sábado, 26 de marzo de 2011

Comentando: ¿VALDRÁ LA PENA?

Comentando: ¿VALDRÁ LA PENA?
Es deprimente, a estas alturas del partido, leer supuestos aportes al pensamiento político como el que nos ha llegado con el título de: ¿VALDRÁ LA PENA? Hace seis años ya sabíamos lo que se estaba cocinando en la mollera de los teóricos del Movimiento al Socialismo y se puede entender que, la insuficiente formación teórica de los más conocidos todólogos, pusieran en duda las intensiones del flamante ejecutivo del poderoso estado que se hacía cargo del gobierno de Bolivia. El hecho de que después de seis años de ejercicio práctico de un arrogante poder ejecutivo, que hasta las Naciones Unidas critica por la parcialidad de la justicia, así como por el atropello a los derechos humanos, todavía sigan apareciendo estos artículos que lo único que logran es reconocer el derecho a la duda a un ejecutivo que incluso el pueblo, con toda su sencillez, le ha retirado su confianza.
 Nuestro preocupado pensador nos pregunta con esperanza y también con desesperanza si “¿valdrá la pena ir a conversar con el gobierna nacional?, en relación con prometedores encuentros…” Un defensor de la democracia debe saber que en los espacios del diálogo no deben haber dudas, es más hay que obligar al gobierno a sentarse en las mesas de reflexión colectiva, por supuesto el demócrata debe tener claro que está sólidamente respaldado con propuestas que benefician a la mayoría, las que deben ser difundidas profusamente antes del diálogo. Si el gobierno se atreviera a rechazarlas vendrá una difusión todavía más intensa del rechazo del gobierno a la voluntad del pueblo.
Continúa nuestro preocupado pensador, de nuevo con esperanzas y desesperanzas, si “¿valdrá la pena confiar en sus buenas intensiones?”. La verdad es que hay que tener cuero de anta para hacerse esta pregunta después de seis torturantes años de un gobierno que no ha dudado en inventarse acciones terroristas, con muertos entremedio, para consolidar su poder al margen de toda consideración legal y humana o desconocer la voluntad democrática  consagrada en la elección de sus autoridades, sólo para dar dos ejemplos.
Lo que ya resulta insoportable es la esperanzada y desesperanzada pregunta que se hace nuestro preocupado pensador cuando se cuestiona si  “¿Valdrá la pena tomar como un lapsus que un dignatario de Estado haya dicho que querían a Santa Cruz pero sin cambas…?” Esta afrenta a los derechos elementales de todo un pueblo de dos tercios del País, si éste hubiera estado conciencialmente formado, habría sido motivo de un duelo a muerte.
Los abusos selectivos contra los pueblos de los valles y llanos amazónico y platense son pruebas más que suficientes de que no se trata de un lapsus del jefe del poder centralista. Es toda una política de carácter colonial que se expresa en los afanes de apoderamiento de nuestras tierras, dejando en la miseria a nuestros nativos y campesinos, ver denuncia de la central ayorea ante las Naciones Unidas publicada el día de ayer. La apropiación de nuestras riquezas naturales, como son el petróleo, el gas, el oro de San Ramón, etc., denuncia una parte de la colonización económica  de nuestros pueblos. La masacre de Pananti junto con el atropello a la dignidad de los hermanos pandinos, así como la invasión de Santa Cruz por 20.000 mercenarios, acompañado de la persecución política a los opositores al verticalismo masista, así como el control permanente mediante interventores ya sea como fiscales, funcionarios policiales y muchos otros interventores de los ministerios son apenas un pálido reflejo de que no ha habido ningún lapsus, sino de que se trata de una consolidada política colonial contra los sectores sometidos  de los valles y llanos amazónicos y platense (Kandire).
Álvaro Jordán, 25 03 2011
En las tierras del Libertador Grigotá,
estas cordialmente invitad@ a visitar

