lunes, 27 de octubre de 2014

Dilma Rousseff ante el desafío


Dilma Rousseff ante el desafío
                       Por Álvaro Jordán
Después de una dura campaña política, la representante del Partido de los Trabajadores de Brasil, Doña Dilma Rousseff, ha logrado con mucha dificultad un apretado triunfo para la presidencia del Brasil con un 51,54 % de los votantes, frente a un 48,46% logrado por el Partido de la Socialdemocracia Brasileña para su representante Don Aécio Neves.
Estos resultados, la estrecha diferencia de los resultados obtenidos, colocan al partido oficial en una situación complicada, con muy poco margen de apoyo para intentar imponer un programa de trabajo acorde con las aspiraciones de los sectores políticos que lo respaldan, colocándolo en una situación muy difícil para la permanencia y reproducción del poder del partido en el subsiguiente periodo presidencial.
Al Partido de los Trabajadores, con Dilma Rousseff a la cabeza, se le plantea dos alternativas políticas para decidir en el futuro próximo: La primera, es intentar cumplir la oferta política hecha a sus seguidores, provocando una confrontación con la poderosa oposición existente, que con la débil mayoría lograda a causa del desgaste sufrido por el incumplimiento de anteriores ofertas, lo llevará a aumentar la pérdida de imagen y a sacrificar el éxito en la próxima elección, creando las bases para un bipartidismo conservador, ya caduco en Europa, que empieza a ser superado por renovadas propuestas participativas de cambio, reflejo de las aspiraciones de las corrientes afectadas por la crisis del sistema de poder mundial.
La segunda alternativa, parece estar incluida en el discurso triunfal de la candidata del Partido de los Trabajadores. Como primer punto, ha convocado en forma repetida a la búsqueda de la unión de todos los brasileños. La verdad es que todo candidato ganador y mesurado siempre convoca a la ciudadanía a la unidad; y la convocatoria de Rousseff puede tratarse sólo de un puro formalismo. Pero el llamado a la unidad del pueblo adquiere solidez cuando se convoca simultáneamente al diálogo de los distintos sectores de la ciudadanía para lograr los cambios legislativos  que la misma requiere, con un planteamiento del establecimiento de un ambiente de paz. Estaría hablando la Presidenta de la posibilidad de desarrollar un diálogo constructivo, de acercamiento de las propuestas, que pueda unificar a las bases de los distintos sectores ciudadanos, con los que se puede conformar los acuerdos de bases, que expresen las exigencias de la diversidad popular. El grave desafío para el nuevo gobierno es, que este diálogo, en un esquema de poder vertical, nunca se ha realizado, el poder en todos los países del mundo democrático impone su política al margen de las minorías. En los otros, en las dictaduras, no respeta ni las mayorías. Estaríamos ante un novedoso y agresivo planteamiento de una ampliación de la democracia tradicional hacia una participativa mediante el diálogo y en un ambiente de paz, que evidentemente resultará una apertura muy atractiva para la inclusión de amplios sectores de bases, hasta ahora marginados.
En las Tierras del Libertador Grigotá
27de octubre de 2014