domingo, 11 de marzo de 2018

AUTONOMÍA


Autonomía
                              Por Álvaro Jordán
Las aspiraciones autonomistas tienen distintas interpretaciones, acorde con la identificación de los intereses económicos y políticos de sus promotores. Resultado de las luchas del poder central y las aspiraciones democrática de los pueblos en el país se ha generado una autonomía tradicional con el flujo de poder descendente y otra emergente con el flujo de poder ascendente.
A los agentes del centralismo  de Estado al unísonos con los defensores del colonialismo interno, nacional y departamental los hemos visto accionar juntos en este  periodo de la llamada “revolución cultural” del Movimiento al Socialismo, (MAS).
Recordemos que ante el fracaso de los partidos sistémicos, como se les llamó al conjunto de partidos existentes en el momento de la crisis neoliberal, la aspiración humanista de la población de Santa Cruz se decantó proclamando la convocatoria a la lucha por la autonomía, convocatoria fuertemente enraizada en el imaginario étnico, histórico y cultural de la población del país, razón por la que el gobierno se vio obligado a asumir una oferta autonomista. Aprovechando el carácter elitista de la propuesta citadina, la incorporó a la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia dándole un fuerte contenido centralista y un matiz indianista a la oferta indígena-guaraní.
A lo largo de los 12 años de hegemonía del MAS, el Gobierno se ha identificado con posiciones extractivistas para la exportación y anti ambientalistas, (represión a los defensores de la naturaleza), fundiendo los intereses estatales con los  privados y los del neocolonialismo internacional, desvirtuando totalmente su compromiso con los sectores sociales que inicialmente lo encumbraron y, ante el consecuente abandono, se ha visto necesitado de fortalecer el poder del Estado alrededor de la persona del presidente, transformándolo  en una autoridad cuyo desconocimiento de la democracia establecida constitucionalmente lo transforman en un Dictador, origen de las luchas por la defensa de la democracia, transformadas en el mandato dispuesto por el pueblo mediante el referendo del 21 de febrero del 2016, prohibiendo su repostulación (la cuarta) a la presidencia de Bolivia..
El comportamiento político de los distintos sectores partidarios, sociales y económicos ha permitido refrescar la memoria del pueblo sobre los verdaderos intereses de los mismos, ya que las necesidades impuestas por el doble sexenio de gestión estatal los han obligado a mostrarse sin la hoja de parra con la que ocultan sus vergüenzas e históricamente se santifican.
En primer lugar el Estado una vez más ha continuado imponiendo el colonialismo interno por distintas razones objetivas, fundamentalmente económicas. El manejo económico a ese nivel es muchísimo mayor que a nivel departamental, provincial o municipal  por lo tanto los montos negociables son muy atractivos para las ansias de enriquecimientos del sector partidario, burocrático  y social angurrientos de dinero y por ello de poder, elemento fundamental de la corrupción, el crimen organizado y el contenido mafioso creciente, origen del desprestigio del Estado, sus instituciones, su jefatura y su partido.
En segundo lugar están los partidos políticos, todas organizaciones sectarias, defensoras de los intereses de sus miembros y enemigos de los demás. Como organizaciones nacionales y en posesión del poder del Estado han sido y  son responsables del saqueo histórico de las riquezas del país y del pueblo. De la marginación de las mayorías mestizas e indígenas a lo largo de toda la existencia republicana, también han sido responsables de la miseria y pobreza en que se debate la mayoría del pueblo, de la expoliación y exportación de las riquezas generadas con sus esfuerzos. También ellas son las responsable de la pérdida de más de la mitad del territorio nacional, negociados para el beneficio de los bolsillos de las élites partidarias gobernantes, como fue la activa participación del chilenófilo y traidor Aniceto Arce para evitar el ingreso del ejercito del General Narciso Campero al Litoral, en resguardo de mineros chilenos establecidos allí[1]. Entró a la política con la formación del partido Pacifista, partido al servicio de Chile en Bolivia, carrera que al final, con el partido Conservador, llegó a la presidencia de la república, el que junto con el partido liberal acordó la venta del Litoral, del Madre de Dios y el Acre a cambio de negocios particulares conjuntos. Además fue el autor del genocidio  en Kuruyuki, el 1892. Personaje paradigmático de las dirigencias partidarias y militares del periodo republicano: cobardes y traidoras frente al agresor extranjero, y crueles e inhumanas ante el compatriota indefenso. A sus colaboradores fratricidas, responsables de la muerte de 6.000 guaraníes, cruceños, tarijeños y chuquisaqueños,  se los recompensó con la entrega de las propiedades quitadas a estos pobladores, defensores de sus territorios, y con la entrega de los restos del genocidio de Kuruyuki: mujeres y niños, en condición de esclavos y otros más que fueron vendidos a la siringa beniana, muestra de su responsabilidad en la política colonial interna que desarrollan para enriquecerse con las dones de nuestra tierra, la expoliación de nuestro pueblo y si es necesario con su eliminación física en complicidad con las distintas layas del imperialismo internacional y finalmente ellos son los responsables de la corrupción generalizada digitada desde el Estado, desde sus instituciones oficiales con negociados oscuros, imposiciones de fuerza y el crimen organizado.
