo, a falta de una propuesta seria, que lleve a estos pueblos a su liberación.

La coyuntura histórica ha encontrado a los pueblos americanos sin un proyecto que resuma y proyecte sus intereses. A falta de nada, en la búsqueda desesperada de alguna solución a la miseria, y la criminalidad, algunos se han decidido por una peligrosa aventura oportunista con el ss21.

La revolución del pueblo venezolano, es la respuesta de la dignidad del pueblo a las imposiciones imperiales de EUNA. Fue denominada como bolivariana por su presidente Hugo Chávez en el afán de justificar el nacimiento de un nuevo y poderoso estado continental inspirado en la continuidad del pensamiento de Bolívar y actualizado c0n la ideología del socialismo.

Ante el fracaso del imperio soviético, el pensamiento izquierdista de las Escuelas de Bremen y Glasgow dio inicio a las ideas  del ss21, desarrolladas por Heinz Dieterich Steffan, (HD), las que abrazó Hugo Chávez el 2005, como respaldo teórico de su proyecto político continental, tratando de armonizar, forzadamente, las pretensiones imperiales de Bolívar con las del socialismo como modelos del proyecto de la Revolución Bolivariana, ambos fracasados.

Asimismo, el triunfo del movimiento indígena y campesino de Bolivia, de contenido humanista y democrático, rápidamente degeneró en un gobierno populista de  capital mixto, inspirado por el modelo chino. Con la adopción del ss21, ha devenido en un modelo autoritario de hegemonía estatal y racista, cuyo objetivo es el control del poder total mediante la eliminación selectiva de la oposición externa e interna.

Las aspiraciones imperiales se expresan en su empeño por resucitar el imperio del  Tawantinsuyo y adoptar hegemónicamente la cultura aimara, en un país con 34 etnias. Otros países del continente, que muestran su adhesión al ss21, con distintos grados de reticencias son Ecuador, Nicaragua, Argentina y Brasil.

Siguiendo la tradición de los viejos estados socialistas del siglo 20, existe una clara tendencia en estas organizaciones por transformar las democracias burguesas en dictaduras burocráticas, mediante presidencias vitalicias logradas a través de elecciones forzadas desde el poder. Formas de lo mismo, es la sucesión presidencial por el dedazo del presidente, en condición terminal, como sucedió con la designación de Nicolás Maduro en Venezuela por el expresidente Hugo Chávez. Siguiendo el ejemplo de Cuba y Corea también se reproduce la herencia presidencial, con mediación eleccionaria, forzada por el poder, de un familiar próximo como fue la sucesión del fallecido presidente Néstor Kirchner en Argentina por su viuda, doña Cristina Fernández de Kirchner.

Para resumir las disquisiciones teóricas simplemente mencionemos las conclusiones de HD, autor del ss21, en relación a lo que está sucediendo en los países sudamericanos, que dicen abrazar este socialismo:

“Es correcto apoyar a Evo, Chávez, Correa et al como alternativa     socialdemócrata al neoliberalismo. Pero, ninguno de ellos ha creado estructura institucional alguna, que trasciende a la economía de mercado o al parlmentarismo burgués, ni lo va a hacer”.

Por otro lado, HD en el artículo: “Partido Comunista de China se abre al Socialismo del Siglo 21”, sostiene, que “los pueblos con la ciencia y los Estados progresistas construyen el socialismo del siglo 21”, como  la “única alternativa disponible” para la sociedad poscapitalista global. 

Con las primeras afirmaciones queda demostrado el fracaso del ss21 y de todos los gobiernos que proclamaron y siguen proclamando su adopción como marco teórico de sus políticas de gobierno. Ninguno lo está aplicando, es decir, que lo pregonan sólo como discurso propagandístico de manipulación de las masas de una supuesta actividad en beneficio de las mayorías nacionales, lo que resulta ser nada más que otro grotesco teatro de despreciable calidad humana. Se entregan dádivas a cambio de la libertad, los derechos humanos y la dignidad.

Estas afirmaciones, confirman que el planteamiento teórico del ss21 ha  demostrado la inviabilidad de su aplicación y ha comprobado una vez más el fracaso de cualquier intento de resucitar la teoría del socialismo. En todo caso, los periodos prolongados del control  del estado, (14 años en Venezuela, 8 años en Bolivia, En Siria 12 años de Assad más 30 años de su padre) a causa de los abusos del poder, para la élite dictatorial es una victoria, a la que importa poco la degradación de los derechos humanos de los pueblos, que fuera muy deseable evitar.

El gobierno de China está saliendo rápidamente del capitalismo estatal al capitalismo socialestatal, una variante más del sistema capitalista globalizado, y no existe ningún  vestigio que lleve a pensar que quiera volver al estatismo.

La cúpula del partido comunista chino se desborda cada día con miles de nuevos millonarios y multimillonarios capitalistas, conformando la nueva clase de burócratas, corruptos y enriquecidos por el estado.

La publicación del artículo de HD es sólo una insignificante muestra de apertura hacia la libertad de prensa en China, que por lo demás hasta ahora, es sólo un sueño utópico, útil para la manipulación de las masas, desesperadas por mejorar sus derechos humanos.

Ante el endurecimiento del poder imperial norteamericano, algunos pueblos de América se dejaron arrastrar por los cantos de sirena del ss21. Lamentablemente adolece de defectos teóricos fundamentales como es el de constituirse apenas en un remiendo del socialismo real del siglo pasado. Se asienta en principios que llevaron al fracaso el socialismo del siglo 20”, a causa de la ausencia de libertad, democracia y por el acoso permanente a los derechos humanos,  con lo que se garantiza la inviabilidad del planteamiento del ss21:

1. Plantea el igualitarismo en contradicción con la principal característica de la definición de la materia: de estar en permanente movimiento y cambio, lo que exige las diferencias de unos y  otros e incluso de uno mismo, con el tiempo. El rechazo a la robotización del ser humano es la fuerza social más poderosa, dispuesta a sacrificar la existencia en la lucha por el reconocimiento de los derechos individuales, concretamente el derecho a la diferencia y a la identidad.

2. Es de contenido antihumanista por estar asentado en las imposiciones del poder, de esencia conservadora, en abierta contradicción con las necesidades humanistas de la sociedad, motor de los cambios en la historia a lo largo de la civilización.

3. El ss21 propone como parte sustancial de su proyecto, la democracia participativa, la que utiliza únicamente como estrategia de poder. Logrado éste, intenta mantener su fachada, imponindo una democracia contradictoriamente sustentada por el poder y con la imposición del partido único, para lo cual, el objetivo principal es la eliminación de toda oposición política, incluyendo la interna, para el endiosamiento del jefe.

Siguiendo el modelo estalinista, impone, una dictadura y de culto a la persona. Comportamiento cínico y de contenido moral despreciable. La democracia participativa, forma democrática de aparente ampliación de la democracia representativa, es otro engaño porque en un régimen de poder la democracia participativa, como la representativa, sólo existirán, limitadas por/y en función a la voluntad del poder.

Para que la democracia  represente una ampliación efectiva de la voluntad de los pueblos, debe ser tomada por el pueblo mismo, debe ser una expresión del empoderamiento de las bases, fuera de la autoridad vertical del poder.

A esta democracia el humanismo superior le llama democracia de bases, es el poder no autoritario que emerge desde la base misma y sobre ella se construye la estructura administrativa, de coordinación, producción y servicios que satisfaga sus intereses.

