jueves, 21 de marzo de 2013


Declaración del Humanismo Superior
Convencidos, que el crecimiento descontrolado de la  riqueza ha llevado a una fase de estancamiento y agotamiento de la era de la civilización.
Seguros, que la característica principal de la era de la civilización es la consolidación del poder del estado como sustento de la clase hegemónica, sea esta esclavista, feudal, capitalista[1] o imperialista.
Conscientes, que estos sectores minoritarios de la población, se constituyen en beneficiarios abusivos del producto del trabajo, la ciencia, la tecnología y las riquezas naturales del conjunto de la sociedad.
Alarmados por el creciente uso de la coerción a fin de lograr el sometimiento de las mujeres, nativ@s, campesin@s, trabajador@s, profesionales, universitari@s, estudiantes, cuentapropistas, comunidades, juntas vecinales, cooperativistas, gremios, sindicatos, instituciones, organizaciones de bases, indignados del mundo, de los sectores mayoritarios a los intereses de los sectores minoritarios de la  población.
Impresionados por el crecimiento, moralmente inaceptable, de la brecha entre ricos y pobres.
Azorados ante los degradantes efectos generados por el poder sobre la sociedad, que se expresan en la pérdida de libertad, la pérdida de dignidad, el desprecio a los derechos humanos, la conculcación de los principios y valores que la sustentan, el genocidio y la destrucción masiva de las guerras, el crecimiento descontrolado de la corrupción con su secuela de criminalidad, inseguridad ciudadana, violencia física y sicológica y el desprecio por la hermana naturaleza.
Preocupados en impedir que el poder, sostén de la agonizante civilización, ponga en riesgo la existencia del género humano y su equilibrio con la naturaleza por su vocación violenta y sus políticas de despilfarro y consumistas.
Impulsados por el fracaso del capitalismo y del socialismo en la distribución privada y social, respectivamente, de las riquezas.
Compelidos por la simultaneidad del carácter individual y social del ser[2] humano.
Persuadidos de la necesidad de una distribución equitativa y justa de las riquezas, la que exige su apropiación directa a los sectores de bases, esto es la entrega de los beneficios del trabajo, la ciencia, la tecnología y las riquezas naturales al individuo, intermediado por la región[3].
Comprometidos con la defensa de los derechos individuales, al margen de las diferencias de razas, color, género idioma, ideológicas,  intereses económicos, culturales, religiosos y reconociendo la complementariedad de l@s diferentes, el respeto al otro, la equidad, la reciprocidad, la solidaridad y el diálogo como instrumentos de consenso.
Fortalecidos por la experiencia histórica y la claridad del pensamiento de nuestr@s herman@s nativ@s[4], cuya propuesta fundamental para garantizar el respeto humano y de la naturaleza es la generación de la autoridad desde las bases.
Viviendo la humanidad un intenso proceso, determinado por el agotamiento de la era de  la civilización, el ingreso a una etapa de transición y el inicio de la nueva era del Humanismo Superior.
Reconociendo a la experiencia de casi 200 años del centralismo presidencialista como responsable del continuo achicamiento de Bolivia y de su incapacidad para alcanzar una convivencia equilibrada de la diversidad cultural.
Aceptando que ni el centralismo republicano ni del estado plurinacional  ha podido armonizar la diversidad étnica y la complejidad mestiza del país.
Identificando al colonialismo interno como los portadores de recurrentes factores de fricción y origen de permanente discriminación y exclusión.
Protestando por la sostenida debilidad económica del país y la permanente amenaza a la unidad por causa del colonialismo interno.
Respaldando el reconocimiento que hace la Constitución Política de los tratados internacionales sobre los derechos y deberes en relación con la defensa de los derechos humanos.
Persuadidos del ineluctable fin de la era de la civilización y de la responsabilidad de los humanistas para ofrecer una solución objetiva, racional y equilibrada, en interés de todos.
Seguros de que la filosofía del Humanismo Superior contiene los elementos suficientes para la sustitución del poder por un instrumento pacífico en la búsqueda de soluciones.
Proponemos las bases, que el Humanismo Superior considera indispensables para facilitar el proceso de cambio en beneficio de cada un@ y del conjunto de l@s miembros del país, del equilibrio con la hermana naturaleza y sean garantía del fortalecimiento de la unidad.
Bases del Humanismo Superior para
un Acuerdo de Unidad
1-    Reconocimiento de los derechos individuales, consensuados mediante el diálogo constructivo de hombres y mujeres, trabajador@s, campesin@s, nativ@s, profesionales, cuentapropistas, universitari@s, estudiantes, juntas vecinales, cooperativas, gremios, sindicatos, instituciones, organizaciones de bases, en la comunidad, en el municipio, en el departamento y/o en la región como cimientos para un Acuerdo de Unidad.
2-  Reconocer el carácter individual y social de los beneficios del producto del trabajo, la ciencia, la tecnología y de las riquezas naturales consensuados en cada nivel regional en base a la democracia directa y/o participativa, complementada con la democracia representativa en estricto cumplimiento del diálogo constructivo y haciendo uso de los principios de equidad, de complementariedad de los diferentes, el respeto al otro, la reciprocidad, y la solidaridad.
3-    Reordenamiento de la estructura de coordinación y administración  de servicios en función a los intereses de las bases, consensuados regionalmente.
4-    Nombramiento, control y revocatoria desde las bases de todos los representantes y coordinadores en los distintos niveles administrativos, legislativos y coordinación en atención a sus cualidades de servicio y capacidad.
5-    Actualización de la Autonomía regional en reconocimiento al derecho de la autodeterminación de los pueblos y en el marco de la unidad del país.
6-    Respeto de las competencias regionales, libremente autodeterminadas.
7-    Conformación del Concejo de Coordinación, en cada nivel regional, responsable ante las bases.
8-    Reconocimiento del Primer Servidor (de carácter honorífico). Nombrado en forma rotatoria, entre los miembros del Concejo de Coordinación Regional.
9-    Actualización de la Constitución Política del Estado.
10- La realización pacífica de estos cambios fundamentales sólo será posible con la participación consciente del conjunto de la población. Es indispensable generar la movilización de cada ciudadano, por lo que todo promotor del humanismo superior se debe transformar en un activo difusor de la conciencia humanista y organizador de las bases de vecin@s, trabajador@s, estudiant@s, culturales, profesionales y otras.

Álvaro Jordán
En las Tierras del Libertador Grigotá
Marzo, 2013


[1] Capitalista: comprende al privado y al estatal, ya que ambos se apropian del excedente del trabajo en beneficio de sectores hegemónicos.
          [2] Jordán A., 2011, “Humanismo Primitivo, Civilización y            Humanismo Superior”.             
[3] Región: comprende a la comunidad, el municipio, la provincia y el departamento en
forma separada o voluntariamente mancomunadas.
          [4] Propuesta guaraní a la Constituyente: Ore Ñemongeta. P 3 y 4.      2006.