Parte importante del desmontaje de la podredumbre de los partidos políticos es la eliminación definitiva de los líderes de los partidos, cuyas cualidades son construidas y exageradas con el sobrenombre de caudillos. En la actualidad, como resultado de la situación revolucionaria humanista, es notoria la volatilización de los líderes de partidos, lo que es reclamado por los promotores de los partidos o por voces ingenuas oficialistas y de la oposición sectaria que no entienden la riqueza de la revolución humanista, Confiamos en que el pueblo, que se plantea la desaparición de los partidos políticos está consciente de la importancia de la exclusión de todos los aspirantes a líderes, por ser los responsables directos de las desgracias padecidas por nuestro pueblo, candidatos a enseñorearse con el poder para someter al pueblo una vez más.  Toda lucha por el poder se la hace sobre los hombros del pueblo para después someterlo a una relación de explotación.
La Nueva Sociedad será una de servidores de sí misma, cuyos representantes, para el cumplimiento de las funciones que ésta les asigne, serán elegidos los ciudadanos más destacados en el servicio al pueblo, quienes estarán permanentemente obligados a informar a las bases, las mismas que podrán disponer en cualquier momento la revocatoria del mandato. Este tipo de relaciones sociales y políticas garantizan el aprovechamiento de la riqueza intelectual colectiva, garantizan la distribución equitativa de las riquezas, garantizan el aporte de los verdaderos servidores de las bases y garantizan la eliminación de la corrupción pública y la burocracia insensible.
Después de una intensa lucha por la autonomía, en la que hubo muchos heridos, encarcelados, torturados, exiliados y muertos de todos los departamentos del país, se impuso su aceptación en la Constitución Política del Estado Plurinacional, conjugando el centralismo del poder estatal con el reconocimiento de una distribución de poder autonómico, en las formas de autonomía departamental, regional, municipal  e indígena originaria campesina, cuya tímida viabilización ha demorado casi 10 años, la última comprende un nuevo espacio territorial que da lugar a las autonomías indígenas originario campesinas, abriendo la posibilidad de existencia de autonomías regionales conformadas por un municipio, una provincia, o más, con autonomía indígena, que tengan continuidad regional y compartan cultura, lengua, historia, economía y ecosistema en el Departamento. Fue la primera gran victoria del pueblo en su enfrentamiento contra las aspiraciones dictatoriales del poder.
Veamos las peculiaridades básicas de los dos tipos de autonomías reconocidos. Tomemos como ejemplo la autonomía departamental de Santa Cruz, ésta es una autonomía con el flujo de poder descendente, con una consulta de las bases al final de cada periodo administrativo de 5 años y alguna consulta revocatoria antes de medio periodo administrativo. Hay que aclarar que no corresponde a los contenidos aprobados por el 86% del pueblo de Santa Cruz en el referéndum del 2008, no se ha respetado la soberanía del pueblo. Se puede decir que desde el poder se ha aprobado una autonomía, contradictoriamente, de fuerte contenido centralista.
La autonomía indígena originario campesina Charagua Iyambae, del  municipio de Charagua de Santa Cruz, corresponde a la autonomía indígena largamente reclamada por los pueblos kandirenses, incluida por el gobierno en la Carta Fundamental como contrapeso a las autonomías departamentales, inspiradas fundamentalmente por políticas conservadoras. Es una autonomía de tipo emergente con el flujo de poder ascendente y con el reconocimiento de los usos y costumbres, en sus relaciones internas; dentro del sistema de poder externo que las aprisiona desde el gobierno.
La autonomía indígena es una rica experiencia de múltiples e interesantes contenidos de tipo social, económico y político y por responder a una permanente consulta a las bases, se puede asegurar que es el inicio de una autonomía revolucionaria asentada en sólidas bases humanistas.
La autonomía indígena se asienta en la voluntad de las bases resultado del consenso de los intereses individuales, transformados mediante el diálogo creativo en voluntad colectiva del conjunto local. Estos consensos se los somete a una compatibilización mediante un nuevo diálogo constructivo dando lugar a una resolución zonal del conjunto autonomista, la que finalmente es elevada a la Gran Asamblea Autonómica.  Las resoluciones son obligatorias para el Órgano Legislativo y para el Órgano Ejecutivo autónomo.    
Bolivia es el país más diverso del continente, con su condición plurinacional, reconocida constitucionalmente, de 36 lenguas, 36 naciones y una diversidad cultural todavía mayor, así como de vivencias históricas, cuyo desarrollo con grandes sectores de marginados, pobres y miserables, lo hacen el más atrasado de Sud América. La condición plurinacional está en abierta contradicción con el centralismo del Estado, generando hasta ahora una inviabilidad histórica. Sólo el desarrollo de una avanzada estructuración autonomista crea las condiciones indispensables para enfrentar en unidad la diversidad de intereses de esta pluralidad étnica, cultural y social.
Recogiendo la rica experiencia social, cultural y económica, de contenidos positivos y negativos del país, así como otros aportes de la experiencia internacional, evidentemente la única organización respetuosa de esta diversidad y por tanto unificadora es aquella que se sustenta en el reconocimiento de los intereses sectoriales. Para ello es indispensable incorporar en la estructura de servicio los fundamentos del respeto al diferente mediante un consejo ejecutivo participativo que filtre consensualmente las acciones de gestión, apoyado en un proceso creciente de diálogo constructivo.
Escuela del Humanismo Superior.
Marzo del 2018