La estrategia de control del poder del ss21 es de contenido nazi-fascista, ya que se apoya en el uso del modelo de Hitler y Mussolini. Recurre a la democracia para la toma del poder y, con éste, lo conserva como dictadura y culto a la persona, atropellando la democracia.

Este modelo es cada vez más recurrente en el mundo para el ascenso al poder y su aspiración de control permanente. Muestra la presencia de un proceso de fascistización del sistema mundial de poder.

Mientras la condición de país fallido crece, es decir que la debilidad del poder aumenta, paradójicamente la sociedad nacional e internacional, en un esfuerzo desesperado por su existencia, plantean una embestida del poder cada vez más agresiva de parte del estado verticalista y el sistema imperial agonizante, amenazando cada vez más a la sociedad con imposiciones de contenido fascista.

Una muestra posmoderna de esta tendencia es el espionaje a nivel mundial recientemente denunciado, el ejercido por EUNA mediante la Internet. Espionaje quer esta siendo usados por todos los centros de poder, ya es público su uso en EUNA, Rusia, China, Cuba Iran y otros.

Es la reacción de las minorías por la preservación de los beneficios que acumulan, ante el miedo de perderlas y a causa de la creciente conciencia de las mayorías.

Las características del estado fallido, en condiciones avanzadas de descomposición  son: 1. Proceso creciente de vaciamiento sectorial del poder. 2. Corrupción descontrolada. 3. Incremento de las obligaciones públicas insatisfechas 5. Saturación de la criminalidad. 6 Desconocimiento de los partidos políticos como representación de la sociedad. 7. Desprestigio de la Policía. 8. Órganos de justicia sin credibilidad. 9. Instituciones del estado y el estado mismo desvalorizado. 10. Fascistización del estado. 11. Estado de convulsión creciente. 12. Rechazo del centralismo 13.  Aislamiento internacional. 14. Aparición de procesos de desintegración. 15. Pérdida del control físico del territorio. 16. Caos.

El concepto de estado fallido, para algunos autores, ha estado muy  estrechamente relacionado con la preocupación norteamericana por  el terrorismo, argumentando que el estado fallido es fuente de generación del terrorismo, que afecta a los estados más estables.

Es cierto, que los terroristas establecen su santuario en los países débiles de poder, y desde allí, selectivamente, concentran sus ataques en función a sus intereses políticos como sucede con los talibanes de Afganistán. Sin embargo esta afirmación generalmente no se cumple, ya que a las características del estado fallido acompaña una maduración creciente de la conciencia del pueblo, que se expresa en las multitudinarias manifestaciones pacíficas que brotan por todo el mundo.

No se puede evitar la aparición de grupos reducidos, inmaduros y desesperados, que constituyen el medio de cultivo del terrorismo y muchas de sus acciones se incuban en el mismo estado afectado, ya sea éste estable o no. Son formas positivas y negativas de las luchas asimétricas.

El estado fallido expresa un estado de debilitamiento del sistema de poder que encadena el mundo, es una expresión de la crisis del sistema, de la imposibilidad de resolver los problemas que van apareciendo en el sistema capitalista globalizado, muestra el desarrollo del grado de agotamiento del sistema y la falta de claridad política en la proyección del futuro de la humanidad.

Al mismo tiempo es la forma anárquica de protestar del pueblo, que ante la falta de condiciones subjetivas, por insuficiente conciencia y organización, actúa sin darle dirección a sus protestas, de lo que se aprovechan los viejos y experimentados partidos políticos.

Sabe lo que no quiere, como lo expresan los discursos de antiglobalización, antimodernistas, anticapitalistas, antisistémicos y otros, que expresan las opiniones del pensamiento crítico internacional, pero todavía no ha madurado suficientemente una conciencia para sí, del pueblo, para trazar un proyecto, que englobe la diversidad de intereses involucrados en las protestas, sin embargo es evidente que el nivel de conciencia crece en la medida que se ensayan nuevas alternativas y el sistema capitalista se agota.

A pesar de declararse los movimientos de bases como antipartidos, todavía logran ser seducidos por partidos populistas, aprovechándose del efecto de los levantamientos populares. Es lo que ha sucedido en América. La bandera de las luchas antimperialistas fueron levantadas por los defensores del ss21, argumento con el que lograron el poder, pero ya con él se siguen manejando en el marco del capitalismo, con mayor preferencia en el del capitalismo estatal. Algo similar está sucediendo con los movimientos rebeldes de la primavera árabe.

En definitiva el estado fallido no es otra cosa que el campo de confrontación a veces pacífica, a veces violenta, de una lucha política, económica y social asimétrica entre la conciencia de un pueblo, que pugna por alcanzar una vida digna, y minorías armadas con los más sofisticadas tecnologías protegiendo las riquezas acumuladas en siglos de explotación de la masa popular.

Es una lucha por el poder político en el campo del poder coercitivo, en el cual el poder imperial tiene la supremacía, que sólo logrará ser superado cuando la correlación de fuerzas favorezca al poder no coercitivo, mientras tanto éste se extiende y profundiza por todos los países del sistema.

La ola de las rebeliones populares está alimentada por las luchas contra el imperialismo del capital del estado, las luchas contra el imperialismo del capital privado, y las luchas contra los instrumentos de estos monstruos de abuso del poder, estos son el estado, el ejército, los partidos políticos, la prensa, las instituciones, organizaciones sociales y religiosas que los sirven como instrumentos de explotación y origen  de la miseria, de la desocupación, de la ignorancia, de la criminalidad, del enriquecimiento ilícito y todas las aberraciones humana causadas por el  poder al servicio de la preservación de la riqueza para las minorías.

La sociedad del poder  se ha transformado en un freno a las ansias por conseguir mejores condiciones de vida para la humanidad, en toda su diversidad.

El poder busca la homogenización. En la lucha del pueblo se conjugan los distintos intereses que conforman  la diversidad de conjuntos de la sociedad, que pugnan por romper las trabas con que los oprime el poder.

Esta es la riqueza de las luchas que se vienen presentando en América, África, el mundo árabe, Europa y el resto del mundo, en forma de un terremoto planetario que estremece los cimientos de los centros de poder de EUNA, UE, Japón,  Rusia, China, Irán, Brasil y otros centros menores en busca de una sociedad diversa.

Estados fallidos y la primavera árabe. En el mundo árabe se han enquistados por mucho tiempo dictaduras corruptas en la forma de reyezuelos, dictaduras militares, civiles y teocráticas sometidas a  potencias europeas, norteamericanas, asiáticas, privadas, estatales y teocráticas. Verdaderas satrapías, causantes de la miseria de estos pueblos y fondo de una permanente situación convulsiva.

El desencadenamiento de la crisis terminal del capitalismo, la introducción del intercambio del conocimiento mediante la digitalización y la comunicación en tiempo cero y en forma directa, posibilitó la conjunción de voluntades reivindicativas de los derechos conculcados por las tiranías árabes y dio nacimiento a la rebelión de alcance internacional llamada “primavera árabe”.

Se inició como protesta por el suicidio, de un vendedor ambulante en Sidi Bouzid mediante la autoinmolación ígnea, en Túnez. Éste fue el desencadenante de las insatisfacciones contenidas por gobiernos sátrapas, de viejas dictaduras como la de Zine El Abidine Ben Ali en Túnez, con 24 años en el poder; la de Hosni Mubarak con 30 años en el poder, en Egipto.

Ante el arrollador embate del movimiento reivindicativo y ante la amenaza de perder el control económico y político de esta región, bajo la presión de los centros de poder imperial se han iniciado reformas democráticas,  con nuevos gobiernos o con los antiguos,  pero manteniendo la dependencia económica.