miércoles, 2 de marzo de 2011

El Humanismo Chané en la era que nace

El Humanismo  Chané en la Era que nace
                                                                       Por Álvaro Jordán
La crisis de la globalización imperial resquebraja el sistema en todos sus niveles y  variantes.  La debacle del sistema socialista, así como la incapacidad del sistema imperial privado para encontrar soluciones a los graves problemas de la crisis, muestra la inviabilidad de las aspiraciones de control económico universal de cualquier planteamiento de poder. Las ambiciones de control global de parte del capital monopolista estatal como de parte del capital monopolista privado encontraron sus límites y la lucha por la defensa de la vida, la defensa de la libertad, la defensa del equilibrio del género humano y la naturaleza, en resumen la lucha por la defensa de la humanidad empieza a plantear nuevas relaciones de contenido humano.
La verticalidad del poder se debilita cada vez más, ahora se ve acosado por la democracia, que se levanta desde las bases en los países cuya brutalidad es más grosera. A pesar del apoyo disimulado de los centros de poder internacional el Jefe de Estado tunecino, Zine el Abidine Ben Alí, se vio obligado a deponer su autoridad ante la presión del pueblo, el 24 de enero, después de 23 años de una dictadura responsable de la falta de empleo, la pobreza y la corrupción.
Nuevos levantamientos populares se desencadenan en los países autoritarios del Oriente Medio y norte de África: Marruecos, Libia, Yemen, Jordania, Bahréin Irán, Sudán, Argelia y otros, quienes amenazan la seguridad de los regímenes dictatoriales. Casi inmediatamente el centro de los reclamos populares se desplazó al país más poderoso de la región: Egipto, con sus 80 millones de habitantes. Se estremeció y conmocionó al mundo del poder con la pérdida del control político y militar, después de 30 años de cruel dictadura de Hosni Mubarak, el 11 de febrero, ante miles de manifestantes encabezados por el premio Nobel de la Paz Mohamed ElBaradei, quienes responsabilizan al gobierno por la pobreza, el desempleo, la corrupción generalizada y la brutalidad de la policía. Reclaman “un nuevo Egipto en el que cada egipcio viva con virtud, libertad y dignidad". A pesar de la renuncia de Mubarak las manifestaciones masivas continúan exigiendo un cambio que refleje las aspiraciones del pueblo, ya que muchos representantes del antiguo régimen continúan en el ejercicio del poder.

En este extraordinario despertar democrático, de magnitud internacional, el levantamiento popular ya ha  desestabilizado el gobierno de la dictadura más antigua del Magreb. En Libia el líder de facto de su país desde el 1 de septiembre de 1969, Muammar al-Gaddafi, se sostiene a duras penas provocando una guerra civil, ya con miles de muertos, con la pretensión de preservar su autoridad.

