jueves, 27 de diciembre de 2012

La crisis y la corrupción


La crisis y la corrupción
Por Álvaro Jordán
Uno de los parámetros distintivos de la crisis final de la era de la civilización es la creciente degradación de los principios y valores que la  sostienen.
La civilización desde su nacimiento estuvo sustentada por una estructura de poder, la que ahora, con la crisis del capitalismo1 en su etapa imperial ha entrado en su fase de agotamiento e iniciado un periodo de transición a una nueva era cuya característica principal necesariamente será el reemplazo de las estructuras de poder vertical por una nueva estructura administrativa que emane de las voluntad de las bases, por lo tanto de profundo contenido humanista, que hemos identificado como Humanismo Superior.
La convulsa sociedad del poder y la riqueza sumerge a la humanidad cada vez más en las cloacas de la corrupción, de la criminalidad, de la inseguridad ciudadana y la violencia, campos de envilecimiento humano generados por la brutalidad del poder.
El poder es la fuente de la degradación humana y ésta existirá  mientras el poder exista. Con la crisis de la economía del poder, el envilecimiento institucional como instrumento de competitividad se ensancha y se hace más desvergonzado, en el estado, en la política y en la economía misma.
Ejemplo paradigmático del fenómeno es la evolución sufrida por el controvertido gobierno de Bolivia en los 7 años que lleva de uso indiscutido del poder. Accedió al mismo con un discurso, cuya bandera principal era la lucha contra la corrupción. En demostración de su integridad, hizo devolución del dinero sobrante, que le había otorgado el Comité Electoral para solventar los gastos de dos campañas eleccionarias previas a la posesión de Evo Morales como Presidente, marcando una gran diferencia de niveles de honestidad, comparada con el resto de partidos, que nunca devolvieron un peso.
Además, lanzó un discurso de reconocimiento de la voluntad de las bases mediante el ejercicio de una democracia directa, el desarrollo de una política de solución de problemas por el uso de métodos no violentos, de diálogo, de respeto al otro y de equilibrio con la naturaleza.
Ahora, al final de siete largos años de ejercicio del poder, aparece como un grotesco sueño el recuerdo de los afanes promocionales de los aduladores del Presidente, entonces enmascarados en los valores naturales del ser humano y la “Madre Tierra”, para encumbrar en el podio del Premio Nobel de la Paz al que ahora se desnuda como promotor del envilecimiento humano en Bolivia y el mundo, al ejercer, simultáneamente, la presidencia del País y la presidencia de las seis federaciones de productores de coca en Cochabamba. Esta coca es la materia prima de la producción de la cocaína en Bolivia, estupefaciente que degrada la juventud del mundo, por lo que estamos frente a un gobierno delincuencial cuyo interés principal está en el sector proveedor de la materia prima para la producción de cocaína y su tráfico nacional e internacional.
Esta simultaneidad presidencial ya es prueba suficiente de la inmoralidad del personaje y su partido, situación confirmada personalmente, con toda la arrogancia del poder, cuando declara ante prevenciones de sus abogados, quienes le informan que legalmente no es posible realizar sus medidas, él responde “le meto nomás”.
 Y no por exculpar el acusado, pero es imprescindible reconocer que la humanidad se encuentra enfrentando la resistencia de un sistema que agoniza y exuda los miasma de su agonía.
La sociedad imperial del capital ha entrado desde el 2007 en una espiral diabólica en la que todo parche solo agudiza la contradicción entre la apropiación de las riquezas por unos pocos y la expulsión del trabajo de millones de asalariados. Mientras los banqueros se benefician con las ya multimillonarias sumas de dólares para enfrentar la crisis, el pago de la deuda es soportada por el pueblo, ya sea por la vía de la restricción de los servicios públicos o por la vía de la restricción de los salarios y sus beneficios colaterales, en definitiva, una mayor explotación.
Ya hace un par de años los alemanes acordaron congelar los salarios a cambio de mantener las actividades empresariales dentro del país. Este modelo se repite en todo el continente, particularmente en Grecia, España, Portugal, Italia, y más allá del continente como también en los Estados Unidos de Norteamérica, Japón, etc. etc. La pregunta es ¿hasta cuándo va a durar la espuria alianza de empresarios y dirigentes sindicales en el afán de sostener el poder del estado y beneficiarse de la miseria de la población).
En esta situación las fuerzas armadas para garantizar la represión adquieren un papel cada vez más sobresaliente en la economía y la política de los estados, así los presupuestos destinados a la represión son cada vez más importantes, esta es la razón por la que en Bolivia el presupuesto de las fuerzas armadas casi alcanza el 50% del presupuesto total, al mismo tiempo que se le asigna nuevas e importantes actividades empresariales. En resumen, mientras la miseria aumenta, la criminalidad aumenta, la corrupción aumenta y la represión aumenta.
Las fuerzas armadas se han transformado en el último bastión de la sociedad imperial del capital. Por lo tanto, de lo que se trata es de la eliminación de la sociedad del poder, fuente de todo envilecimiento humano, y su reemplazo imprescindible por una sociedad obediente a las bases humanas, únicas, capaces de avanzar en la consolidación de una sociedad verazmente humanista, donde reine el Humanismo Superior.
En las Tierras del Libertador Grigotá,
Diciembre 2012
1) Capitalismo privado o estatal