Este proceso con algunas variantes locales, se repite en todo el Magreb, el Medio Oriente y la periferia del mundo arábigo afro-asiático. Si bien, las causas de la rebelión son similares, los procesos son diferentes.

En las crónicas revueltas de Yemen, que ya se expresan como una guerra civil interminable, donde se entrecruzan intereses económicos con fanatismos religiosos, finalmente, se acordó una transición pacífica con intervención de las Naciones Unidas (NU). El dictador Alí Abdulá Saléh entregó el poder, después de 34 años de tiranía, pero la rebelión contra el centralismo continúa.

También se produjo el levantamiento del pueblo libio, hastiado de una dictadura de 42 años de duración, de la corrupción de la familia de Muammar Gaddafi y su entorno gubernamental, que habían sumido al pueblo en condiciones humillantes por la ausencia de libertad y del ejercicio de los derechos humanos fundamentales. Ante las presiones pacíficas, el dictador reaccionó con violencia,  lo que provocó reacciones más radicales del pueblo, dando inicios a una guerra civil. En este ambiente intervinieron intereses internacionales de Europa, en particular, y luego de EUNA. Provisionalmente se ha dado una solución de apertura democrática, pero que mantiene la dependencia económica. Se estima en algo más de 50.000 los muertos durante la guerra

La sublevación siria es más compleja porque se trata de un país que no responde a la línea política del capital privado y ante la rebelión del pueblo, al igual que en Libia, la dictadura de Bashar Al-Asad, quien gobierna ya hace 12 años, después de heredar la dictadura de su padre de 30 años, ha respondido con violencia provocando otra guerra civil. El gobierno ha buscado y ha conseguido el respaldo militar exterior del conjunto de países del capitalismo socialestatal, mientras que la oposición es apoyada por el conjunto de países del capital privado, socialdemócrata e islamistas, incluído Al Qaeda. Panorama que amenaza con transformarse en una guerra internacional. La guerra civil en Siria, en dos años y medio, ha causado más de 100.000 muertos y más de 2.000.000 de refugiados.

Las reivindicaciones con las que se sublevaron  los pueblos contra las satrapías árabes, llevaban incluida las aspiraciones de liberación de la dependencia neocolonial de los centros de poder internacional. Los cambios alcanzados no lograron a esta segunda reivindicación por lo que el estado de rebeldía persiste. Así por ejemplo el nuevo presidente de Egipto, Mohamed Mursi, inició una política represiva y sectaria, en beneficio del fanatismo islámico, motivo por el que después de algo más de dos años el descontento resurgió y el movimiento popular ha exigido respeto a las consignas de democratización, obligando al nuevo cambio de gobierno.

Un descontento similar se presenta con Túnez. Es decir que los cambios habidos son insuficientes para las aspiraciones populares, a causa de haberse encaramado partidos oportunistas en la cresta de la revuelta y a la falta de políticas armónicas con las necesidades de la ciudadanía. Se desvirtuaron  los objetivos de la revolución y se ha desencadenado el inicio de otra ola de exigencias que auguran mayores cambios, no solo en estos países, sino en el resto del mundo árabe.

En Siria, ante las amenazas de una confrontación internacional se ha producido un reacomodo de los sectores enfrentados, acercando las dos variantes del capitalismo mixto para enfrentar a los rebeldes populares e islamistas.

Como resumen de esta tercera ola de las aspiraciones humanistas de los pueblos se puede concluir que:

1. Se están transformando las dictaduras en democracias burguesas. Si bien no satisface las aspiraciones de los pueblos, traslada las luchas a  un nivel menos violento.

2. La fuerza moral y numérica de las reivindicaciones populares obliga a las distintas expresiones de poder a formar un frente común contra los pueblos, desnudando de su esencia inhumana, cuyo único afán es la preservación del poder para seguir explotándolo. Así por ejemplo, en general, al inicio de las manifestaciones se producen alianzas espurias entre el capital privado y los terroristas de Al Qaeda. Particularmente notoria es esta alianza en la guerra civil en Siria y en la primera etapa de la guerra civil en Libia. No hay que olvidar que ya en la guerra de liberación de Afganistán contra el imperialismo soviético, EUNA entrenó y apoyó con armas a Al Qaeda. En el decurso de la guerra en Libia se impuso el sector burgués y se desplazó el de Al Qaeda. Arabia Saudita y Qatar, aliados incondicionales de EUNA apoyan a integristas islámicos de distintas naciones islámicas, mientras EUNA y Europa apoya las democracias burguesas islámicas, en lucha común contra las satrapías árabes.

3. La guerra civil en Siria ha traspasado los límites aceptados por los acuerdos internacionales, ha entrado al campo del crimen de lesa humanidad como instrumento de guerra. Sin embargo el estado de crisis de los centros internacionales de poder está frenando la internacionalización de la guerra por los riesgos suicidas implícitos. Las manifestaciones de diálogo y la disposición a la búsqueda de soluciones políticas están mostrando un punto de quiebre de las imposiciones de fuerza a nivel cupular. Se está produciendo un reacomodo de las fuerzas de poder internacional, neoliberal, neoestatal e islamistas, para frenar las rebeldias populares de la primavera árabe.

4. La incipiente conciencia humanista no logra todavía estructurar la defensa, para sí, de los intereses del pueblo. Es decir que falta conciencia y falta organización, pero es evidente que el proceso ha dado pasos importantes al decantar la lucha entre los distintos centros de poder imperial, por un lado, y  el frente popular rebelde, por el otro. El pueblo continuará luchando hasta encontrar la solución humanista que busca.

Por el momento, se trata de un teatro de disputas por el poder, entre el sector económico neoliberal, el neoestatal y el islamista donde el perjudicado es el pueblo. Los cientos de miles de muertos y los millones de refugiados, para no detallar las miserias sufridas por los sobrevivientes, es resultado de una política criminal dirigida a consolidar el control del poder.

Es evidente que de continuar la humanidad por este tenebroso recorrido, está destinada a tener un final apocalíptico, como ya lo anunció el Informe Lugano de Susan George, que sugiere que se habría empezado a eliminar la población sobrante, hasta alcanzar el nivel sostenible del sistema de 4.000 millones de habitantes.

El humanismo superior es la única alternativa, hasta ahora, propuesta para salvar al género humano y su hermana la naturaleza de esta hecatombe planetaria.

Estados fallidos y países desarrollados. El cuarto grupo de estados fallidos es el conformado por los países más desarrollados, económica, tecnológica y científicamente. Estos son EUNA, UE, Rusia, China, Japón, Canadá, Australia, India, Brasil y otros menores. Nótese la conformación del grupo, con países de hegemonía del capital privado como EUNA y UE y países con hegemonía del capital estatal como Rusia y China. 

Sus oligarquías han acumulado las riquezas del mundo, sin embargo ninguno se libra de la condición fallida. Apenas el 2% de ricos poseen el 50% de las riquezas del mundo, el resto, el 98% sobrevive con el otro 50%.

Este grupo tiene la particularidad de constituir parte sobresaliente del  universo de los estados fallidos del sistema, al mismo tiempo de conformar el núcleo generador de la crisis mundial.

