martes, 27 de enero de 2015

El poder colonialista ataca de nuevo

EL PODER COLONIALISTA ATACA DE NUEVO
            Por Álvaro Jordán
Las declaraciones de Félix Cárdenas en relación al carnaval cruceño no tendrían ninguna importancia si hubieran sido emitidas en su calidad de ciudadano. Caerían como  una expresión de la libertad de opinión, libertad de la cual los cruceños siempre nos hemos distinguido como sus defensores. Además la pequeñez del personaje no amerita darle mayor significado a semejante retahíla de exabruptos.
Pero estas mismas declaraciones emitidas por un alto funcionario del ministerio de cultura del gobierno, a pesar del bajo nivel del conocimiento que reflejan, de cualquier modo expresan el pensamiento político del gobierno y, en su expresión de poder, configuran toda una determinación de avasallamiento cultural. Afrenta que no es otra cosa que la intención de matar el alma de los pueblos sometidos, como lo dijo el vicepresidente en los cursos impartidos a sus cuadros de activistas, en su afán de masificar las campañas de humillación a la  dignidad de nuestros pueblos y consolidar el sometimiento a la hegemonía aimara, promovida por el centralismo del estado, liderado ahora por el aimara Evo Morales Aima y apoyado en la militancia del MAS.
Lo primero que hay que resaltar es, que de las cuestiones internas del pueblo cruceño, nadie que no sea nacido o residente permanente en Santa Cruz tiene derecho a “pedir a los habitantes de Santa Cruz explicar el origen de su carnaval”, (sic) con la intención del vocero del poder en que el pedido suena a una imposición. Todo pedido de extraños, de gente que no pertenece a nuestro territorio debe hacerlo con todas las formalidades del respeto que merecen todos los pueblos del mundo y no en esta forma agresivamente devaluadora como es cuando este sujeto indica que “no cree que sea parte de la cultura” ya, que aseguró, que “no se trata de bailar por bailar”.
Las declaraciones de este personaje, extraño a Santa Cruz, por decir lo menos, son una insolencia, un insulto, que rechazamos en defensa de la dignidad mellada y en desagravio de nuestra cultura declaramos la prohibición a este individuo a ser aceptado en Santa Cruz.
En su afán de justificar sus bajas intensiones este falsario miente, se inventa, calumnia a la cultura de Santa Cruz. Sólo por respeto a los lectores que  han recibido esta aviesa información queremos hacerles conocer que el carnaval de Santa Cruz tiene los mismos orígenes de los carnavales de este remendado de naciones, que el centro colonial españolista en compensación al aporte de Bolívar a la consolidación de la neocolonia republicana, llamó Bolivia.
Es el mismo carnaval heredado de la colonia española con los matices que le imprimen los pueblos nativos, los que por supuesto los de la cuenca amazónico platense son  muy distintos a los del altiplano e incluso entre ellos se pueden apreciar diferencias sustanciales.
Una diferencia básica es que los de La Paz se anclaron en disfrazarse con los vestidos españoles del siglo 16, condición que utilizan los dueños del poder para hacerles creer que así reivindican sus orígenes nativos cuando con ello logran la sumisión inconsciente de sus miembros para imponer la explotación interna del centralismo.
En Santa Cruz a pesar de tener autoridades autóctonas, que no dejan de ser agentes del colonialismo interno, cuya carrera política se logra con genuflexiones a todos los mandamases del estado colonial como a Banzer, Sánchez y Morales, la influencia popular introduce modificaciones que hacen un carnaval muy distinto al del altiplano como expresión  de una cultura que no tiene nada que ver con la aandina. La vestimenta del carnaval tradicional está permanentemente cambiando siguiendo la influencia de la modernidad internacional, particularmente de los centros carnavaleros más importantes del mundo como el del Brasil. Hay otra diferencia, todavía más sustancial que se viene dando en las tres últimas décadas. Ya, antes de que se gestaran las históricas marchas de nuestros pueblos, de Santa Cruz, Beni, y Pando por la defensa del territorio, el derecho a la autodeterminación, el reconocimiento y respeto a la ciudadanía que dio origen al cambio constitucional, empezó a surgir un nuevo movimiento artístico y cultural desde las bases del pueblo, de profundo contenido cultural, nativo y que llena los vacíos de principios morales que crean las imposiciones del poder del coloniaje  interno. Fue el Profesor Héctor Molina quien lideró el movimiento de intelectuales iniciadores del rescate de los valores culturales nativos, quien a su vez, recogió estos contenidos y organizó los primeros grupos de danzas folklóricas, que devinieron  en los conjuntos de ballet folklórico que imponen cada vez más su estilo en el carnaval de cruceño.
En Santa Cruz vienen evolucionando dos carnavales, reflejo de la competencia de las corrientes políticas, económicas y culturales enfrentadas a nivel nacional e internacional. El carnaval tradicional, expresión del colonialismo republicano, si bien tiene diferencias, ya mencionadas, aparentemente significativas con el paceño en el fondo son lo mismo, sirven a la manipulación del poder colonial para sostener el statu quo dominante. Son instrumentos del papel degradante del mismo mediante la idiotización de la población lograda a través del consumo exagerado de las bebidas alcohólicas. Con todo el respaldo oficial, se facilita la distribución al por mayor y al por menor de cerveza paceña en todo el país, imprimiendo así en el inconsciente popular una actitud de simpatía con la metrópolis del coloniaje interno. Desvían de esta manera, la atención de los problemas de  la dependencia colonial.
El otro carnaval cruceño es el que irrumpe vigoroso en Santa Cruz a pesar de la resistencia del oficialismo a reconocerlo. Al principio debutó en lugares marginales, su fuerza y reconocimiento popular lo impusieron en los espacios oficiales transformándose en componente imprescindible de las fiestas por su originalidad, por su diversidad, por rescatar en un ambiente de hermandad los contenidos culturales nativos y mestizos de la población, por la belleza que le imprime la juventud que lo caracteriza, pero más que todo por su papel regenerador espiritual de la población ya que es un movimiento cultural que ha logrado atraer a la gente joven alrededor de una actividad artística y al margen de la degradación propia del alcohol, tradicionalmente promovido por el poder con el nombre de la cerveza paceña.
En Santa Cruz se viene planteando en los carnavales la competencia creativa y positiva de dos estilos culturales,  expresivos de las luchas políticas e ideológicas enfrentadas mundialmente por mantener el control del poder para unos y por la defensa de los intereses humanistas por el otro. Pero, ¿qué podemos explicar de esto a los agentes del poder?, cuya cualidad justificativa es precisamente la ignorancia.
En las Tierras del Libertador Grigotá
Enero de 2015

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