Por Álvaro Jordán
Se puso de moda etiquetar todo como homenaje al Bicentenario de las luchas... por la independencia? por el nuevo centralismo colonial? por el colonialismo españolista? por el colonialismo aimara? No importa, la ignorancia no se detiene ante nada. Para muchos se trata simplemente de estar en la onda, figurar en los canales, en las sociales, todo es veleidad, es el carnaval
Pero si vemos un poco adentro de pronto nos damos cuenta que se maneja un carnaval tradicionalista por que conviene a las viejas estructuras conservadoras, conviene al españolismo, conviene al colonialismo españolista y también conviene al centralismo aimara. Se distrae, se adormece con la jarana mientras se gana tiempo, para seguir con lo mismo dirán los conservadores o para ganar poder dirán los centralistas.
Es el Consejo Municipal de logieros y masistas, el que ahora se saca la capucha para actuar contra las manifestaciones culturales más auténticas de Santa Cruz. Ha prohibido el corso del ballet folklórico cruceño. Una vez más se divide a Santa Cruz, una vez más la ignorancia se impone, una vez más el racismo aflora con sus vergüenzas al aire, una vez más se atropella a la nueva Santa Cruz.
La reflexión por el Bicentenario debe servir para despertar la conciencia del pueblo.
El pueblo tiene derecho a saber que muchas de las luchas estuvieron encabezadas por manipuladores que sólo peleaban por preservar intereses monarquicos, ya sea de Fernando VII, Carlota o Bonaparte.
Otras estuvieron motivadas por las ansias de libertad como las del Gral. Kumbay, de Warnes, de Muiba, Cañoto, Colorau Mercau y junto con ellos el pueblo, no importa de qué sector, simplemente los que creían que luchaban por la patria, eran los que no sabían para quien era este macabro carnaval.
Otras estuvieron motivadas por las ansias de libertad como las del Gral. Kumbay, de Warnes, de Muiba, Cañoto, Colorau Mercau y junto con ellos el pueblo, no importa de qué sector, simplemente los que creían que luchaban por la patria, eran los que no sabían para quien era este macabro carnaval.
Lo que no se puede ocultar, por la felonía que implica, es que sirvió para imponer un nuevo colonialismo, el colonialismo españolista, el que al final se transformó en colonialismo aimara. Fue la república de Sucre, promovida por los Olañetas, los doctorcitos de dos caras, con el visto bueno de Bolívar.
El carnaval tradicional junto a la prohibición del corso del ballet folklórico cruceño, así como el bicentenario patriotero, sólo sirven para acrecentar el poder del nuevo centralismo aimara.
Es en la participación de todos, de nativos y blancos, donde se encuentra el mestizaje, el respeto al otro y la diversidad. Es donde se encuentra la libertad, base de la democracia y concreción de la federación humanista.
Santa Cruz, 14 de febrero de 2010
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