Como estados fallidos, en su interior existe una parte importante de pobres con sus secuelas, así por ejemplo EUNA tiene 50 millones de pobres (16%). Su masa laboral desocupada, de reserva, que normalmente oscilaba alrededor del 5 %, con la crisis se elevó al 9%. Los problemas de la migración son permanentes y de tal magnitud que, por ej., ha quedado pequeño el muro que construyó la República Democrática Alemana alrededor de Berlín y el que construye Israel para aislar Palestina, ya que la muralla de la vergüenza norteamericana cubrirá 1.200 km de la frontera con Méjico. La ingente deuda financiera ha obligado a cerrar el gobierno federal durante 16 días con las consecuentes  complicaciones en la actividad económica y la desocupación del país. La discriminación racial de afroamericanos y sudamericanos es generalizada, particularmente es vergonzoso el comportamiento racista de la policía. Los grandes consumidores de drogas y las mafias más importantes del narcotráfico se anidan en este país. La cultura de la violencia está internalizada en la cultura norteamericana a todo nivel y espacio, a través de la televisión, el cine, la tradición, el comportamiento prepotente de la policía, la venta y el uso público de armas y, sobre todo, por el papel que se arroga de gendarme internacional. La degradación humana masiva es el problema más grave que generan los EUNA ya que desde allí trasciende la crisis, generalizada al conjunto de país y al resto del sistema. Como dueños del poder central de la sociedad, se arroga el derecho de transferir abusivamente los costos de la crisis al sector campesino, laboral y clases medias a fin de sostener el sistema de explotación en  beneficio de los dueños del capital. En forma similar, a nivel internacional, los ajustes económicos y financieros que se imponen en Grecia, Chipre, España, Portugal y resto del sistema, comprende transferencias económicas en beneficio de los centros del poder imperial, a pesar de ser estos la fuente de la crisis. 

Este cuadro provoca en el mundo entero todos los males que lo aquejan: guerras civiles e internacionales, genocidios, hambrunas, desequilibrio ecológico, contaminación ambiental, corrupción, crimen organizado, pérdida de valores, degradación moral y una lista interminable de calamidades imposible de totalizar aquí.

La condición fallida de los otros países del grupo es más o menos similar. Así por ejemplo en la UE la pobreza abarca un 16% de la población. En Rusia, abarca al 13% de la población. En China es del 10%. En Japón es del 20%. En India es de 22%, etc., a fin de no ser repetitivos diremos simplemente que los otros aspectos de la condición fallida mencionados para los EUNA, en forma similar, con algunas variantes particulares, están presentes en ellos.

En EUNA fue dónde se desencadenó la crisis mundial. Se inició como una crisis financiera provocada por lo que se llamó la burbuja inmobiliaria. Esta crisis financiera, acompañada de los incrementos de precios de la energía, los alimentos y materias primas rompió el equilibrio del sistema capitalista, ya de por sí explosivo a causa de la globalización de la economía, desnudando un conjunto de procesos diabólicos, identificados como crisis energética, crisis alimentaria, crisis poblacional, crisis ambiental, crisis económica y financiera, cuya irresolución se engloba en la denominada crisis de las macropolíticas, conjunto dantesco, reconocido como crisis mundial.

La producción de los recursos naturales alcanzó las fronteras de la capacidad planetaria de abastecimiento, originando el incremento descontrolado de sus precios y en consecuencia un incremento en los costos de los bienes de consumo.

A fin de mantener los precios competitivos y para mantener el consumo se incrementó la productividad del sector laboral ya sea eliminando trabajadores, disminuyendo salarios, aumentando las horas de trabajo, introduciendo nuevas tecnologías y otros. Se ajustaron los aportes de la población en forma de impuestos, disminución de servicios, achicamiento del estado y otros.

En resumen se declaró la condición de crisis para justificar mayores abusos contra la población y mostrar las nuevas exigencias, así como la restricción de servicios e incrementos de impuestos como condición indispensable para lograr la recuperación, que no es otra cosa que lograr un nuevo nivel de explotación, buscando recuperar el equilibrio y preservar la gobernabilidad.

En conjunto, estos son los sectores que padecen, soportan la crisis y, con seguridad se puede decir, que gracias a ellos en otras oportunidades se ha podido  lograr la recuperación de la economía capitalista.

A pesar de todas las medidas, en EUNA, en forma similar a los ajustes en la UE,  crece el número de municipios que se declaran en quiebra por no poder pagar sus deudas. Detroit, capital del estado de Michigan, es el caso emblemático de este fenómeno. Esta ciudad, otrora centro mundial de la industria automovilística, se ha declarado en bancarrota. El 70% de la población ha abandonado la ciudad, hay 78.000 edificios del centro, abandonados. La tasa de homicidios es de las más altas del país. El desempleo es el doble del resto del país. Según declaraciones del Alcalde de Detroit, publicadas en  el “Dosier 33”, el 23 de julio de 2013, “Más de 100 ciudades de Estados Unidos tienen los mismos problemas que tenemos”, dice él.

En todo caso, el tercer componente de la economía, los dueños del capital, son los que determinan la existencia del sistema, sin ellos no existiría el capitalismo. Son los que poseen el poder y lo usan para salvar y sostener su sistema. El sistema capitalista no es de los trabajadores, empleados y pueblo en general, ellos son los explotados para el beneficio del capitalista, son los esclavos de la globalización.

Los capitalistas son los que aseguran siempre sus ganancias ya sea porque los más poderosos pueden continuar haciendo buenos negocios y  los débiles, que entran en quiebra, son recuperados con dineros públicos.

Los montos  entregados para el rescate de bancos y empresas privadas en quiebra alcanza cifran inimaginables. Con el rescate la deuda privada se convierte en pública y ésta, la paga los dineros del pueblo. Dicho en otras palabras, el pueblo es el que aporta los recursos para cubrir  las aparentes pérdidas de los dueños del capital. Luego con el rescate las pérdidas se transforman en ganancias y el pueblo se queda con la deuda.

En los desajustes que resultan de la crisis está el origen del incremento de los estados fallidos. La imposibilidad de seguir cubriendo las obligaciones de servicios del estado, crea los vacíos de poder. La explotación extrema resquebraja la institucionalidad de estos países, desequilibrando el poder que los sostiene y transformándolos en estados en los que se ha iniciado un proceso de achicamiento sostenido del poder vertical. Es la lenta agonía de la sociedad  que muere, es la etapa que antecede al nacimiento del nuevo estadio: el estadio del humanismo superior.

La crisis mundial estuvo precedida por brotes aislados que se dieron en Argentina, Brasil, Méjico  y en Asia. Posteriormente, la burbuja inmobiliaria, la crisis financiera y el cierre obligado de grandes bancos e instituciones empresariales en EUNA,  extendió la crisis, con distintas características, al resto del mundo.

En Europa todos los países entraron en recesión con valores negativos de la economía. El producto interno bruto anual de la Eurozona cayó el 2008 al 0,4%, el 2009 cayó al -4,4%, el 2012 fue de -0,6%. La situación del desempleo pasó a más del 12,2% en 2013.

La recesión en la eurozona ha tenido un pequeño repunte. Ha alcanzado un PIB de 0,3%, el segundo trimestre del año 2013, por lo que se apresuran los manipuladores del pensamiento a declarar que el fin de la crisis ha comenzado, la verdad es que en el 2010 y 2011 han tenido repuntes mayores y la crisis continua.

Los países más afectados por la crisis, al borde del caos, son España, Grecia, Portugal, Italia Chipre, Islandia e Irlanda.

En España, con la derrota del gobierno socialdemócrata (1996) se comenzó a sentir la insatisfacción de la población al apoyar la renovación con un gobierno conservador, dirigido por el Partido Popular, a la cabeza de José María Aznar (1996-2004). Ante su fracaso, éste a su vez fue sustituido por otro socialdemócrata dirigido por José Luís Zapatero (2004-2011), que se vio obligado a adelantar las elecciones y fue de nuevo reemplazado por otro gobierno conservador, de Mariano Rajoy (2011-2013), al que ya se le está exigiendo la dimisión.