[1] Interpretación de los historiadores José Mesa, Teresa Gisbert y Carlos Mesa Gisbert. https://es.wikipedia.org/wiki/Narciso_Campero.

miércoles, 7 de marzo de 2018

Soberanía, Partidos y Jefes


Soberanía, Partidos y Jefes
            Por Álvaro Jordán
El 21 de febrero de 2016 el pueblo soberanamente decidió rechazar toda pretensión de reelección de don Evo Morales Aima, situación que éste rechazó con el respaldo del Tribunal Constitucional Plurinacional.
El pueblo hizo el paro más grande de la historia de Bolivia reforzando la posición adoptada el 21 de febrero, calificando de dictador la pretensión de desconocer la voluntad soberana del pueblo manifestada el 21 de febrero.
Mientras tanto, todos los jefes de partido y expresidentes sistémicos, deciden acompañar al dictador a La Haya, pretextando la unidad en defensa del mar, transformados en claque del dictador.
Es evidente que ninguno de los que  reforzaron la propaganda chauvinista, digo chauvinista porque La Haya jamás va decidir la devolución del mar a Bolivia, todo lo que dirá, una vez más será que estos países dialoguen, a los jefes de partidos acompañantes de Evo Morales, en primer lugar, la lucha del pueblo soberano por la democracia no les interesa. En segundo lugar, sólo les interesa figurar para ganar algunos votos en una posible candidatura presidencial y finalmente, están calculando que a lo mejor les cae la oferta de una participación como vicepresidente de Evo.
Una vez más los partidos y los jefes de los mismos, incluyendo el oficial, no sienten la necesidad expresada por el soberano de defender la democracia. Por lo que ninguno de ellos podrá ser apoyado por el pueblo en la próxima elección.
Por el Humanismo Superior.