jueves, 6 de diciembre de 2012

La Primavera Árabe en la transición de la crisis


La Primavera Árabe en la transición de la crisis
Por Álvaro Jordán
Alejandro Tagliavini, (AT), Miembro del Consejo Asesor del Center o­n Global Prosperity, de Oakland, California, ha publicado en el periódico digital “Hoy”, del 03.10.2012., un trabajo titulado, ¿Indignados de izquierda o derecha1?, en el que hace apreciaciones muy importantes y a veces confusas, que vale la pena analizar.
En el primer párrafo concluye que las manifestaciones masivas en España, del 25-S, y en Argentina, el cacerolazo, “en el trasfondo es el fracaso del sistema”, sic. Muy importante conclusión con la que estoy plenamente de acuerdo2.
A partir de las características de los movimientos, de los que agrega resúmenes estadísticos de importantes medios de prensa internacional, también concluye que “Existe una fractura muy profunda entre los ciudadanos y clase política”, sic, y toma opiniones de otros movimientos de Europa y África que indican que “todos deben participar, para ser democráticos.” Afirma que esto “es real y legítimo”. Conclusión con la que también se debe estar de acuerdo.
En el análisis de AT, sobre la “revolución” que derrocó a Mubarak, empieza a confundirse al asignarle el mismo contenido de la marcha sobre Roma de octubre de 1922 y del incendio del Reichstag de 1933.
La marcha sobre Roma fue una acción de masas manipulada por el entonces dirigente del Partido Nacional Fascista, Benito Mussolini, para llevar a éste al poder. Por otro lado el incendio del Reichstag fue utilizado por Adolfo Hitler para consolidarse en el poder de la Alemania nazi, con el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. Son dos hechos dirigidos por los nacionalismos fascistas y nazis con el deliberado propósito de consolidar el poder, respectivamente en Italia y Alemania. Corresponden a momentos  culminantes en el control del poder absoluto de la triunfante corriente nacionalista, cuyos resultados de horror ya todos conocemos. A pesar de la derrota de estos extremos fascistas no se debe olvidar que el nacionalismo es la ideología que sustenta la modernidad actual, sus abusos de discriminación, racismo e injusticias los encontramos presentes con distintos grados de profundidad en el sistema internacional y seguirá agrediendo a la sociedad mientras el nacionalismo exista.
En cambio la rebelión de las masas de los indignados del mundo y de la Primavera Árabe es una lucha contra los abusos del poder. Se distinguen por su lucha contra las satrapías árabes, forma decadente del nacionalismo dependiente, caracterizada por su definición anti partidos, su reclamo por el reconocimiento de la diversidad, negada por el nacionalismo, su indignación por la corrupción institucionalizada y su desesperación por la sistemática disminución de las fuentes de trabajo impuesta por una economía al servicio de minorías empoderadas. Es una expresión de las aspiraciones humanistas de los pueblos en la posmodernidad.
Se debe reconocer, que la insuficiencia orgánica de las bases democráticas, para el caso egipcio, posibilitó el encumbramiento del Partido de la Hermandad Musulmana y el Partido Libertad y Justicia, llegándose a una nueva situación de poder arbitrario, representado por el Presidente Mohamed Mursi y su partido. Sin embargo las bases democráticas continúan forzando al nuevo poder establecido por el reconocimiento de la democracia de bases y la pluralidad política, por lo que no se puede igualar con las huestes fascistas de Mussolini y Hitler.
Para concluir, nuestro distinguido AT, criticando las arbitrariedades del estado, crítica que comparto, lleva al lector a los brazos del liberalismo al aprobar las bondades del mercado como instrumento voluntario y pacífico para lograr acuerdos entre las partes; privilegiando, evidentemente, el mercado en manos exclusivas del capital privado.
El sistema capitalista del monopolio estatal fracasó totalmente con el colapso del sistema socialista dirigido por la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, de lo que se trata ahora es de la crisis del sistema del capital monopólico, tanto privado, mixto como estatal. La presentación que hace AT del mercado es artificial porque se está hablando de un mercado manejado por monopolios, que deja en el marco de la irrealidad la caracterización.
La esencia del sistema imperial del capital radica en la apropiación de las utilidades en beneficio de minorías, de carácter privado y estatal, dando como resultado el crecimiento incontrolable de la brecha entre ricos y pobres y con ello el incremento de la violencia y la corrupción.
Los adelantos tecnológicos introducidos en la producción imperial complementados con la imprescindible competitividad impuesta por el mercado dan como resultado, por un lado, incalculables ganancias para el capitalista, mientras que deja en la miseria a cientos de millones  de trabajadores, identificados en forma genérica como los indignados del mundo, sean de derecha, centro o izquierda. Ejemplo paradigmático es la cibernética.
El incremento de la contaminación ambiental está desencadenando problemas inconmensurables a la salud, a  la preservación de las especies, catástrofes naturales imposibles de controlar; la desocupación, con el incremento de la población, está conformando un horroroso cuadro de problemas de pobreza y de miseria, que ante la irresponsabilidad del sistema del capital monopolista, está provocando la eliminación masiva de la población marginal y, lo más grave, con el incremento de la violencia está llevando a la humanidad por el camino de su desaparición.
Esta es la raíz de la crisis del sistema, el nivel de deshumanización es cada vez más insoportable, se acumulan en las bases fuerzas explosivas que exigen cambios profundos en la sociedad, como es la eliminación del poder del estado, que emanan de la imprescindible eliminación de la apropiación capitalista de los beneficios de la producción. Estos beneficios, gestados por los diversos sectores de bases, en una sociedad humanista, deben estar a disposición de las mismas bases para lograr así una participación equitativa y justa de las riquezas que la naturaleza provee. 
  1. http://www.hoybolivia.com/Blog.php?IdBlog=38455&tit=%BFindignados_de_izquierda_o_derecha?
  2. http://humanismochane.blogspot.com/2011/12/humanismo-primitivo-civilizacion-y_29.html
En las Tierras del Libertador Grigotá
Diciembre, 2012