En Grecia sucede algo similar con los partidos. En relación con el Producto Interno bruto (PIB), con la crisis, a partir de un valor de 4,5% en el 2006, éste ha disminuido sistemáticamente hasta alcanzar un valor de -7% en el 2012,  se pronostica -3,8 para el 2013, con lo que se hacen ya seis los años de recesión sostenida.

Con el desempleo, que alcanzó en España el 27% y en Portugal el 30%, el aumento intolerable de la criminalidad y la corrupción; la caída de la producción, el comercio, la exportación y el turismo; las medidas enticrisis, como el incremento de las cargas sociales, la disminución de los servicios públicos, el aumento de los impuestos y otras, han sido totalmente insuficientes, denunciadas por la ineficacia de las soluciones, por el incumplimiento de las ofertas de estos gobiernos, la ausencia de nuevas alternativas, a pesar de la alternancia del poder; todo ello resume el rechazo del pueblo al conjunto del sistema de poder a los partidos como intermediarios del pueblo ante el estado y a toda la institucionalidad al servicio del sistema. La recesión económica ha llegado a tal nivel que ha obligado a los países a aceptar la supervisión internacional de sus programas de recuperación, mediante la intervención de sus cuentas por la troika (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo).

Todos los otros países, en distintas proporciones y con características propias, padecen los mismos problemas causados por la crisis. La pérdida de la confianza política en los partidos electos y sus respectivos presidentes, por ejemplo en Francia, se mantiene a pesar de la alternacia política, es decir que el conjunto poblacional no hace diferencia del matíz político que los diferencia porque los resultados son los mismos. La alternancia sólo refleja el renacimiento de la esperanza del pueblo por la oferta de nuevos cambios que pueda beneficiarlo, los que al poco tiempo se desvanecen. El valor máximo al inicio de cada periodo muestra la confianza depositada, la que luego es defraudada y al terminar el periodo se busca una nueva perspectiva. Para el periodo de crisis del sistema los valores son cada vez más alarmantes, con una proyección de efectos impredescibles.

España y Grecia son apenas dos muestras del proceso que está transitando el conjunto de países del mundo desarrollado del capitalismo privado y mixto. La reacción popular no se ha hecho esperar ante la insistencia de cargar sobre la clase media y baja los efectos de la crisis. Se ha despertado una ebullición creciente de los ánimos, exacerbados por el abuso del poder. Son los 15-M de España, son los ocupas de EUNA, son los humanistas amazónico-platenses sudamericanos, son los indignados del mundo. Es un torrente incontenible de reclamos de las grandes mayorías, cuyo único destino será el nacimiento de una nueva cultura, con ricos contenidos humanos que satisfaga las múltiples y diversas inquietudes de la nueva sociedad.

En los países del sistema del capitalismo socialestatal, existe un nivel de descontento permanente, originado por el sectarismo ideológico de la imposición del poder vertical, cuya muestra es la necesidad de maniular contínuamente las elecciones periódicas a fin de mantener el control del estado.

La crisis provoca un acelerado crecimiento de la presión social. Las protestas sociales, hasta ahora han sido controladas haciendo uso abusivo del poder. La gobernabilidad se hace a costa de la libertad del pueblo, y no es que en el sistema liberal haya libertad, sólo que su pérdida es más disimulada. La criminalidad, la delincuencia, el crimen organizado son problemas que tornan los centros urbanos en lugares inseguros. La corrupción institucionalizada, particularmente de la justicia, la policía y las oficinas públicas son problemas de permanente encrespamiento de las relaciones humanas. La prepotencia e impunidad de los funcionarios generan cada día mayor injusticia y rechazo de la población. El desabastecimiento, afecta gravemente la economía familiar y nacional al dedicar el tiempo en la búsqueda del alimento, imprescindible para la vida. El desencanto con el sistema socialestatal se expresa en todo el conjunto, así en Sud América cada vez asombran más las protestas de Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia y Ecuador. No se puede dejar de mencionar la situación cada vez más inestable de Rusia, Irán y China.

Todos los cambios que hasta ahora se han logrado sólo son cosméticos para que el sistema capitalista sobreviva en su agonía. La caída del imperialismo socialista apenas significó el traspaso de parte del capital estatal al capital privado, fortaleciendo la alianza del capital mixto. El surgimiento del socialismo del siglo 21 apenas ha significado el traspaso de parte del capital privado al capital del estado, también engrosando el capital mixto. La primavera árabe es apenas un intento de democratización de las dictaduras que sostienen el capital. En resumen, todo, sólo ha sido, hasta ahora, reajustes internos, dentro del sistema de poder, sustento del capitalismo mundial, para maximizar la eficiencia de la explotación de las mayorías.

Sin embargo, es evidente que no existe en el marco capitalista ninguna posibilidad de equilibrar el sistema en forma sostenible y satisfactoria para la ciudadanía. La forma más grave de la crisis, ya se mencionó, es la crisis de las macropolíticas, es decir la ausencia de políticas que den solución a la crisis en el marco del capitalismo y la democracia.

Todo mejoramiento tecnológico o científico aumenta la productividad, agudizando el problema social; los nuevos niveles de equilibrio de costo  beneficio se hace con nuevos niveles de sacrificio social y el sector social se encuentra ya al borde de una explosión incontenible, cuyo torrente revolucionario  impondrá los cambios que la sociedad está exigiendo. El sistema de poder mundial ha entrado en una contradicción insoluble con las demandas sociales.

Los escenarios que plantea la agudización de la crisis son: 1. El sector del capital estatal, como sector hegemónico de  poder, puede ahogar al sector del capital privado del país en su beneficio, cuyo escalofriante futuro son las premonitorias experiencias dictatoriales del capital estatal. Conocimos las del sistema social-comunista, ya fracasado, y sobreviven aún las dictaduras secantes de Cuba, Corea del Norte y Eritrea, como patrones históricos de la imposición del poder estatal.

2. El sector del capital privado, como sector hegemónico de poder, puede ahogar el capital estatal del país en su beneficio. En la búsqueda de sistemas más humanos son paradigmáticos, en una primera línea de acción, la manipulación de los cambios hacia la democracia burguesa, como los llevados a cabo en Honduras y Paraguay. En una segunda línea de acción, la manipulación se encuentra en el pimponeo político entre derechas e izquierdas, como viene sucediendo en diversos países de Europa y América. En una tercera línea de acción aparecen las dictaduras de derecha como las de Banzer, Pinochet, Videla, etc.En una cuarta línea de acción, consolidado el sistema, busca legalizarse en la forma de las democracias burguesas. En una quinta línea de acción, se habrá retornado a la economía mixta socialestatal. Aquí se habrá  retornado al primer escenario, agudizando la agresividad hasta llegar al extremo de  despreciar a los crímenes de lesa humanidad, como está sucediendo en la guerra civil de Siria, cuya consecuencia es impreviscible si se convierte en una guerra internacional. Con lo que se ha entrado a una espiral diabólica, cuyo desenlace final puede ser la destrucción de la humanidad o el rompimiento de la espiral mediante un cambio revolucionario, la eliminación del poder coercitivo, sostén de la estructura globalizada de explotación.