Otros países como el reino de Bahréin, Marruecos, Irán, Yemen, se apresuran a ofrecer cambios políticos que tranquilicen la creciente oposición.
Lo que se puede observar es que la crisis mundial de la economía impide disponer de los recursos suficientes para  asegurar el control  político y militar del conjunto del sistema. El enriquecimiento descontrolado está llegando a su fin. La conciencia de las mayorías empobrecidas crece con vigor, al margen de ideologías sectarias. Las reivindicaciones se hacen por el trabajo, contra la miseria, la corrupción y la violencia policiaca. Lo que en el fondo se mueve es el cultivo de calidades profundamente humanas como la conciencia, la libertad, la creatividad, el respeto al otro, la autorresponsabilidad, la autorrealización, en resumen la generación de una sociedad asentada en la convivencia pacífica.
En Bolivia, el proceso económico neoliberal presentó su punto de inflexión con la aparatosa caída del gobierno de Sánchez de Lozada, arrastrando consigo todo el sistema de la mega coalición de partidos que lo sostenían. La pobreza y corrupción creciente, la falta de ofertas de trabajo para los jóvenes, la discriminación étnica, social, regional, de género y otras  exigía cambios estructurales en la sociedad. Cambios que se inspiraron en los profundos contenidos humanistas del Ñande Recko[1] de nuestros pueblos. Desde las profundidades de nuestras selvas surge la exigencia de escuchar la voz de los excluidos. No es ningún  regalo de autoridades autocomplacientes, es su obligación obedecer a las bases, es el planteamiento revolucionario de la confederación de pueblos de la cuenca amazónica platense que se levanta ante el bicentenario sometimiento al abuso altiplánico. Es el grito de liberación frente al colonialismo interno. Es la exigencia de ser respetados todos como ciudadanos, sin exclusiones, como dueños de una cultura, de una religión, del derecho a decidir nuestro futuro al margen de cualquier imposición, es el derecho a ser libres.
Como sucedió hace doscientos años, después de quince años de sangrienta lucha, el colonialismo  español sólo fue reemplazado por el colonialismo republicano; Ahora el Estado neoliberal sólo ha sido reemplazado por el Estado aimara, nueva modalidad  del colonialismo republicano. El contenido plurinacional reclamado por los pueblos sólo quedó como una aspiración declarativa, desvirtuada por una Constitución Política  de características racistas y por lo tanto nuevamente marginadoras de departamentos, regiones y etnias.
La recuperación de la dignidad de los pueblos es tareas de nuevas y gloriosas conquistas por realizar. Se ha empezado a reconfigurar un nuevo frente de lucha, las organizaciones nativas están recuperando su libertad política, tanto en Kandire como en el Altiplano, así como el poderoso Comité pro Santa Cruz intenta una auspiciosa reestructuración apartidaría e integradora. También crece el descontento social al mismo tiempo que crece el aislamiento interno como externo del gobierno.
Entre los intersticios del poder y la democracia pugnan las relaciones humanistas de una nueva sociedad que ha empezado a gestarse, como alternativa a una crisis sin  solución en los moldes tradicionales de izquierdas y derechas. Es la Era Humanista que desplaza el poder de la civilización.
El gasolinazo de diciembre, a pesar de su rápida revocatoria, trajo un desmesurado incremento del costo de la vida, amenazando peligrosamente la estabilidad del gobierno. Las protestas sociales que paralizaron el país se centraron en la confrontación de los transportistas que no han incrementado sus tarifas desde hace ya once años y los usuarios, cuyos salarios no permiten el pago de las tarifas demandadas por los transportistas. Inicialmente el centralismo pretendió ganar tiempo y esperar la generación de nuevas situaciones, pasando la responsabilidad de resolver tan candente problema a los municipios. La idea era trasladar la confrontación a los niveles inferiores y luego el gobierno después de un nuevo balance de fuerzas dar la solución salomónica que deje feliz a los contendientes.
Lo que la viveza politiquera no pudo prever fue la capacidad de diálogo de los cruceños, lo que permitió a usuarios y transportistas hacer a un lado la manipulación política y encontrar la solución inteligente  que satisfaga a los contendientes sin la intervención de la municipalidad y sin intervención del gobierno, en resumen, sin intervención del poderoso Estado.
De pronto los representantes del poder se dan cuenta de estar ante una situación  que muestra a la sociedad que es posible solucionar los problemas económicos, sociales y políticos sin la participación del Estado. Ese Estado con el que la neo dictadura pretende imponer un etilo de vida estandarizada por el socialismo del siglo XXI. Otros los más ingenuos, pero más que todo por ignorancia, los del nivel municipal, simplemente se sienten agredidos por no haber  pasado la solución por su aprobación, quienes se acoplan al coro de burócratas del poder aimara, sin darse cuenta del daño que se le hace a Santa Cruz al  no respaldar la solución encontrada mediante el diálogo directo de nuestros conciudadanos transportistas y usuarios, representados por sus organizaciones de base.
La solución de los problemas mediante la reflexión participativa es parte de las ancestrales enseñanzas heredadas de los antepasados habitantes de Kandire, de nuestro ñande reko, Es una metodología practicada por nuestros antepasados, todavía vigente entre las comunidades nativas y es parte de la solución que ofrece la cultura nativa de Kandire a la inviabilidad de la cultura del poder en la que se debate la humanidad toda. Es la solución no violenta que ofrece la sociedad humanista frente a la arbitrariedad del poder. Es el grito de lucha que nos llega desde el fondo de la historia para fortalecer nuestra confianza en un futuro digno.
En las tierras del Libertador Grigotá,
Santa Cruz, 1 de marzo de 2011





[1] Ñande Reko: Nuestro modo de ser, en guaraní