3. El tercer escenario es el cambio revolucionario con la consolidación de la sociedad humanista, sostenida por el humanismo superior, cuyos elementos básicos son la eliminación del poder coercitivo, la participación directa de las bases en la conformación de la estructura administrativa y de coordinación de los servicios y la producción y la apropiación de la riqueza en beneficio del pueblo.

La condición imprescindible para el rompimiento de la espiral diabólica es la acción revolucionaria no violenta, resultado de la maduración generalizada de la conciencia del pueblo, para sí, que está creciendo rápidamente con las enseñanzas nacidas de la lucha misma. Al mismo tiempo se consolida la organización requerida para adoptar las decisiones que ha de ser capaz de reemplazar el poder coercitivo por el no coercitivo y conformar una nueva estructura de administración y coordinación de los servicios y la producción.

Con estos requisitos fundamentales, la conciencia para sí, la organización de las bases, la sustitución del poder coercitivo por el no coercitivo, y la nueva estructura administrativa y de coordinación, se habrán sentado las bases necesarias para la transferir el capital de las manos de las minorías explotadoras a las manos mayoritarias, sus verdaderos dueños, al que lo produce, como ser  individual, e intermediado por la comunidad como ser social.

La entrega de los beneficios de la actividad productiva al sujeto, significará la liberación del mismo de la esclavitud del trabajo para otros. Por fin, por primera vez en la historia de la humanidad, dejará de ser objeto del trabajo para convertirse en sujeto y dueño de su trabajo, será su creador, superará la animalización, la cosificación, que le impuso la civilización para ser por fin un ser humano, un ser creador en el nuevo estadio, el del humanismo superior.

El humanismo superior en la sociedad que muere. De los elementos que conformarán la nueva sociedad, algunos ya existen y otros empiezan a forjarse en la vieja sociedad, la que está en proceso de agotamiento, ésta es la del sistema de poder coercitivo mundial. Lo que nos permite avizorar la nueva perspectiva  que se ofrece a la humanidad en el estadio del humanismo superior y se resume como sigue.

La vida del ser humano. La identificación de los elementos ya existentes en la sociedad que muere y que conformaran la nueva sociedad se encuentran en el origen mismo del ser humano.

El humanismo, considerado ontológicamente, es la esencia del ser humano. Es la fuerza vital que lo acompaña y caracteriza desde su nacimiento. Por ello, su primera función es y siempre ha sido la preservación de la vida. Es la fuerza que garantiza la preservación de la especie, a pesar de la agresión del sistema de poder. Sin el humanismo la condición del ser humano no existe.

Humanismo primitivo. En su etapa primitiva estas relaciones se establecieron en el círculo de la familia, luego en el de la tribu, el de la comunidad y en su entorno natural, mediante relaciones definidas dentro de lo que en otro trabajo hemos reconocido como el humanismo primitivo, lo que Carlos Marx identificó erróneamente como comunismo primitivo. . Ésta se hacía en base al regalo, la solidridad y amistad, en resumen fueron las relaciones de reciprocidad las que predominaron en esta etapa, expresión del derecho natural del ser. Motivo por el que la identificamos como humanismo primitivo.

El bienestar. La sociedad expresa su esencia humanista en cada esfuerzo realizados a lo largo de su existencia por alcanzar el mayor bienestar posible; es la fuerza impulsora, presente permanentemente en la voluntad de cambios de la sociedad por mejores condiciones de vida.

Fuerza de cambio. El humanismo, en el decurso de la era de la civilización, es la fuerza generadora de los cambios de los modos productivos en búsqueda de nuevas condiciones de bienestar para las mayorías y en su nivel superior, con la ciencia y la tecnología, el humanismo superior encarna la confianza por un mundo de paz, libertad y amor. La historia de la civilización es la historia de las luchas del humanismo contra el poder, es la historia de las luchas del ser humano contra el ser animal, es la historia de las luchas del género humano por alcanzar un nivel superior.

La diversidad. Los esfuerzos de reivindicación de las aspiraciones del ser humano, sus ansias de libertad, sus luchas por mejores condiciones de vida, la defensa de las culturas, de los intereses regionales; los pequeños detalles que hacen la vida, como el agua, la comida, la vivienda, el transporte, constituyen la diversidad de conjuntos naturales y sociales que conforman la sociedad, imposibles de ser atendidos por el centralismo vertical. Es indispensable estructurar la sociedad, que sea capáz de atender esta diversidad, asentada en una estructura horizontal, abierta y transparente, que mediante el diálogo constructivo encuentre los consensos necesarios. Esta es la sociedad del humanismo superior.

Derechos humanos. El humanismo superior nace del derecho natural del ser humano, reconocido internacionalmente en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por la Organización de las Naciones Unidos el 10 de diciembre de 1948, como garantía del mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, afirmación del reconocimiento de la dignidad intrínseca y del nacimiento de los derechos iguales de todas las personas como base de la libertad, la justicia y la paz en el mundo, y enriquecido por los aportes de la ciencia y la tecnología a lo largo de su devenir histórico.

De la conciencia en sí a la conciencia para sí. Los movimientos de masas, que van cubriendo cada día más al planeta, se caracterizan por la diversidad de las reivindicaciones exigidas, cuyas propuestas chocan con las políticas centralistas, los nacionalismos secantes, el estado homogenizador, los partidos sectarios, la democracia burguesa, la discriminación de las minorías. Sólo encontrarán respuesta en el humanismo superior, conformado en el diálogo de las bases, el reconocimiento de su diversidad, el respeto al otro,  la complementariedad de los diferentes y el consenso.

La conformación de esta conciencia para sí está alimentada por 1. Las luchas de los pueblos, generadas por la crisis mundial, es el torrente empírico más importante del despertar de la conciencia de los pueblos. 2. La democratización del conocimiento mediante la digitalización, ensancha en forma vertiginosa la formación de la autoconciencia del pueblo. Por esta razón la lucha por el mantenimiento de la red mundial del intercambio del conocimiento en forma abierta, fuera de cualquier control vertical, es una victoria del humanismo que se debe preservar.

Democracia de las bases. La democracia de las bases es la forma del ejercicio del poder de las bases. Es la instancia en la que el individuo valida su existencia.  A travez de la democracia de las bases, en la que se ejerce el dialogo constructivo, no existen soluciones de mayorías en desmedro de la minoría. El dialogo es una construcción colectiva del pensamiento, en el que todas las opiniones son atendidas, analisadas minusiosamente y se integran en un acuerdo consensuado. Es el proceso de intercambio simultáneo del ser individual con el ser social. Es el proceso en el que el ser  se expresa integrando su carácter individual con su carácter social.

La creciente debilidad del poder posibilitará a las bases asumir la realización de sus reivindicaciones mediante la democracia de las bases, hasta ahora expresadas anárquicamente mediante los estados fallidos. La crisis es la partera del humanismo superior.

La organización de bases. Está en crecimiento acelerado. En la medida que la conciencia en sí va adquiriendo la forma de conciencia para sí, la organización de las bases crece. Es crucial el desarrollo del conocimiento, para madurar la conciencia y crear la organización encargada de impulsar el humanismo.

Las organizaciones de bases actualmente en lucha, en procura de la conciencia para si, son los movimientos que impulsan el humanismo: la organización de los nativos de Kandire y Tawantinsuyu, las protestas de los indignados y de los ocupa del mundo, la rebeldía de la primavera árabe, las comunidades autogestionarias de Méjico, las cooperativas mineras, el movimiento de los comerciantes, sindicatos independientes, asociaciones, organizaciones comunitarias y cívicas apartidarias de Bolivia y el mundo.

La falta de claridad de sus luchas ha encumbrado partidos  sectarios que desvian los fines del movimiento hacia la dependencia del capital socialdemócrata como en Egipto, Libia, Argelia y otros o hacia la dependencia del capital neoestatal como Venezuela, Bolivia, Ecuador, Siria y otros.

Los nativos de valles y llanos de la cuenca amazónica-platense (Kandire) y de los Andes (Tawantinsuyu), aislados en el sectarismo de partidos indianista, han cedido la mayoría del sector mestizo a la dependencia del capital socialestatal de los gobiernos populistas, llamados, del socialismo del siglo 21, impidiendo su desarrollo con la cosmovisión humanista de sus ancestros kandirenses y tawantisuyanos.

Los indignados y los ocupa del mundo son movimientos de masas que no logran concretar los objetivos de sus luchas a causa de la desarticulación en el diálogo constructivo, mostrándolos muchas veces como contradictorios entre sí. No han logrado reconocer el principio de la diversidad del movimiento y la importancia del consenso entre los diferentes para construir la sociedad diversa que el humanismo exige.

La rebeldía de la primavera árabe, las comunidades autogestionarias de Méjico, las cooperativas mineras de Bolivia, los gremios de comerciantes, sindicatos independientes, asociaciones, organizaciones comunitarias, cívicas, vecinales, apartidarias del mundo todo han quedado atrapadas en la dependencia del poder del estado, impidiendo su evolución hasta lograr su independencia política.

Doble carácter del humanismo. La forma esencial de la existencia del ser humano, está constituída por dos componentes, el ser individual y el ser social, cuya manifestación depende de la situación concreta.  Según ella, se manifestará como un ser individual o como un ser social. Ambos están internalizados en el ser humano y se manifiestan acorde con el doble carácter de la materia, sugerido por De Broglie, en 1924, a partir de sus estudios sobre la mecánica cuántica.

La priorización del  ser individual es el punto de partida del liberalismo, idealizado, porque en forma pura jamás se ha logrado a pesar del control que siempre ha tenido. El poder que lo sostiene se ejerce a través de un estado  fuerte, con lo que se desvirtúa el individualismo.

La priorización del ser social es el punto de partida del socialismo, el comunismo y de todas las variantes de la izquierda marxista, idealizado, porque en forma pura no existió jamás a pesar del control del poder que lo sustenta, ya que el individuo es el elemento constitutivo fundamental de cualquier organismo social. Ésta depende del individuo y éste de la comunidad. En la pretensión de suprimir al individuo está el origen de su fracaso.

Ya hace más de siglo y medio la duración de la discusión ideológica y de lucha cruenta, de los dos sistemas centrales de poder de la sociedad, el liberalismo y el socialismo, por imponer su respectivo sustento teórico, sin lograr el éxito deseado a causa de lo endeble de ambos planteamientos para una economía globalizada. A pesar de la crisis del sistema la lucha continúa y se agudiza peligrosamente.

El humanismo superior nace del reconocimiento de la existencia complementria del ser individual y el ser social en el ser humano. Es la conjunción de los seres individuales en la comunidad. El ser individual expresa los intereses de la persona, mediatizados por los de la comunidad, lugar en el que se expresa el ser social, consensuado como el interes del conjunto comunitario.

El humanismo superior es el marco resolutorio acorde con la realidad de la confrontación, hasta hora excluyente por otra complementaria, del sistema de poder individualista y el sistema de poder estatal.

Condición objetiva para el humanismo superior. El modo globalizado de producción capitalista ha colocado una contradicción insoluble entre los grupos de poder, numéricamente pequeños y dueños del capital, y la inmesa mayoría del pueblo explotada. En la etapa de crisis, cada elemento introducido en el sistema para mejorar la competitividad implíca mayores desocupados, en    general mayor sacrificio para la población. Esta contradicción exige el reconocimiento  de un nuevo modo productivo, que incorpore en él la diversidad de intereses de la inmensa mayoria poblacional, que transforme esta mayoría, mejor dicho, a toda la población en propietaria de la riqueza y cada individuo se beneficie de la distribución equitativa de la misma.  

La ideología marxista propone, engañosamente, entregar la propiedad de toda actividad productiva a los trabajadores. Para ello establece al estado  como organización encargada de la producción a nombre del pueblo, la clase trabajadora como vanguardia social y el partido comunista como consciencia de la clase trabajadora.

Lo primero que se debe aclarar es, que la transferencia del capital productivo al estado no cambia la esencia capitalista del sistema, sólo se habría cambiado de explotador, el estado por el propetario privado. El trabajador sigue entregando su plausvalía al nuevo patrón, ahora personificado en el estado. El estado no tiene los intereses del trabajador, motivo por el que se transforma en un nuevo explotador del trabajador y el pueblo todo.

Finalmente el partido comunista se arroga la representación de los trabajadores y a nombre de ellos el gobierno se transforma en una dictadura de una minoría partidaria. Junto con la dirigencia sindical se establece una alianza partidaria-obrera, componentes de la nueva clase de ricos del sistema socialista. Ejemplo de este sistema fue el imperio socialista de la URSS, que ya ha fracasado, y la China comunista transformada en capitalismo mixto. En la actualidad, el socialismo del siglo 21, como método de acceso al poder, se declara democrático, pero la hegemonía clasista y unipartidaria del sistema lo transforma en un remedo aprimorado con democracia. En el fondo es otra dictadura de estado.

Para evitar todo engaño, de cualquier intermediario, el humanismo superior  propone la entrega de la propiedad de la actividad productiva al mismo pueblo. El estado deja de serlo y se transforma en una entidad administrativa, de coordinación producción y servicio dependiente del control directo de las bases, institucionalizadas por las organizaciones comunitarias del pueblo, expresión del poder no coercitivo de las bases. Cada miembro de la comunidad será el propietario de las actividades productivas, con lo que se transforma en directo beneficiario de las utilidades generadas por el trabajo, las que serán distribuídas equitativamente, por la comunidad, en forma acorde al aporte en la generación de la riqueza.

Además la introducción del nuevo sistema productivo, asentado en la búsqueda nuevos valores humanos, en el poder no coercitivo de las bases, en la gestión desde abajo liberará los inmensos recursos que se despilfarran en la economía de consumo, en la burocracia y en el sostenimiento de las fuerzas armadas, necesarios para atender las necesidades de dos mil millones de pobres que tiene la humanidad.

Hermana Naturaleza. Una parte esencial del ser humano es la naturaleza a la que pertenece, es parte inseparable de la naturaleza, sin la naturaleza el ser humano no existiría. Esta integración existencial con la naturaleza está en su  orígen y su complementacion constituye un objetivo central del humanismo superior. No supedita la naturaleza al ser humano, ni el ser humano a la naturaleza, es indispensable la preservación simultánea de ambos mediante una interelación de equilibrio horizontal.

La economía de mercado ha introducido desajustes ecológicos y ambientales que amenazan seriamente la vida de la fauna, la flora y con ello de la vida humana, por lo que se debe corregir en forma perentoria el uso indiscriminado de la naturaleza.

La cosmovisión kandirense dejó gravado en piedra, que el ser humano debe cuidar a la naturaleza como a una hermana muy delicada, que depende de él y, a su vez, ella le da protección  No se confude con La Madre Tierra, cuya relación con el ser humano es vertical, ésta es símbolo de la sociedad del poder, de sometimiento servil del ser humano a la tierra, que el humanismo rechaza. El concepto de naturaleza es totalizador, el de tierra es restrictivo.

La eliminación de la violencia. El proceso de transición pacífica de un sistema de poder vertical, coercitivo, a otro, de gestación desde las bases, no coercitivo, es uno de los componentes fundamentales del humanismo. Sólo la participación activa de las bases logrará este cambio revolucionario.

En primer lugar, con el uso de la violencia el poder introduce sus deformaciones intrínsecas en la nueva sociedad, es decir transforma el movimiento triunfante en otro instrumento de sometimiento, como todos los que hasta ahora han existido. En segundo lugar, es indispensable que esta revolución tenga un carácter  pacífico para evitar prolongar la sobrevivencia del poder establecido, la revolución violenta es parte del juego del poder coercitivo y cualquier alternativa de poder vertical prolongará el sistema. En este punto crítico, ante su desaparición inminente, la fuerza acumulada en su larga existencia, asumirá todos los riesgos para evitarla y abre la posibilidad de una salida catastrófica, que se debe impedir. En tercer lugar la revolución pacífica garantiza el reconocimiento y desarrollo de los nuevos valores y principios en los que se fundamentará la sociedad del humanismo superior.

El poder, cuando es rebasado por las masas, se reconstituye en el interior de ellas  para transformarse en el sostén de la dirigencia del nuevo movimiento victorioso, los nuevos dueños de las riquezas. Al mismo tiempo, degradan las reivindicaciones y abandonan las mayorías que las impulsaron. Así por ejemplo, la revolución francesa realizada por las masas populares contra el poder conservador del absolutismo monárquico, con el nuevo poder  revolucionario consolidó a la burguesía, convertida en la pequeña minoría de nuevos ricos, dueños del capital, expropiadores de la riqueza del pueblo que los encumbró. La revolución socialista y comunista hecha con el sacrificio abnegado de campesinos, clase media y obreros, contra el poder del zarismo, encumbró en el nuevo poder revolucionario a la burocracia del partido comunista, pequeña minoría beneficiaria de la riqueza de la nación, la nueva clase dominante, los nuevos ricos, que  mantuvo explotado al pueblo, el verdadero dueño de la revolución. El movimiento humanista que surge desde el fondo de los valles y la selva de la cuenca amazónico-platense de Bolivia (Kandire) como reivindicación de nativos, campesinos, sectores medios y obreros, fue deformada por las veleidades imperiales y racistas del fanatismo aimara de su presidente, Evo Morales, nuevo engendro dictatorial surgido de las entrañas mismas del movimiento. Usa inconstitucionalmente el poder, entre otros, para hacerse nombrar presidente para un tercer periodo, con proyección vitalicia, y para asegurar el fortalecimiento del crimen organizado (narcotráfico, contrabando, corrupción y otros).

Estas transformaciones estubieron en los marcos de la contradicción de las condiciones objetivas del desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción, sustentadas por el poder acumulado con la apropiación capitalista del excedente del trabajo.

La fuerza explosiva de las necesidades generadas  por la acumulación global de las riquezas ha originado la aparición de nuevas contradicciones insolubles entre la heterogenea masa del pueblo y los dueños de la economía globalizada, cuya lucha viene logrando importantes recomposiciones en la cúpula del poder a lo largo del siglo pasado y el que se inicia.

Las pretensiones de supremacía mundial de Alemania, apoyada en las potencias  aliadas de Italia y Japón conocida como Alianza del Eje Berlín, Roma y Tokio fracasó totalmente el 1945, de cuyo resultado nacieron dos nuevos aspirantes a la supremacía mundial: El capitalismo privado, hegemonizado por EUNA y el capitalismo estatal, hegemonizado por la URSS.

El fortalecimiento del sistema imperial socialista obligó al sistema imperial del capital privado a reconocer en su espacio a un sector cada vez más importante de capital mixto, es decir la convivencia del capital privado con el capital estatal a condición de mantener la hegemonía del capital privado en la forma de la socialdemocracia.

La competencia de los dos sistemas imperiales y las debilidades internas del sistema estatal llevó al colapso de éste y lo obligó a transformarse en un sistema de capital mixto con el reconocimiento en su espacio de un sector del capital privado a condición de mantener la hegemonía del capital estatal, identificado como capitalismo neoestal o socialestatal.

A consecuencia del desarrollo de la guerra civil en Siria, de cerca de tres años de duración, las aspiraciones de hegemonía mundial del imperialismo neoliberal han sido frenadas por la alianza fáctica del sistema neoestatal y las fuerzas emergentes populares e islamistas.

La inminencia de una guerra internacional a causa de los crímenes de lesa humanidad cometidos en Siria y la debilidad creciente de los imperios hegemónicos, ha logrado el relajamiento de la tensión internacional mediante los acuerdos encabezados por Rusia y EUNA. En el fondo es una recomposición de fuerzas, un acercamiento entre el sistema de capital mixto socialdemócrata y el socialestatal para enfrentar el crecimiento de las fuerzas populares e islamistas, que amenazan su desplazamiento.

A la desaparición del sistema del capital estatal, con el colapso de la URSS, ahora se suma la secundarización del sistema hegemónico del capital privado con lo que ya se puede afirmar que la expresion del imperio del capital estatal ha desaparecido y el imperio del capital privado está en proceso de desaparición, consolidando el capital mixto, en una alianza de las dos variantes y, en la medida que se debilitan los poderes fundamentalistas, privado y estatal, se abren espacios de diálogo y de búsqueda de soluciones pacíficas.

El poder directo de las bases es la garantia de la sociedad humanista. Cuando el ser humano logra la producción de excedentes con la agricultura y la ganadería, en el neolítico, es cuando la sociedad se diferencia entre explotadores y explotados y se impone la existencia de un órgano opresor. Así se impone el poder y con él todos los instrumentos que lo complementan.

En el largo periodo de la civilización, el poder como sustento de los explotadores, ha sido la fuerza conservadora de la sociedad, la que se ha opuesto a los cambios y a los movimientos reivindicativos.

En el pasado los cambios revolucionarios, que reemplazaron los modos productivos agotados, no aseguraron los resultados en beneficio de las mayorías.

Si el nuevo sistema se fundamenta en la participación activa de las bases, las que constituyen el conjunto de la población, se asienta en el diálogo constructivo, la transparencia, en el respeto y la complementariedad de los diferentes se estará frente a un sistema que ha reemplazado el poder coercitivo por el no coercitivo para su funcionamiento, se estará sentando las bases de una nueva cultura de contenido humanista, el poder directo de las bases como garantía de la nueva sociedad.

La humanización del ser. Los beneficios del trabajo, expropiados por el amo, por el señor o por el patrón del estadio de la civilización animalizaron al ser humano, transformándolo en esclavo, siervo u obrero, un ser alienado y sin capacidad creativa.
Con el humanismo superior el trabajador por fin logrará su liberación al transformase en dueño de los beneficios de su trabajo, pasará a la condición de sujeto creativo y recuperará la condición humana perdida con la civilización.

Con el humanismo superior se abrirá el potencial del desarrollo humano a su maxima capacidad, florecerá la riqueza de su diversidad y su espiritualidad alcanzará niveles insospechados.

La humanización del ser, en el fondo, se trata de una nueva sociedad que superará las ilusiones de la riqueza para todos, para reemplazarla por el sueño, hecho realidad, de la felicidad para todos.

Las frescas brisas de esperanza que empiezan a dar vida nueva a la humanidad, presagian el salto cualitativo más grande en el devenir del género humano, se logra por fín el viejo sueño de la transformación del ser animal, impuesto por el poder a lo largo de la civilización en el ser humano que augura el humanismo superior.

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